Matilde de Bélgica, una reina de 'Las mil y una noches' en Omán

Estamos acostumbrados a ver a las reinas de la actualidad vestidas de diferente manera según la ocasión, con distintos peinados, sombreros o tocados ateniéndose al protocolo. Y no podemos evitar que nos siga llamando la atención verlas con velo cuando se encuentran de visita en países árabes. Es el caso de Matilde de Bélgica, que se ha convertido en toda una reina de 'Las mil y una noches' en Omán, donde se encuentra de viaje oficial con el rey Felipe y donde ya hemos visto un auténtico despliegue de vestuario, con diferentes homenajes a sus anfitriones y con una nueva diseñadora que se ha estrenado en su armario.

De momento son ya tres los looks que Matilde ha lucido en sus diferentes apariciones en Omán, donde los reyes de los belgas aterrizaban en la tarde del miércoles. El motivo de su viaje es la transición de Omán a la energía verde, un tema en el que Bélgica es una de las naciones punteras. Y primer look de Matilde y primera sorpresa. La belga aparecía con un vestido en color óxido, con un estampado de palmeras en color verde menta, ideal para la atmósfera que los recibía. La novedad es que lo firmaba Johanna Ortiz, una diseñadora colombiana que ya sabe algo de armarios reales.

La creadora ya ha conquistado a nombres como Beyoncé, Michelle Obama o Máxima de Holanda, a la que veíamos hace unos meses con uno de sus diseños. Pero también otras caras que tenemos mucho más cerca, como Isabel Preysler y Tamara Falcó. Madre e hija ya han lucido algunas de las espectaculares creaciones de Ortiz, con sus inconfundibles cortes y estampados. Fue en 2020 cuando la colombiana irrumpió con fuerza en los armarios de ambas, vistiendo a Tamara para la boda de Tita Astolfi y a Isabel en dos ocasiones. Y ahora, con esta aparición de Matilde de Bélgica, confirma que también ha conquistado los armarios de la realeza.

Desde que estallara la pandemia, en 2020, Matilde se erigió como la royal más coqueta del confinamiento a cuenta de las mascarillas, que siempre ha llevado a conjunto con su vestuario. Y al llegar a Omán, vimos que también su mascarilla protectora estaba confeccionada con el característico estampado de este vestido de Johanna Ortiz. Pero faltaban aún más sorpresas en el vestuario de la reina durante esta visita a la península arábiga, que ha continuado este jueves.

Los estampados han tenido un protagonismo indiscutible también en la segunda jornada del viaje, cuando Felipe y Matilde de los belgas han sido recibidos por el sultán Oman Haitham bin Tarik en el palacio de Al Alam, con una bienvenida con honores, en la que no han faltado 21 cañonazos. Para esta cita, la reina ha tirado de un viejo conocido de su armario, Edouard Vermeulen, creador y diseñador de Natan, la firma que más hueco tiene tanto en su vestidor como en el de la reina Máxima. Su elección ha sido un vestido de tafetán con manga corta, cuello camisero y un estampado floral en la zona de la falda.

Y si había algo que llamara la atención del diseño era el maxicinturón, con una enorme hebilla de forma cuadrada y forrada con la misma tela del vestido. Un diseño que no nos cuesta en absoluto imaginar en su homóloga holandesa. De hecho, tiene un diseño muy parecido, en el que el tamaño XXL del cinturón se lleva todo el protagonismo.

Pero sin duda nos tenemos que quedar con el último de los looks que hemos visto en esta visita de los reyes de los belgas a Omán, cuya siguiente parada será Emiratos Árabes Unidos. Tras su cita en el palacio de Al Alam, Felipe y Matilde visitaban la mezquita del Sultán Qaboos, la más importante y de mayor tamaño del país. Y como es obligatorio para visitar estos lugares de culto islámico, la reina ha tenido que cubrir su cabello con un velo, que ha hecho coincidir con el color de su vestido y, cómo no, de su mascarilla.

Para esta cita, la belga ha reutilizado un vestido de inspiración oriental en color rojo, aunque salpicado de azules y bordados dorados. Se trata de uno de los que lució en su visita de Estado a la India en noviembre de 2017, de la diseñadora del país, Anita Dongre. Aunque es una auténtica obra de arte y la característica principal son los llamativos bordados dorados del pecho, el velo que cubría su cabeza ha hecho que apenas pudiera lucirlo. Lo ha combinado con un clutch de Armani, mezclando la alta costura con la moda más tradicional.

Ya hemos visto a numerosas royals colocándose este elemento por razones de protocolo, pero sigue llamando mucho la atención cada vez que aparecen con él, quizá por ese aire misterioso y ese punto favorecedor que siempre les da. La propia Matilde ya lo había llevado en 2009, durante una visita a Marruecos, al igual que hizo Mary de Dinamarca en 2013. La reina Letizia, en cambio, lo ha lucido hasta en tres ocasiones, dos también en Marruecos y una en Emiratos Árabes, siendo aún Princesa de Asturias. Kate Middleton y Meghan Markle también tuvieron que colocárselo, la primera en Malasia y la segunda en Sudáfrica.

La imagen de Beatriz de Holanda poniéndoselo por encima del sombrero, también en Omán, dio la vuelta al mundo, y la de Diana de Gales con el velo azul en Pakistán ha sido una de las más difíciles de olvidar.