La exquisita elegancia de Kate Middleton en el homenaje a Felipe de Edimburgo

Al filo de las 12:25 h del mediodía, las campanas de la abadía de Westminster empezaban a repicar con sonoridad anunciando su llegada. Apenas dos minutos más tarde aparecía el coche en el que viajaban el príncipe Guillermo y su familia. Al bajarse del vehículo, hemos podido admirar la exquisita elegancia de Kate Middleton para asistir al funeral en memoria del duque de Edimburgo cuando está a punto de cumplirse un año de su muerte.

La duquesa, que caminaba hacia el templo llevando de la mano a sus hijos mayores, sorprendía con un estilismo totalmente diferente al que lució para aquel primer adiós al abuelo de su marido. Esta vez ha estrenado un vestido vaporoso, con discreto estampado de lunares, de estilo retro y firmado por Alessandra Rich, que ha aderezado con una gran pamela negra adornada con flores blancas y unos altísimos zapatos de salón en negro de Gianvito Rossi.

Ha prescindido de vistosas joyas y tampoco ha llevado prenda exterior, a diferencia del resto de las asistentes. Nada que ver con el outfit protocolario y más sobrio que lució en abril de 2021 durante el funeral de Felipe Mountbatten y que contenía detalles muy significativos. Entonces eligió un abrigo negro con lazo de una de sus diseñadoras de cabecera para ocasiones importantes, Catherine Walker (la pasada Navidad llevaría uno igual en rojo para el concierto de Navidad), bajo el cual se escondía un vestido de Roland Mouret.

Lo combinó sobriamente con unos tacones de antelina de Gianvito Rossi, bolso de mano de Jimmy Choo y un exquisito tocado con velo de Philip Treacy. Las joyas elegidas también tenían un significado muy especial, pues se trataba de una gargantilla de perlas que pertenece al joyero real de Isabel II y que llevó por primera vez en el año 2017 para asistir en el castillo de Windsor a la cena del 70º aniversario de la soberana y el duque de Edimburgo. La acompañó de unos pendientes de perlas a juego; ambas piezas las había lucido con anterioridad Lady Di en 1982.

Sin embargo, para el servicio religioso en memoria del duque este 29 de marzo ha optado por la sencillez en cuanto a joyas, adornando solo sus orejas. El cuello alzado del vestido, por otra parte, le impedía llevar collares o gargantillas y también ha prescindido de los broches. Esta vez, las claves han sido elegancia y sencillez.

Un poco antes que los duques de Cambridge, hacían su aparición en Westminster la princesa Ana de Inglaterra y su marido, Timothy Laurence, que no dudaron en pararse a hablar durante unos instantes con los miembros de la comitiva de bienvenida.

Seguidamente veíamos llegar a Beatriz y Eugenia de York y a Eduardo de Inglaterra, su esposa y sus dos hijos. Por cierto, Sophie de Wessex ha destacado por el original tocado que ha elegido para rendir homenaje a su suegro, negro con efecto bandana y un gran lazo detrás. En cuanto a los representantes de las casas reales europeas, se desplazaron hasta el templo en unos autobuses fletados especialmente para ellos. Los primeros en entrar en la abadía fueron Carlos Gustavo y Silvia de Suecia, seguidos de Felipe y Matilde de Bélgica, Guillermo y Máxima de Holanda, Pablo de Grecia y Marie-Chantal Miller… y detrás de ellos Felipe VI y Letizia, de verde oscuro.

Con esta misa solemne en memoria del marido de la reina Isabel II se quiere rendir tributo a su "dedicación a la familia, la nación y a la Commonwealth", como se expresa en el comunicado emitido por Buckingham. Sin olvidar un reconocimiento expreso “a su legado para crear oportunidades para los jóvenes, promover la conservación del medioambiente y apoyar las fuerzas armadas". A diferencia del funeral que se celebró tras su muerte y al que solo pudieron asistir 30 personas a causa de la pandemia, esta vez estaban convocados más de 500 representantes de los patronatos y organizaciones solidarias a las que el duque estaba vinculado. La música de la ceremonia corre a cargo de la banda de la Marina Real.