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Las familias de Charlène y Alberto escenifican la buena salud de su relación
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GRAN PREMIO DE MÓNACO

Las familias de Charlène y Alberto escenifican la buena salud de su relación

Los Grimaldi casi al completo acudieron al Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1, compartiendo jornada con el hermano de la sudafricana y su cuñada

Foto: Charlène y Alberto, este fin de semana en Mónaco. (Reuters/Benoit Tessier)
Charlène y Alberto, este fin de semana en Mónaco. (Reuters/Benoit Tessier)

Nueva aparición en familia de los príncipes monegascos. Y esta vez no se han limitado a disfrutar de la cita, en este caso el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco, junto a sus hijos, Jacques y Gabriella, sino que han ampliado la aparición al resto de miembros de ambos clanes. El resultado es que las familias de Charlène y Alberto han escenificado la buena salud de su relación, dando una imagen de absoluta unidad. Los Grimaldi, que son una piña, han compartido jornada con los Wittstock, generando una imagen de lo más significativa.

Desde que Charlène volviera al principado, tras su paso por una clínica suiza para tratar sus problemas de salud, han surgido numerosas informaciones sobre la situación sentimental del matrimonio. Desde que había firmado un acuerdo para aparecer en citas puntuales, ejerciendo de primera dama de forma oficial, con un importante beneficio económico para ella, hasta que se la habría excluido de las celebraciones por el centenario del nacimiento del príncipe Raniero o que ya se había estipulado que, en caso de fallecer Alberto de Mónaco, no sería ella la regente, sino Carolina. Pero ninguna de las afirmaciones han sido abordadas desde palacio, al menos de forma oficial.

placeholder Charlène y Gabriella, durante la celebración del Gran Premio. (Reuters/Benoit Tessier)
Charlène y Gabriella, durante la celebración del Gran Premio. (Reuters/Benoit Tessier)

La estrategia para abordarlos (intencionada o no), ha sido aparecer públicamente en diferentes citas, juntos e intentando mostrar la fortaleza de su relación, de la que se lleva hablando durante años, prácticamente desde que se supo la identidad de aquella joven nadadora, prometida de Alberto de Mónaco. Y parece que Charlène ha tomado buena nota de los comentarios que generaron sus primeras apariciones, en las que no estaba precisamente feliz -lógico también si tenemos en cuenta que sigue en proceso de recuperación-, porque ahora es todo sonrisas.

De hecho, incluso en su última aparición pública previa a este Grand Prix de Fórmula 1, en el debut de su hija Gabriella en los Fashion Monaco Awards, no dudó en abordar con valentía todas esas informaciones sobre las que se ha especulado en las últimas semanas. Unas palabras que reforzaba Charlène no solo con su participación en el campeonato de automovilismo, sino principalmente con su actitud.

Pero por si sus sonrisas y aparente comodidad fueran poco para mostrar el buen momento por el que pasa la relación de los príncipes, acudieron a esta cita pública con 'refuerzos'. Porque vimos a la familia Grimaldi casi al completo: Pierre Casiraghi con Beatrice Borromeo y sus dos hijos; Andrea y Tatiana Santo Domingo con los suyos; Carlota, en este caso sin su marido y solo acompañada de su hijo mayor, Raphäel; y Alexandra de Hannover junto a su novio. Y aunque no posaron con sus primos, también estuvieron presentes Louis y Marie Ducruet.

placeholder Los hijos y nietos de Carolina de Mónaco,  junto a Gareth y Sean Wittstock. (Getty)
Los hijos y nietos de Carolina de Mónaco, junto a Gareth y Sean Wittstock. (Getty)

La sorpresa fueron los compañeros de jornada de los Grimaldi, que no eran otros que Sean y Gareth Wittstock, los hermanos de Charlène de Mónaco, además de Chantell, su cuñada y quien se convertiría durante su estancia en Sudáfrica en portavoz improvisada y la responsable de una pequeña metedura de pata que precisamente dio lugar a muchas especulaciones sobre la relación de los príncipes monegascos. Sea como sea, lo cierto es que los Grimaldi y los Wittstock se mostraron como una piña, escenificando así la unidad familiar.

Precisamente, entre todas esas especulaciones que han surgido en estos once años de matrimonio, se ha hablado de los hermanos de Charlène como una imposición de la sudafricana a su marido para quedarse en Mónaco, ya que era una forma de tener cerca a los suyos mientras estaba a miles de kilómetros de casa. De ahí que Gareth se convirtiera, junto a su esposa, en una cara más de las citas institucionales y las fiestas más exclusivas. Una sempiterna presencia que no se libró de las críticas, a pesar de que la mayoría de las ocasiones estaba justificada, puesto que tenían relación con la Fundación Princesa Charlène, de la que es presidente.

Y aunque Sean y Chantell vivían en Sudáfrica, de unos meses a esta parte también se han convertido en imprescindibles en la vida social monegasca. De hecho, los dos hermanos de Charlène tuvieron un lugar privilegiado en las celebraciones del Día Nacional, con lo que Alberto dejaba claro que la familia de su esposa también era la suya. Una máxima que ha vuelto a cumplirse este fin se semana, después de ver a los Grimaldi y a los Wittstock más unidos que nunca y escenificando la fortaleza de la relación de los príncipes de Mónaco.

Nueva aparición en familia de los príncipes monegascos. Y esta vez no se han limitado a disfrutar de la cita, en este caso el Gran Premio de Fórmula 1 de Mónaco, junto a sus hijos, Jacques y Gabriella, sino que han ampliado la aparición al resto de miembros de ambos clanes. El resultado es que las familias de Charlène y Alberto han escenificado la buena salud de su relación, dando una imagen de absoluta unidad. Los Grimaldi, que son una piña, han compartido jornada con los Wittstock, generando una imagen de lo más significativa.

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