La hospitalización de la emperatriz Farah Diba que ha preocupado a todos

En la noche del viernes 8 de abril, la secretaría de la emperatriz Farah Diba emitió un comunicado para anunciar que la esposa del último sha de Irán había sido hospitalizada. “Debido a los efectos secundarios de los medicamentos tomados para el tratamiento, la emperatriz Farah ha sido hospitalizada”, rezaba la nota hecha pública.

El hecho de que sea poco habitual que se emitan comunicados sobre la salud de los miembros de la familia imperial, unido a la avanzada edad de Farah Diba, de 83 años, preocupó a todos sus seguidores.

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Juanra López

Según informan desde el portal 'Histories royales', no tardaron en llegar noticias tranquilizadoras. "Afortunadamente, el tratamiento de los médicos resultó efectivo y debería recuperarse pronto", aseguraron desde el entorno de la emperatriz.

Poco después de este anuncio, la sección persa de VOA News recibió la confirmación de que, efectivamente, Farah Diba había salido del hospital. Según la información de varios familiares de la última emperatriz de Irán, Farah Pahlavi había iniciado un tratamiento tras contagiarse de coronavirus.

Farah Diba y Mohammad Reza Pahlavi, el sha de Irán, contrajeron matrimonio en 1959, cuando ella era una estudiante de 20 años. En 1967 se convirtió en Shahbanu Farah Diba Pahlavi, señora del sha, emperatriz de Irán.

Tras 20 años en el poder, se vieron obligados al exilio con la llegada de la revolución islámica. Nunca pudieron regresar.

A partir de ahí, Farah Diba vivió los episodios más duros de su vida. Viajaron de país en país, sin residencia fija, viviendo al día y con una gran incertidumbre sobre su futuro. Un año y medio más tarde, el sha murió víctima de un cáncer.

A pesar de todo, a Su Majestad Imperial aún le quedaba por vivir lo peor: la muerte de su hija Leila por sobredosis de pastillas en 2001 y la de su hijo Ali-Reza por suicidio en 2011.

Pero Farah Diba ha logrado continuar adelante junto con sus otros dos hijos.

Hoy es una de las figuras más influyentes de la historia iraní contemporánea. También apoya a su hijo, el príncipe heredero Reza, actual pretendiente al trono imperial, quien desde su residencia, no lejos de Washington, trabaja para restaurar un régimen democrático en Irán.

Uno de los logros culturales más importantes de la emperatriz Farah fue el establecimiento de un centro para el desarrollo intelectual de niños y adolescentes y el establecimiento de bibliotecas para niños y adolescentes en todo el país. También está detrás de la construcción de varios museos en Irán. El Museo de Arte Contemporáneo de Teherán se construyó bajo su liderazgo. El arquitecto no es otro que su primo, Kamran Diba. En Francia, la Emperatriz ocupa la 15ª silla de la Academia de Bellas Artes, reservada a un miembro extranjero.

En el mes de febrero de 2019, pudo ver cómo una de sus grandes ilusiones se hacía realidad. El secreto mejor guardado de Farah Diba vio la luz. El que podría ser el legado más duradero e importante de la dinastía Pahlavi, la obra de arte que defendió en vida y que exhibió en Irán antes de su marcha, fue expuesto en Teherán.

La parte más valiosa de la misma fueron más de 200 pinturas y esculturas modernistas e impresionistas que fueron escondidas durante mucho tiempo por la República Islámica. Con un valor de miles de millones de dólares, fueron al fin mostradas en el Museo de Arte Contemporáneo de Teherán.

Pahlavi comenzó a coleccionar a principios de la década de 1970, cuando Irán estaba disfrutando de una enorme prosperidad financiera. “Tuvimos los medios para aumentar el precio del petróleo, aunque nuestros problemas también comenzaron a partir de ahí. Pensé que deberíamos tener un museo donde los artistas iraníes jóvenes pudieran exhibir, pero luego pensé: ¿por qué no tener también arte extranjero y no solo arte iraní? El mundo entero tiene nuestro arte. No podemos permitirnos tener su arte antiguo, pero sí podemos costear su arte moderno”, comentó Farah Diba al periodista Joshua Levine en una entrevista.

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