El rey Felipe celebra los 250 años de Osborne: vivas, un bolso customizado y toros de Jordi Mollà

Hace unos días, el rey Felipe viajaba a Rota para participar en unas maniobras de la Armada, y este lunes ha vuelto a la provincia de Cádiz para presidir la celebración del 250 aniversario de las bodegas Osborne. Las mismas en las que se inspiró María Dueñas para su novela ‘La templanza’, que seguramente habrá leído el jefe del Estado, ya que es una de las escritoras preferidas de la familia Borbón-Ortiz.

Alfonso XII y XIII, don Juan Carlos, la reina Sofía y la condesa de Barcelona rubricaron con su firma botas (barricas) centenarias que forman parte del Museo Osborne. También lo hicieron, en su día, las infantas Elena y Cristina y el propio don Felipe, cuando era Príncipe de Asturias. Los antecedentes de los Borbón han servido para recordar la historia de la bodega y la familia Osborne. En estos 250 años de existencia, las bodegas han sido testigo de acontecimientos importantes como la creación de la primera Constitución española, los movimientos obreros, la Primera y Segunda Guerra Mundial, la guerra civil, la dictadura, las primeras elecciones democráticas, la consolidación de la monarquía, y así una multitud de fechas históricas hasta llegar a la actualidad, con la proclamación del rey Felipe en la Jefatura del Estado.

Felipe VI llegó a media tarde a la base de Rota tras recibir en Madrid, en el palacio de la Zarzuela, a Josep Borrell, vicepresidente de la Comisión Europea. Una agenda repleta de actos en el marco de la cumbre de la OTAN, por lo que no pudo quedarse a la cena donde se entregaron los premios gastronómicos. Al día siguiente, a las tres, llegaba el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a la base aérea de Torrejón, donde el Rey le esperaba a pie de pista. Un recibimiento que continuará el próximo miércoles en el Palacio Real. Una semana llena de compromisos institucionales que interrumpió el lunes para apoyar el aniversario Osborne.

Libro de oro y carteles de toros

La visita del monarca comenzó media hora después de las seis y media de su llegada con un recorrido por las instalaciones de las bodegas El Tiro y de Mora. En estas últimas instalaciones volvió a firmar en una de las barricas ya como Rey. Estuvo acompañado por el presidente de la compañía, Ignacio Osborne; el consejero delegado, Fernando Terry, y la directora de Comunicación, Rocío Osborne. Y del mundo político, Irene García, presidenta de la Diputación de Cádiz; Pedro Fernández, delegado del Gobierno en Andalucía; Germán Beardo, alcalde de El Puerto de Santa María, y Juan Marión, vicepresidente de la Junta de Andalucía. Para Irene García, este sería su último acto en el cargo.

En las bodegas no hubo mucho calor popular, pero sí en el ayuntamiento de El Puerto, donde fue aclamado con “viva el Rey”, “viva España”, “Felipe, Felipe” y “guapo, guapo, guapo”. Un grupo de manifestantes, que se encontraban entre el público con carteles alusivos a la República, fueron abucheados con gritos de "fuera, fuera". Una vez que firmó en el Libro de Oro y recibió la llave de la ciudad, posó con la corporación en el patio central de la casa palacio. A continuación se despidió y voló a Madrid.

Una de las anécdotas de esta visita a la alcaldía era la presencia de David Calleja, teniente alcalde de fiestas y un youtuber muy activo. Desde la mañana ya anunciaba la visita real y su preocupación era encontrar un bolso con la bandera de España. Y encontró una cartera y aún le dio tiempo para que le bordaran sus iniciales. “La Casa Real es importante para España. Somos unos privilegiados y esta visita es relevante para El Puerto y para los empresarios. Creo que Felipe VI tiene un comportamiento ejemplar y los hijos no tienen que heredar los errores de los padres”, comentaba el concejal para Vanitatis.

Uno de los atractivos de este aniversario es la exposición de toros de Jordi Mollà. El actor multidisciplinar ha interpretado al famoso toro que durante años formó parte del paisaje en las carreteras españolas. Varios colectivos exigieron su desaparición y así sucedió en algunas comunidades autónomas hasta que una sentencia del Tribunal Supremo dictó sentencia en favor del icono por su “interés estético y cultural”. A partir de ese momento, el toro ha sido protagonista por las muchas incidencias que ha tenido el famoso cartel. Mollà pasó tres días en la bodega Osborne en El Puerto de Santa María para decorar las 65 chapas de más de un metro que representan al toro bravo. Todos los beneficios que se obtengan van destinados a la fundación bodeguera para proyectos de inserción de jóvenes en situación de riesgo.