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Janan Harb, la esposa secreta del rey Fahd: amor, exilio, traición y guerra judicial
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Janan Harb, la esposa secreta del rey Fahd: amor, exilio, traición y guerra judicial

Janan nunca pudo imaginar lo que el destino le depararía. En 1967 conoció al entonces príncipe Fahd en una fiesta y su vida cambió para siempre

Foto: Janan Harb. (Cordon Press)
Janan Harb. (Cordon Press)

La historia de Janan Harb con el rey Fahd de Arabia Saudí comenzó como un cuento de hadas que se tornó en pesadilla. La traición que siempre ha asegurado que vivió por parte del que fue su marido y de la familia de este la llevó al exilio, a la tristeza absoluta e incluso a los tribunales. También a que contara su historia en múltiples entrevistas o en un libro de memorias.

Foto: Cristiano Ronaldo y Georgina Rodríguez, en una imagen de archivo en Madrid. (Reuters/Susana Vera)

Este mes de marzo se cumplen 55 años de su boda secreta con el príncipe que después se convertiría en rey de Arabia Saudita. ¿Cómo llegó esta mujer palestina a convertirse en su esposa? Nacida en Haifa, en un hogar cristiano-palestino, la compleja situación política de Palestina la obligó a emigrar. Quería comenzar una nueva vida en el extranjero y se mudó con sus primos a Arabia Saudí, a una pequeña casa en Jedda. Allí logró trabajar en la embajada de Venezuela como traductora de árabe.

placeholder Fahd bin Abdulaziz, en una foto de archivo. (Gtres)
Fahd bin Abdulaziz, en una foto de archivo. (Gtres)

Janan nunca pudo imaginar lo que el destino le depararía. En septiembre de 1967, un importante hombre de negocios organizó una fiesta a la que ella acudió. Allí conoció al entonces príncipe Fahd. Él tenía 45 años, estaba casado y tenía 9 hijos, pero cuando vio a aquella joven de 19 años parecida a Sophia Loren no dudó en acercarse a ella.

A partir de aquel momento el príncipe comenzó a cortejar a Janan con regalos caros como joyas, pieles, relojes, limusinas que la recogían y la dejaban en casa, viajes de ensueño, restaurantes lujosos, etc. Un nivel de glamour nunca conocido antes por ella comenzó a rodear su vida.

Dos meses después de haberse conocido en aquella fiesta, Fahd confesó a Janan, durante un viaje a Londres, su amor por ella. Seis semanas después le propuso matrimonio. Pero existía un gran problema para que la boda se llevara a cabo con normalidad.

Fahd sabía que si iba a convertirse en rey, tomaría el título de guardián de la fe islámica. Su matrimonio con una mujer no musulmana habría sido inaceptable a ojos de todos. Por otro lado, la primera esposa oficial de Fahd no debía ser objeto de humillaciones por la nueva boda de su marido. Por todo esto, Janan Harb se mudó al palacio de Al Sharafiya y en marzo de 1968 protagonizó una boda secreta dentro de sus muros y frente a tres testigos.

placeholder Janan Harb, en una imagen de archivo. (Cordon Press)
Janan Harb, en una imagen de archivo. (Cordon Press)

Fueron meses de felicidad, rodeada de lujo y enamorada; tanto que deseaba ser madre, pero Fahd se negaba a tener un hijo con sangre palestina en sus venas. Janan ha asegurado que quedó embarazada en tres ocasiones y que en las tres Fahd la obligó a abortar.

La presencia de Janan en palacio resultaba cada vez más perturbadora para la familia de Fahd hasta que a finales de 1970, el hermano de este le ordenó que se fuera. Según confesó ella misma en ‘The Times’, en aquel momento era “una mujer rota” exiliada en Estados Unidos, lejos de su familia y sin la protección de su marido, quien estuvo de acuerdo con su marcha por motivos que ella no quiso aclarar.

El contacto con Fahd no desapareció. En los años siguientes a su precipitada salida de palacio, ella y el futuro rey de Arabia Saudí se vieron en varias ocasiones. Sin embargo, no hubo marcha atrás en su ruptura y Janan le comunicó en 1974 su deseo de contraer matrimonio con un abogado cristiano en Beirut. Según explicó ella misma, su matrimonio con Fahd se consolidó a través de una ceremonia islámica que aún se mantiene bajo la ley Sharia, ya que nunca existió divorcio, mientras que su matrimonio con el abogado fue a través de una boda civil. El nuevo matrimonio duró 5 años y fruto de esa relación nacieron dos niñas que contaron con la mejor educación en Europa gracias a las aportaciones económicas de Fahd.

En 1995, el rey Fahd sufrió un derrame cerebral del que nunca se recuperó por completo hasta su muerte en 2005, con 82 años. Según ha afirmado siempre Janan, Fahd le prometió que nunca le faltaría el sustento económico.

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Janan Harb. (Cordon Press)

El 20 de junio de 2003, Janan asegura que se citó con el príncipe Abdul Aziz, hijo del rey Fahd, en el londinense hotel Dorchester. Este acordó pagarle 12 millones de libras (16,8 millones de euros) y cederle dos pisos situados en el barrio de Chelsea y valorados cada uno en cerca de 5 millones de libras (7 millones de euros), todo con el fin de cumplir la promesa hecha por su padre.

Sin embargo, ese pago nunca se produjo y la familia real negó que ese encuentro se hubiera producido.

Por ello, Janan decidió interponer una demanda para reclamar a su familia política lo que consideraba que era suyo. Defendía su derecho a recibir beneficios del reino de Arabia Saudí porque aún estaba casada con Fahd cuando se le prometió apoyo financiero de por vida. Además, aseguraba que durante su matrimonio con Fahd, ella le ayudó con muchos de sus negocios.

Comenzó una guerra judicial que duró años hasta que en 2015, el Tribunal Supremo ordenó que el hijo del rey Fahd, el príncipe Abdul Aziz, le pagase a Janan una indemnización de 15 millones de libras esterlinas (algo más de 17 millones de euros) y que le hiciera entrega de dos apartamentos de lujo en Chelsea. Sin embargo, el príncipe Abdul Aziz decidió apelar dicha decisión judicial y la sentencia anterior fue anulada.

“He tratado de comunicarme con la familia de mi esposo con muchas promesas sin cumplir y sin una resolución satisfactoria. Todo lo que busco es lo que es mío por derecho, algo que, si la salud de mi esposo hubiera sido mejor, se habría producido. Nunca nos divorciamos, por lo que mis derechos como esposa siguen vigentes”, comentó indignada Janan, quien tras el golpe judicial amenazó con tirar de la manta y sacar a la luz todos los secretos de la vida dentro de palacio, una carta debajo de su manga con la que siempre ha jugado.

La historia de Janan Harb con el rey Fahd de Arabia Saudí comenzó como un cuento de hadas que se tornó en pesadilla. La traición que siempre ha asegurado que vivió por parte del que fue su marido y de la familia de este la llevó al exilio, a la tristeza absoluta e incluso a los tribunales. También a que contara su historia en múltiples entrevistas o en un libro de memorias.

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