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La otra Charlotte de Gales: la princesa cuya trágica muerte cambió la historia de dos países
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La otra Charlotte de Gales: la princesa cuya trágica muerte cambió la historia de dos países

Era igual de popular que la hija de Kate Middleton y Guillermo, aunque mucho más desgraciada, ya que se vio envuelta en una fea guerra familiar

Foto: Charlotte de Gales, en un retrato de George Dawe.
Charlotte de Gales, en un retrato de George Dawe.

Aunque es aún pequeña y por su edad no ha asumido actividades oficiales, la única hija del príncipe Guillermo y Kate Middleton es uno de los miembros más populares de la familia real británica. Así lo hemos visto especialmente en los últimos años, cuando sus apariciones públicas han aumentado y ha tenido papeles principales en los acontecimientos más importantes de los últimos meses, como la coronación del rey Carlos III o el Jubileo de Platino de la reina Isabel. El nombre de Charlotte de Gales ocupa cada vez más titulares y promete ser una de las grandes estrellas de los Windsor.

Ahora bien, la nieta de Carlos III no ha sido la única Charlotte de Gales de la historia de la familia real británica. Hubo otra, hace más de dos siglos, que también consiguió el unánime cariño de los ciudadanos. Aunque, eso sí, su popularidad contrastó con las dificultades que tuvo en su vida y su triste final: una trágica muerte que cambió la historia de dos países y derivó en el Gotha que conocemos hoy en día.

placeholder Kate Middleton, junto a Charlotte y George. (Reuters/Dylan Martinez)
Kate Middleton, junto a Charlotte y George. (Reuters/Dylan Martinez)

Ya incluso antes de nacer, la relación entre sus padres era complicada. Él, el príncipe Jorge, hijo de Jorge III y la reina Carlota -una figura ahora muy de moda por las series 'Los Bridgerton' y 'La reina Carlota'-; ella, Carolina de Brunswick-Wolfenbüttel. Eran primos hermanos y los archivos aseguran que no se atrajeron nada al conocerse, aunque los intereses políticos y familiares les hicieron pasar por el altar en 1795. Tras su boda, y tal como contaron las cartas del príncipe, tuvieron tan solo tres encuentros íntimos durante su matrimonio. De uno de ellos, nacería en 1796 su única hija, la princesa Charlotte de Gales.

La distancia entre la pareja fue total, tanto física como emocional, y no volvieron a vivir juntos tras el nacimiento de su única hija. Ni juntos, ni con ella. La niña vivió en una casa para ella sola, rodeada de institutrices, sin apenas contacto con ninguno de los dos, que iban a visitarla en contadas ocasiones. En el caso de su madre, tenía restringidas las visitas a su hija, dado que se había trasladado a vivir a otra residencia en la localidad de Blackheath, donde tuvo al menos dos relaciones extramatrimoniales, antes de marcharse a Europa, dejando tras de sí un rastro de deudas y amantes.

placeholder Carlota, representada con su madre por el artista Thomas Lawrence.
Carlota, representada con su madre por el artista Thomas Lawrence.

En el caso de su padre, no tenía las visitas restringidas, pero no le hacía especial gracia que su hija lo acompañara a citas públicas, aunque ella estaba deseosa de participar en eventos y reuniones de la alta sociedad. El motivo era ni más ni menos que los celos. El príncipe Jorge veía cómo, cada vez que su hija aparecía en público, era aclamada por la multitud. Bien por el desapego con sus padres, bien por que despertaba simpatía, lo cierto es que Charlotte de Gales se ganó el favor y el cariño de la gente, que la consideraba como una hija más, igual que la difunta reina Isabel llegó a ser como una entrañable abuela para todos los británicos.

Tal vez para alejarla un poco del país y que no eclipsara a su padre, el propio príncipe Jorge consideró una oferta de matrimonio que llegó para su hija. El pretendiente, el entonces príncipe de Orange, heredero al trono de los Países Bajos. Ella tomó una decisión entonces con la que ya consiguió que todo el pueblo estuviera a sus pies, ya que rechazó la propuesta al darse cuenta de que se alejaría de su propio país, el mismo que, como hija del heredero, estaba llamada a reinar. No se casó hasta tres años más tarde, enamorada y, esta vez sí, convencida. El afortunado, el apuesto príncipe Leopoldo de Saxe-Coburg-Saalfeld.

