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El adiós de Angela Merkel y Joachim Sauer, la canciller alemana y su 'fantasma de la ópera'
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CAMBIOS EN ALEMANIA

El adiós de Angela Merkel y Joachim Sauer, la canciller alemana y su 'fantasma de la ópera'

La líder alemana deja su cargo tras décadas en el poder. Su marido, con quien se casó en segundas nupcias, ha intentado mantenerse al margen de las presiones mediáticas

Foto: Angela Merkel. (Reuters)
Angela Merkel. (Reuters)

Durante años, Angela Merkel y Joachim Sauer, alumna y profesor, convivieron sin estar casados, algo que no les importó hasta que la carrera de ella empezó a despuntar en la política alemana. La Muchacha, como la llamaba su padrino político, Helmut Kohl, canciller de la unificación del país, se había divorciado de su primer marido, Ulrich Merkel, un físico del que conserva el apellido. Porque cuando su nombre ya había cobrado peso no quiso cambiarlo. Se casó después con Sauer, un hombre hiperdiscreto que había sido su tutor en la universidad.

Ahora que Merkel dice adiós, los ojos vuelven a posarse en ese hombre tímido y serio que ha sido ‘primer marido’ durante los largos años de mandato de la canciller. “Joachim Sauer, que es químico y tiene ahora 72 años, apenas se ha dejado ver en público con la canciller, salvo en algunas cumbres internacionales, en las que ha ejercido de anfitrión de consortes de líderes mundiales, la inmensa mayoría esposas”.

placeholder Angela Merkel y Joachim Sauer, en el festival de ópera Wagner en Bayreuth. (Reuters)
Angela Merkel y Joachim Sauer, en el festival de ópera Wagner en Bayreuth. (Reuters)

Maria Paz López es corresponsal de 'La Vanguardia' en Berlín desde hace unos años y analiza con Vanitatis el papel que ha desempeñado el marido de Merkel en la vida política alemana. Un papel que ha quedado relegado a casi nada por voluntad propia: “Así le vimos hacerlo en el G7 de Elmau, en Baviera, en 2015. También han acudido juntos a festivales de música clásica, como el de Bayreuth; por eso la prensa alemana apodó a Sauer ‘el fantasma de la ópera’, al aparecer en público casi solamente en caso de acontecimientos musicales”.

Foto: Angela Merkel, en una imagen de archivo. (Getty)

La pareja ha logrado que su vida perdiera interés ante la prensa durante este tiempo. Es cierto que se han visto imágenes de ellos en los medios, tal como nos comenta López: “Pasado el primer momento, no han experimentado un gran seguimiento como pareja por parte de los medios. Los fotógrafos sí han captado varias veces a Merkel haciendo la compra en un supermercado de la zona en que viven, un piso de alquiler frente al Museo de Pérgamo. A ambos les gustan las caminatas por el bosque, y tienen una casa en los alrededores de Templin, una pequeña localidad de Brandemburgo donde ella vivió entre los 3 y los 17 años”.

Bulos sobre el matrimonio

Al ser tan reservados, la prensa rosa más amarilla ha inventado sobre su relación. Nos lo relata Gemma Casadevall, periodista de la Agencia EFE en Berlín: “La prensa rosa suelta de vez en cuando bulos en torno al matrimonio, pero no suele trascender a otros espacios y tampoco se reacciona a estos para desmentirlos. La discreción absoluta es no solo norma de Merkel-Sauer, sino de todo lo que envuelve el entorno familiar de la canciller. Tiene dos hermanos de los que apenas hay fotos; lo mismo ocurre con Sauer, padre de dos hijos adultos de su anterior matrimonio, del que tampoco hay apenas información”.

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Efe

Merkel, decíamos, preservó el apellido de su primer marido por cuestiones profesionales, no quería cambiarse el nombre en pleno auge de su carrera, una decisión que le ha sido muy útil a lo largo de su mandato. “Merkel y Sauer comparten la pasión por preservar todo lo privado”, nos cuenta Casadevall, quien añade: “Sauer nunca concede entrevistas, es un hombre tan discreto como la canciller, a lo que le ayuda el hecho de que ella siempre utilizó el apellido de su primer esposo -un compañero de estudios llamado Ulrich Merkel-, con quien se casó en 1977 y de quien se divorció cinco años después. Con Sauer se casó en 1998, tras varios años en pareja”.

En el Festival Wagner

Poco se sabe de su primer marido, ni de los hijos de su actual pareja. Los hemos visto juntos más veces en momentos privados, como haciendo la compra o de vacaciones, que en actos oficiales. Es por ese motivo, la corresponsal de EFE coincide con la de 'La Vanguardia' al recordar que “a Joachim Sauer se le llamó ‘el fantasma de la ópera’ porque solo se le veía en público en el Festival Richard Wagner de Bayreuth, del que Merkel y su marido son asistentes fieles desde sus tiempos en la oposición”.

placeholder El matrimonio Merkel, con Pedro Sánchez y Begoña Gómez. (EFE)
El matrimonio Merkel, con Pedro Sánchez y Begoña Gómez. (EFE)

A Sauer lo hemos visto en bañador, con un slip y unas chanclas, poniéndole la toalla a su mujer por la espalda en Italia de vacaciones. O pasando unos días en Doñana junto a Pedro Sánchez y Begoña Gómez. También vestido con abrigo y gorro pagando en la caja del supermercado con su mujer al lado y el carrito de la compra lleno de productos. La imágenes de ellos juntos siempre han llamado la atención, por eso, quizás, decidieron cortar con ese tipo de imágenes y Sauer empezó a aparecer en actos oficiales. “Con los años, Sauer ha acompañado a su esposa también en algunas visitas de Estado de rango especial, como a EEUU, cumbres del G20 o el G7”, apostilla Casadevall.

Los medios satíricos alemanes se ríen de las especulaciones sobre el futuro de la pareja y 'Taz', una de las revistas más populares entre los jóvenes berlineses, ha publicado un artículo irónico en el que escriben: “¿Qué pasará con el matrimonio de la canciller cuando Angela Merkel deje el cargo? Entre los augurios circula el rumor de que Angela Merkel ha comprado un enorme apartamento de lujo en Berlín-Schöneberg como residencia de ancianos”.

Durante años, Angela Merkel y Joachim Sauer, alumna y profesor, convivieron sin estar casados, algo que no les importó hasta que la carrera de ella empezó a despuntar en la política alemana. La Muchacha, como la llamaba su padrino político, Helmut Kohl, canciller de la unificación del país, se había divorciado de su primer marido, Ulrich Merkel, un físico del que conserva el apellido. Porque cuando su nombre ya había cobrado peso no quiso cambiarlo. Se casó después con Sauer, un hombre hiperdiscreto que había sido su tutor en la universidad.

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