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Sonrisas y buenos recuerdos: Charlène de Mónaco vuelve al hospital donde dio a luz
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Sonrisas y buenos recuerdos: Charlène de Mónaco vuelve al hospital donde dio a luz

La esposa del príncipe Alberto acudía ayer el Princesa Grace, donde nacieron Jacques y Gabriella, para visitar a algunos recién nacidos y sus padres

Foto: La princesa Charlène, en el hospital Princesa Grace. (Palacio de Mónaco/Eric Mathon)
La princesa Charlène, en el hospital Princesa Grace. (Palacio de Mónaco/Eric Mathon)

Tras un año en el que la sudafricana no ha podido hacer prácticamente nada debido a sus problemas de salud, su agenda empieza a tomar fuerza. Son ya varios los compromisos que ha podido afrontar desde que volviera al principado y cada vez se la ve mejor y más sonriente. Y desde luego, en la cita que tuvo este lunes tenía muchos motivos para sonreír y para evocar los buenos recuerdos, ya que Charléne de Mónaco volvía al hospital donde dio a luz a sus hijos hace ya ocho años. Y lo hacía para afrontar una de esas obligaciones institucionales que no lo son tanto.

Porque la princesa cumplía con una de esos compromisos que le encantan, visitar a los recién nacidos en el centro Princesa Grace, el mismo donde nacieron Jacques y Gabriella. Precisamente, la exnadadora quiso que sus hijos la acompañaran en la visita que realizó en 2020, un año después de la que hacía coincidiendo con el cumpleaños de los mellizos y que daba el pistoletazo de salida a esta cita que ya podemos considerar toda una tradición. Se nota, además, que es uno de los ambientes donde más cómoda se siente.

placeholder La princesa Charlène, con los recién nacidos del hospital Princesa Grace. (Palacio de Mónaco/Eric Mathon)
La princesa Charlène, con los recién nacidos del hospital Princesa Grace. (Palacio de Mónaco/Eric Mathon)

Charlène pudo conocer a los recién nacidos, hablar con unos padres pletóricos y tratar con los trabajadores de esta maternidad, tan ligada a la familia Grimaldi. No solo porque lleva el nombre de la princesa Grace y porque nacieron allí Jacques y Gabriella, sino también porque es el lugar que vio llegar al mundo a los tres hijos de Carolina de Mónaco y Stefano Casiraghi, además de los dos hijos que Estefanía tuvo con Daniel Ducruet, Louis y Pauline. De hecho, la propia Estefanía visitaba el hospital hace ahora un año, sustituyendo así a su cuñada, en una de las muchas citas de las que las hermanas de Alberto tuvieron que asumir el mando ante la baja por enfermedad de la sudafricana.

Al tratarse de un centro sanitario, volvimos a ver a Charlène con la correspondiente mascarilla, aunque eso no impedía que se notara lo emocionada que estaba. La boca no se veía, pero el rostro dejaba claro que su sonrisa fue permanente y se le contagió la felicidad por estar con bebés de apenas unos días, gracias a las madres que le dejaron entrar en sus habitaciones y quisieron compartir con ella su experiencia.

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Y no pasó desapercibido el look escogido para realizar esta visita, especialmente por lor originales zapatos. Charlène apostó por el blanco y el negro, siempre una combinación ganadora, con vestido y calzado combinados en esos dos colores. Lució un vestido de largo midi y abertura lateral en color negro, con los tirantes y dos franjas laterales en color blanco que hacían que su figura se estilizara aún más. Se trata de un diseño de la firma Akris de nueva colección que aún se puede encontrar en varias webs de venta online por algo más de 2.000 euros.

Mención aparte se merecen los zapatos, un modelo asimétrico de la firma Givenchy también en los dos colores, con pulsera al tobillo y con relieve en la parte trasera, creando un efecto de piel de cocodrilo. Es un diseño de la colección de 2018, pero lo cierto es que Charlène los lucía por primera vez este lunes. Sin duda, uno de los secretos mejor guardados -al menos hasta ahora- de su exclusivo armario.

placeholder La princesa Charlène, con el personal del hospital. (Palacio de Mónaco/Eric Mathon)
La princesa Charlène, con el personal del hospital. (Palacio de Mónaco/Eric Mathon)

Es la primera vez que vemos a Charlène afrontando un acto de su agenda tras ese viaje exprés a Noruega, hace un par de semanas. Sigue en proceso de recuperación, por lo que sus compromisos no son tan frecuentes como los de otras consortes de soberanos europeos, que pueden llevar un ritmo mucho más ajetreado. De hecho, en Noruega no compartió todas las actividades con su marido y sus hijos, que incluso se acercaron a un laboratorio de investigación en pleno Ártico. Pero parece que las cosas van por muy buen camino y seguro que sus compromisos públicos no tardan en ser cada vez más frecuentes.

Lo que aún está en duda es si asistirá este viernes al Baile de la Rosa. Aunque es una de las fechas marcadas en rojo en el principado y es la gran noche de Carolina de Mónaco, que se encarga de organizar todos los detalles, no está claro que Charlène participe. La última vez que asistió fue en 2014 y desde entonces ha sido una de las grandes ausentes, sin que se sepan exactamente los motivos por los que no acude. Desde siempre ha sobrevolado la sospecha de que su relación con sus dos cuñadas no es la mejor y que esa podría ser una de las causas por las que nunca se apunta a esta noche tan festiva, en la que suelen estar los Grimaldi casi al completo.

Sean cuales sean los motivos, lo único cierto es que llevamos ocho años sin verla y que, si asistiera este viernes, sería una de las grandes sorpresas de la noche.

Tras un año en el que la sudafricana no ha podido hacer prácticamente nada debido a sus problemas de salud, su agenda empieza a tomar fuerza. Son ya varios los compromisos que ha podido afrontar desde que volviera al principado y cada vez se la ve mejor y más sonriente. Y desde luego, en la cita que tuvo este lunes tenía muchos motivos para sonreír y para evocar los buenos recuerdos, ya que Charléne de Mónaco volvía al hospital donde dio a luz a sus hijos hace ya ocho años. Y lo hacía para afrontar una de esas obligaciones institucionales que no lo son tanto.

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