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Bette Davis y William Wyler: nuevos libros y las claves de un amor/odio que hizo historia
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Bette Davis y William Wyler: nuevos libros y las claves de un amor/odio que hizo historia

El director al que los sesudos historiadores de cine nunca consideraron autor y la actriz de los ojos saltones formaron un tándem que parió tres joyas del cine, 'Jezabel', 'La carta' y 'La loba'

Foto: Bette Davis y William Wyler, en un parón del rodaje de 'Jezabel'. (CP)
Bette Davis y William Wyler, en un parón del rodaje de 'Jezabel'. (CP)

'Jezabel', 'La carta' y 'La loba'. La trilogía del melodrama que configuraron William Wyler y Bette Davis se podría calificar de milagrosa. El director al que los sesudos historiadores de cine nunca consideraron autor y la actriz de los ojos saltones formaron un tándem que parió tres joyas del cine. Vistas hoy, las películas son una digna representación de aquellos dramas de prestigio llenos de buenos diálogos, mujeres perversas (y nadie mejor que la Davis para hacer eso) e impresionante puesta en escena. Estudiarlos daría para varios artículos mucho más largos que el que nos ocupa. De eso se encargan dos nuevos libros publicados por la editorial Notorious este otoño: 'El universo de Bette Davis', que ha llegado a las librerías esta semana, y 'El universo de William Wyler'. En ambos, un nutrido grupo de autores da un repaso completo a las filmografías y las claves del director y de la actriz, cuyas vidas profesionales se cruzaron en esas tres milagrosas ocasiones.

La propia Bette dijo que su carrera no habría sido lo mismo sin la ayuda de Bill y así es. La relación no solo fue profesional sino también un breve idilio que, durante un tiempo, fue la comidilla de todo Hollywood.

La historia comenzó cuando Wyler fue 'prestado' por el productor Samuel Goldwyn a Warner para llevar a cabo 'Jezabel', una de sus producciones más caras y ambiciosas. La historia del Sur previo a la guerra de Secesión, con la fiebre amarilla de Nueva Orleans y las tensiones entre el esclavismo y los abolicionistas, fue ideada por Owen Davis Sr y representada en el teatro por Miriam Hopkins, archienemiga de la Davis. Las similitudes con el bestseller de éxito, 'Lo que el viento se llevó', cuya adaptación estaba encaminada a ser la mayor superproducción que había acometido Hollywood, hicieron que Warner se diese prisa a la hora de lanzar antes su película. Todo fuese con tal de fastidiarle el asunto a David O'Selznick, que estaba empeñado en convertir en un blockbuster la historia de Escarlata O'Hara. Fue en el plató de esta historia sureña cuando surgió la chispa entre Davis y Wyler. En aquellos años, cuando Davis estaba casada con el músico Harmon Nelson, era una fiera difícil de domar. Su matrimonio daba sus últimos coletazos y ya había demandado al estudio, alegando que la obligaban a hacer películas que ella no quería.

placeholder El universo de Bette Davis. (Ed. Notorious)
El universo de Bette Davis. (Ed. Notorious)

Aunque años más tarde, Bette Davis aseguró que aquel rodaje y la relación amorosa con Wyler supusieron algo especial ("el momento de mi vida de la mayor felicidad perfecta", según sus propias palabras), las escaramuzas entre ambos impidieron que la cosa acabase en matrimonio. Tras un día de discusión en pleno rodaje, Bette recibió una carta de Wyler. Ella, orgullosa como de costumbre y tan feroz como muchos de sus personajes, se negó a abrir o leer la misiva. En el escrito, el director de 'Ben-Hur' le proponía matrimonio y la emplazaba a responder rápido a su petición, harto de la inconsistencia de la historia que ambos vivían. Davis tardó una semana en abrirla y en leer una carta en la que, además, el director la amenazaba con casarse con otra, Margaret Tallichet. Como si se tratase de una de las películas de ambos, el mismo día que Bette Davis abrió aquel sobre y leyó aquellas líneas, Wyler se casó con otra. Para ella siempre fue una oportunidad perdida, ya que consideraba que Billy era el gran amor de su vida.

