¿De quién ha heredado el príncipe Louis sus divertidas poses en el balcón?

A pesar de su juventud, o precisamente por ello, el príncipe Louis ha conseguido robarle el corazón a todo el mundo. Se convirtió en protagonista inesperado de la coronación de Carlos III, porque a pesar de que toda la velada giraba en torno a su abuelo, sus divertidos gestos fueron el centro de atención.

Nada más normal que aburrirse en una ceremonia solemne pensada para adultos, y Louis lo dejó muy claro con un gran bostezo que encandiló a todos lo que pudieron verle. El joven se comporta como un niño de su edad (aunque hay que reconocer que con una gran educación y mucha paciencia) y eso siempre es aplaudido.

Hace lo mismo en todas las ocasiones en las que acompaña a sus padres, una actitud que destaca todavía más si le comparamos con sus hermanos, que también pasaron por esa etapa y ahora, conscientes de dónde están y de su papel, muestran una actitud muy respetuosa. Prueba de ello es que su hermana Charlotte no le soltó la mano durante su llegada a la abadía.

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Estas no son las únicas ocasiones en las que Louis se muestra más libre y espontáneo; de hecho, son famosas sus reacciones en el balcón, ya sea tapándose los oídos porque el ruido es demasiado molesto para él o haciendo muecas a la gente. También cuando se queda asombrado, hipnotizado al ver todo lo que tiene ante sus ojos.

Una actitud que en raras ocasiones se encuentra con los límites de sus padres, que entienden que el pequeño tiene que ser un niño y, siempre que no resulte molesto o sea un momento inadecuado, le dejan ser. No podría ser de otra manera, porque lo cierto es que el joven Louis tiene a quien parecerse, concretamente a su padre Guillermo, que tampoco era capaz de estarse quieto en ningún momento, incluso corriendo delante de su abuela.

Esto ha quedado más claro que nunca gracias a una recopilación que un usuario de TikTok (Livvie, quien maneja una cuenta fan de los príncipes de Gales) ha hecho, con momentos en los que un pequeño Guillermo dejaba volar su imaginación y jugaba en el balcón, poniendo caras o lanzando flechas imaginarias.

Guillermo ha crecido en la familia real; sabe lo que es tener que pasar demasiado tiempo de pie cuando eres un niño que solo quiere jugar y correr, y tal vez por eso entiende que sus hijos se muestren inquietos en determinados momentos. Tanto Kate como él intentan siempre tenerles en cuenta; es habitual verles corregirles sin regañarles (por lo menos en público) y agacharse para hablar con ellos a su altura, para que les sientan más cercanos.