Foto: El príncipe de Gales y sus dos hijos mayores, en Wimbledon. (EFE/EPA/Neil Hall)

Después de su boda, la pareja vivió tranquilamente en Claremont House en Esher, Surrey, pasando sus días casi completamente en compañía del otro. Una actitud que era muy diferente a la de sus padres y sus tíos y la ristra de amantes que tenían unos y otros, además de unos gustos extravagantes y caros, lo que ayudó a aumentar la popularidad de la nueva pareja. Cuando se anunció el embarazo de Charlotte en abril de 1817, el público lo recibió con gran deleite y la prensa lo siguió de cerca. Lo que nadie esperaba era que esa historia, tan bien recibida por todos, tendría un más que trágico final.

placeholder Retrato de Charlotte y Leopoldo para el libro 'The National Portrait Gallery History of the Kings and Queens of England'.
Retrato de Charlotte y Leopoldo para el libro 'The National Portrait Gallery History of the Kings and Queens of England'.

El parto comenzó el 4 de noviembre y, después de más de 50 horas, la princesa dio a luz a un niño que nació muerto. Pero era solo la primera parte de la tragedia, ya que ella enfermó repentinamente y murió poco después. La noticia provocó una ola de dolor en toda la nación, con servicios conmemorativos en su memoria en todas las iglesias y pueblos y un luto de dos semanas en tiendas y edificios públicos, que también se cubrieron de negro. Uno de esos homenajes se puede ver en la capilla de San Jorge de Windsor, donde existe un monumento de mármol en su honor que se erigió gracias a la recaudación de fondos entre la población y que da muestra del afecto que se le tenía.

Y aún hay otro capítulo más de la historia, también con un final igual de trágico. El dolor del pueblo se convirtió en ira y no tardó en buscar un culpable a su muerte. El dedo acusador señaló pronto al asistente en el parto, sir Richard Croft, muy criticado tanto por la dieta restrictiva que le había recetado a Charlotte durante su embarazo como por no haber intervenido con fórceps cuando su trabajo de parto se volvió difícil. Aunque fue absuelto de toda culpa tanto por el príncipe Leopoldo como por el príncipe Jorge, le pudo la presión y la culpa y se suicidió tres meses después disparándose en la cabeza.

placeholder Retrato de la princesa Charlotte de Gales por George Dawe.
Retrato de la princesa Charlotte de Gales por George Dawe.

Si algo se puede sacar en positivo de su fallecimiento, es que con él se conformó el Gotha que hoy conocemos. La explicación es que, al no tener herederos, el rey Jorge presionó a sus hijos pequeños para que se casaran y tuvieran descendencia legítima. En poco más de un año, había cuatro nuevos bebés en la familia que aumentaban la lista de sucesión al trono. Aunque solo uno de ellos sobrevivió. Hablamos de Alexandrina Victoria, hija de Eduardo, el quinto hijo de los reyes, y que se convertiría, en 1837, en la todopoderosa reina Victoria, la llamada 'abuela de Europa', ya que casi todos sus descendientes se unieron a miembros de otras monarquías y de ella descienden prácticamente todos los reyes de la actualidad.

Y también por parte de Leopoldo, su viudo, se cambió la historia. Se le pidió que se convirtiera en el primer rey de los belgas, lo que condujo a la formación de una nueva monarquía que prosperó hasta nuestros días. Sin la muerte de Charlotte, es poco probable que hubiera aceptado ese papel, como también lo es que la reina Victoria hubiera nacido, ya que su padre no tenía la presión, hasta el fallecimiento de su sobrina y de su hijo, de tener descendencia. Si hubieran vivido ella o su primogénito, tanto la historia de Gran Bretaña como la de Bélgica hubieran sido muy diferentes.

Aunque es aún pequeña y por su edad no ha asumido actividades oficiales, la única hija del príncipe Guillermo y Kate Middleton es uno de los miembros más populares de la familia real británica. Así lo hemos visto especialmente en los últimos años, cuando sus apariciones públicas han aumentado y ha tenido papeles principales en los acontecimientos más importantes de los últimos meses, como la coronación del rey Carlos III o el Jubileo de Platino de la reina Isabel. El nombre de Charlotte de Gales ocupa cada vez más titulares y promete ser una de las grandes estrellas de los Windsor.

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