La estrategia de Harry y Meghan para hacerse fuertes en los momentos más débiles de la Casa Real

Hablábamos hace unos días de cómo los duques de Sussex habían anunciado el lanzamiento de su nueva web. El gesto sorprendió, desde luego, al coincidir con una etapa frágil de la Corona, al tener las bajas de dos de sus miembros de primera fila, como son el rey Carlos y Kate Middleton. Pero lo cierto es que no es la primera vez que vemos esta estrategia de Harry y Meghan, con la que parecen querer hacerse fuertes en los momentos más débiles de la Casa Real.

Es verdad que, desde que anunciaran que su intención era dejar de trabajar para la institución, sus movimientos han sido analizados al detalle, especialmente por sus detractores. Incluso, nos podríamos ir unos meses más atrás y tomar la demanda que pusieron a varios tabloides británicos como punto de inflexión para que comenzara ese escrutinio pormenorizado del que son objeto por parte de la prensa británica.

Pero lo cierto es que la pareja tampoco lo pone fácil para que no se hable de ellos, especialmente por tres grandes movimientos que han hecho en estos cuatro años. Tres jugadas muy significativas con que han acaparado innumerables titulares y que han vuelto a ponerles en primera fila.

Para este primer gran movimiento del que les hablamos, nos tenemos que ir hasta marzo de 2021. Los Sussex llevaban ya un año fuera de Buckingham y tuvieron que empezar a cerrar acuerdos profesionales para poder seguir facturando, sin ya ese paraguas económico que, hasta unos meses antes, les daba el ahora el rey Carlos III a través del ducado de Cornualles. Y aunque por este gesto no cobraron, supuso su primer gran paso al frente como figuras exclusivamente mediáticas.

Hablamos de la entrevista que concedieron a Oprah Winfrey en marzo de 2021. Una charla televisada en la que hubo lágrimas, la revelación de que el bebé que esperaban en ese momento era niña y duras confesiones y acusaciones.

Entre las primeras, las que hizo Meghan Markle acerca de que había tenido pensamientos suicidas, ya siendo miembro de la familia real. Entre las segundas, las que acusaban a ciertos miembros de los Windsor de ser racistas, por haber mostrado preocupación por el tono de piel de su hijo mayor, Archie.

No podemos negar que en cualquier contexto esta entrevista hubiera acaparado miles de titulares en todo el mundo, como así pasó. Eran sus primeras palabras acerca del Megxit desde su salida de Buckingham y los diferentes avances que se emitieron prometían que iban a contar todo. Pero es verdad que el momento en el que salió a la luz generó durísimas críticas.

El motivo es que coincidió con el ingreso en el hospital del entonces duque de Edimburgo, abuelo de Harry, del que preocupaba especialmente su salud por su avanzada edad. De hecho, el marido de la reina Isabel la dejaría viuda solo un mes después, el 9 de abril. Entenderán que el regreso del duque de Sussex a Londres para despedir a su abuelo paterno no fue, precisamente, el más cálido, dado que además no estuvo acompañado de Meghan, en la recta final de su embarazo.

Segundo movimiento: la docuserie de 'Netflix'

Tuvo que pasar algún tiempo hasta otro de los momentos más débiles de la Corona, quizá el que más afectó, no solo a los Windsor, sino a todo el pueblo británico. Hablamos de la muerte de Isabel II, que el destino quiso que sucediera mientras Meghan y Harry se encontraban en Europa.

Lógicamente, la pareja participó en todos los actos de despedida, como corresponde a un nieto y su esposa, por mucho que la distancia, física y emocional, estuviera presente entre ellos antes del fallecimiento de la monarca.

Nadie puede dudar de que, siendo una figura de referencia como era, el fallecimiento de su abuela afectó y mucho al príncipe Harry. Pero eso no le libró de ciertas críticas, especialmente cuando, apenas un par de meses después del multitudinario funeral de la reina Isabel II, se conoció la jugada que ya por entonces se estaba fraguando en las filas Sussex.

El 8 de diciembre se estrenaba 'Harry & Meghan', la docuserie que grabaron como parte de su acuerdo millonario con Netflix. Fue conocerse la fecha de estreno y que se emitieran los primeros avances y las críticas a Harry por no respetar la memoria de la monarca no se hicieron esperar.

No solo su fallecimiento estaba reciente, sino que se daba por hecho, puesto que una producción de este tipo lleva tiempo, que lo tenían pensado mucho antes de darle el último adiós y no tuvieron miramientos en seguir con los planes.

Por no hablar del hecho de que algunas de las escenas que se vieron en el documental estaban grabadas en Buckingham incluso antes de hacerse efectivo el Megxit, lo que dejó claro a muchos que tenían pensado su plan desde hacía mucho tiempo, pero habían estudiado metódicamente los tiempos para estrenar el documental en el momento más adecuado.

Y así, llegamos al siguiente momento débil de la Corona británica, con una crisis de salud importante y las filas bastante mermadas. No solo el rey Carlos III anunciaba hace unos días que tiene cáncer, lo que le ha alejado de su agenda pública para centrarse en el tratamiento al que se somete periódicamente en Londres, sino que la princesa de Gales estará de baja hasta, por lo menos, Semana Santa.

De ahí que los medios británicos no hayan tenido piedad con los duquesa de Sussex, ya que anunciaban esta misma semana el lanzamiento de su nueva web. Lo hacían sin mencionar a ningún miembro de la familia real, pero utilizando sus títulos y su escudo de armas, algo a lo que, por otra parte, tienen todo el derecho.

El anuncio no venía solo, sino que, solamente 24 horas después, Meghan Markle desvelaba su nuevo proyecto: la alianza con la plataforma Lemonada Media para seguir con la serie de pódcast 'Archetypes'.

La pregunta quedaba en el aire nada más salir esa nueva página web: ¿podrían haber esperado un poco a que se estabilizara la familia real o aprovecharon el momento de debilidad para hacerse notar? Lo cierto es que, teniendo en cuenta los antecedentes de Meghan para reaparecer, casualmente, siempre que Kate Middleton daba alguna noticia importante o tenía un gran acto, los más críticos se inclinan sin dudarlo por la segunda opción.