Adiós a Víctor Manuel de Saboya, el príncipe 'non grato' para el rey Juan Carlos

Víctor Manuel de Saboya ha fallecido a los 86 años en Ginebra, donde vivía con su mujer, Marina Ricolfi Doria. El matrimonio fue complicado desde el primer momento, ya que su padre, Humberto II, último rey de Italia, no estaba muy de acuerdo con ese compromiso, al ser ella plebeya.

Se casaron en dos ocasiones y aparentemente era la única persona que sabía controlar los ataques de ira del príncipe. Este no fue el único obstáculo en la relación padre e hijo, dado el carácter impulsivo del heredero, que nunca asumió que, por decisión del pueblo soberano, no lo querían en la jefatura del Estado.

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Núria Tiburcio

Vivió parte de su exilio en Cascais, donde los Saboya tenían de vecinos a los condes de Barcelona y familia. Pudo regresar a Roma y en estos últimos tiempos permaneció en Ginebra.

En un documental de Netflix se ahonda en su personalidad, donde se refleja el turbio asunto que rodeó la muerte de un joven turista alemán que se encontraba con otros amigos en la isla Caballo (Córcega). Allí, el príncipe sin trono disparó en dos ocasiones al considerar que estaban en su territorio. Fue condenado, pero no pasó por la cárcel. Y finalmente fue absuelto.

Esta historia y otras muchas que muestran su carácter prepotente aparecen en el documental realizado y dirigido por Beatrice Borromeo, casada con Pierre Casiraghi y por lo tanto nuera de Carolina de Mónaco. Al final de uno de los episodios aparecen, cuando cree que no le están grabando, unas acusaciones terribles sobre la muerte del infante Alfonso de Borbón, hermano del Rey emérito, que falleció por un disparo fortuito. En otro momento del documental el príncipe realiza unas apreciaciones sobre su relación con don Juan Carlos. “Tengo muchas cosas que contar, pero no puedo. Cosas sobre Juan Carlos. No era muy poco educado con mi mujer y conmigo cuando teníamos desencuentros. Y no sé por qué, porque siempre fuimos muy amables, y él lo sabía”.

Este documental se realizó años después de un encontronazo público con el Rey emérito en Madrid. Sucedió tras la boda del príncipe Felipe con la periodista Letizia Ortiz, el 22 de mayo de 2004, celebrada en la catedral de La Almudena. En el convite que tuvo lugar en el Palacio Real, al que acudían las cabezas titulares de las Casas reinantes, las exiliadas y las que aspiraron en su momento a ser entronizados, ya se hablaba de la mala relación entre Víctor Manuel de Saboya y su pariente, Amadeo de Aosta, primo hermano de la reina Sofía. Esta animadversión entre ambos se debía a que este último se había proclamado jefe de la Casa de Saboya al considerar que el hijo del rey Humberto II había contraído matrimonio morganático con la que había sido campeona de esquí acuático, Marina Doria, y por lo tanto había perdido sus derechos sucesorios.

Si el ambiente ya estaba caldeado el día de la boda, la escenificación de esa animadversión tuvo lugar el día después en el palacio de la Zarzuela donde los reyes Juan Carlos y Sofía despedían a sus familiares con una cena. La información trascendió días después de una manera muy breve. Los dos herederos a la Corona de Italia se habían enzarzado en una discusión. Tiempo después se supo que la pelea verbal llegó a las manos y que había sido Víctor Manuel el que propinó el primer puñetazo. El agredido se defendió hasta que hubo intermediarios que les separaron y que también recibieron al intentar mediar. Don Juan Carlos fue directo a su primo y le dijo, según testigos: “Nunca más vas a volver a esta casa”, una declaración que en su día publicó Vanitatis.

Efectivamente, nunca más volvieron a encontrase. De ese reproche llegaron después sus comentarios desagradables hacia el Rey emérito en el documental de Beatrice Borromeo. El rencor quedaba patente en sus declaraciones.