La tiara escondida: una década del debut más comentado de la reina Letizia en una cena de gala
Diez años después, la tiara Princesa sigue siendo una de las joyas menos vistas de Letizia. Solo la llevó una vez, en su estreno como Reina en Europa.
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Diez años han pasado desde aquella noche en la que don Felipe y doña Letizia se presentaron ante la realeza europea como Reyes de España, en el marco de la cena de gala por el 75 cumpleaños de la reina Margarita de Dinamarca. Era el 15 de abril de 2015, y aunque el evento reunía a la flor y nata de las casas reales, fue Letizia quien acaparó buena parte de las miradas al lucir, por primera vez, la tiara Princesa.
Se trataba de una joya muy especial: un regalo del Rey con motivo de su quinto aniversario de boda en 2009. Hasta entonces, la pieza había permanecido guardada en su joyero, en parte por la difícil coyuntura económica que vivía el país en aquellos años. La Reina, consciente del simbolismo de cada uno de sus gestos, había preferido no mostrarla en público en un momento en el que muchos hogares atravesaban dificultades.
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La tiara, elaborada por la histórica casa Ansorena en oro blanco, está decorada con 450 diamantes y diez perlas de gran tamaño. Inspirada en la Flor de Lis, símbolo tradicional de la monarquía, es una pieza desmontable cuya parte central puede utilizarse como broche, opción a la que Letizia ha recurrido en más de una ocasión.
"Cuando Felipe se la regaló, no era el mejor momento para exhibir un gesto así", explica José Luis Sampedro, coautor de 'Las joyas de las reinas de España'. "Por eso, durante años, Letizia optó por no lucirla como tiara y solo usó el broche floral, que pasaba más desapercibido".
Desde que la estrenara en Dinamarca hace diez años, la Reina no ha vuelto a llevar esta joya sobre la cabeza, lo que ha dado pie a teorías que apuntan a que estaría reservándola para la princesa Leonor o la infanta Sofía, cuando por fin las veamos vestidas de gala. “También puede influir lo cómoda que resulte de llevar o su compatibilidad con determinados peinados”, añade el historiador.
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A pesar de no contar con piedras de gran tamaño, la tiara Princesa destaca por la calidad de sus perlas. Según Francisco Linares, creador del sitio 'Mis joyas reales', “el verdadero valor de la pieza reside en esas perlas, que si superan cierto tamaño y calidad, pueden tener un valor muy superior al de los diamantes. Además, no es una joya especialmente ostentosa, pero Letizia sabe cómo sacarle partido”.
Diez años después de su estreno, la tiara Princesa permanece como una de las joyas más enigmáticas del joyero real: cargada de simbolismo, envuelta en discreción y posiblemente destinada a iniciar una nueva etapa con las hijas de los Reyes, Leonor y Sofía.
Diez años han pasado desde aquella noche en la que don Felipe y doña Letizia se presentaron ante la realeza europea como Reyes de España, en el marco de la cena de gala por el 75 cumpleaños de la reina Margarita de Dinamarca. Era el 15 de abril de 2015, y aunque el evento reunía a la flor y nata de las casas reales, fue Letizia quien acaparó buena parte de las miradas al lucir, por primera vez, la tiara Princesa.