placeholder Bette Davis y el famoso vestido rojo de la discordia, en 'Jezabel'. (Cordon Press)
Bette Davis y el famoso vestido rojo de la discordia, en 'Jezabel'. (Cordon Press)

Estrenada en marzo de 1938, 'Jezabel' fue, aparte de la película durante cuyo rodaje nació Jane Fonda (Henry era el protagonista masculino), un enorme éxito de taquilla que precedió al fenómeno 'Lo que el viento se llevó'. También le dio a Davis su segundo Oscar a la mejor actriz. La estrella había pasado de pelear con uñas y dientes por personajes tridimensionales a convertirse en la reina del estudio ante el asombro del mismísimo Jack Warner, con el que tantas disputas tuvo en aquella época.

Tras aquel éxito, estaba más que justificado que Wyler y Davis volviesen a trabajar juntos. Y así lo hicieron en dos ocasiones más: en 1940 se estrenó 'La carta' y en el 41 'La loba'. El rodaje de esta última fue otra batalla campal, pero esta vez la cosa acabó en bomba nuclear. La obra de Lillian Helman en la que se basaba la cinta lo tenía todo para triunfar: complots familiares, avaricia y miseria y diálogos que eran como afilados cuchillos. Tallulah Bankhead, que ya tenía un máster en papeles de arpía, había sido la protagonista de la obra en Broadway. En el cine, la egoísta Regina Giddens tenía el rostro de una Davis más guerrera que nunca.

placeholder Wyler, dirigiendo a Bette Davis y Teresa Wright en 'La loba'.(CP)
Wyler, dirigiendo a Bette Davis y Teresa Wright en 'La loba'.(CP)

Wyler quiso evitar todo conflicto insistiendo en que Davis fuese a ver la obra para no imitar a Hellman. La actriz no solo no la imitó, sino que quiso eliminar todo matiz del personaje e insistió en que le maquillasen la cara de blanco para parecer aún más malvada. Pese a la insistencia del director, que intentaba darle matices a la protagonista, la diva insistía en convertirla en un ogro, apariencia incluida. Día tras día, los gritos entre el director y ella se mutiplicaron hasta tal punto que ella amenazó con irse a su casa y así lo hizo durante unos días. Aunque el equipo de 'La loba' trató de ignorar aquella guerra, algunos de los miembros del reparto la sufrieron en sus propias carnes. Durante una de las peores trifulcas entre Wyler y su estrella, Teresa Wright, que interpretaba a la apocada hija de Regina, rompió a llorar.

placeholder Portada de 'El universo de William Wyler'. (Ed. Notorious)
Portada de 'El universo de William Wyler'. (Ed. Notorious)

Las cosas se pusieron tan serias que, para lamento de la cinefilia mundial, Davis y Wyler no volvieron a trabajar juntos nunca más. 'La loba' fue nominada a un sinfín de Oscar (9 para ser exactos, uno de ellos con Davis como candidata), pero no ganó ni uno solo. Eso sí, fue uno de los taquillazos de 1941 y obtuvo críticas extraordinarias.

Años más tarde, el director participó en un programa homenaje a la estrella en el que la puso por las nubes. Nunca habían pasado por el altar, pero la complicidad mostraba, con la perspectiva del tiempo, que habían hecho historia del cine; una historia que no solo está hecha de técnica y pericia narrativa, sino también de corazón.

'Jezabel', 'La carta' y 'La loba'. La trilogía del melodrama que configuraron William Wyler y Bette Davis se podría calificar de milagrosa. El director al que los sesudos historiadores de cine nunca consideraron autor y la actriz de los ojos saltones formaron un tándem que parió tres joyas del cine. Vistas hoy, las películas son una digna representación de aquellos dramas de prestigio llenos de buenos diálogos, mujeres perversas (y nadie mejor que la Davis para hacer eso) e impresionante puesta en escena. Estudiarlos daría para varios artículos mucho más largos que el que nos ocupa. De eso se encargan dos nuevos libros publicados por la editorial Notorious este otoño: 'El universo de Bette Davis', que ha llegado a las librerías esta semana, y 'El universo de William Wyler'. En ambos, un nutrido grupo de autores da un repaso completo a las filmografías y las claves del director y de la actriz, cuyas vidas profesionales se cruzaron en esas tres milagrosas ocasiones.

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