Lavinia Valbonesi, la primera dama de Ecuador que hace historia: “Si transformas la vida de una mujer, transformas el país"

Nació para hacer historia. La vida de Lavinia Valbonesi se transformó por completo el 23 de noviembre de 2023, cuando su esposo, Daniel Noboa, fue elegido presidente de Ecuador y, por ende, ella se convirtió en la primera dama más joven del país a sus tan solo 25 años. Entonces, todos los medios de comunicación nacionales e internacionales se hicieron eco de su ascenso. ¿El motivo? Su profesión: la nutrición y las redes sociales, donde reúne una comunidad de más de un millón de seguidores. Entonces, se creó su apodo ‘la primera dama influencer’, pero también se inició un verdadero camino de transformación.

Lavinia asumió una responsabilidad pública, aunando y humanizando los ‘likes’ con su compromiso con causas sociales como el apoyo a madres solteras, la protección de la niñez y la lucha contra la violencia de género de la mano de su Proyecto ANA, iniciativa por la que se encuentra en la capital. La primera dama ha sido galardonada en el marco de los Premios de Influencia Hispana. “Representa una nueva generación, a las nuevas mujeres de nuestro país que luchan por ese liderazgo”, nos asegura una de las trabajadoras de la embajada del país antes de nuestro encuentro exclusivo con ella en este mismo lugar. Sí, en una apretada agenda repleta de compromisos, esta mujer que inspira al mundo con su historia ha hecho un hueco a Vanitatis para hablar, como suele hacerlo, de tú a tú.

PREGUNTA: Lavinia, bienvenida a Madrid. ¿Cómo se siente estar aquí para recibir el Premio Influencia Hispana?

RESPUESTA: Bueno, la verdad que estoy súper feliz. Siempre bonito regresar a España y más de esta manera. Es uno de los países que más nos gusta visitar con Daniel desde antes, claramente de que sea Presidente. Me gusta la gente, me gusta la gastronomía, la cultura, el arte, todo. Siento que de una u otra manera somos países un poco parecidos, culturalmente en ciertas cosas. Son menos de 48 horas las que vamos a pasar en Madrid, pero bueno intentamos aprovecharlas al máximo.

P: Tu historia es inspiradora. Con apenas 25 años te convertiste en la Primera Dama más joven de Ecuador. Al inicio, muchas personas tenían curiosidad sobre cómo sería tu papel, siendo tan joven y con un perfil tan diferente al tradicional. ¿Cómo viviste este momento?

R: Creo que la juventud no significa inexperiencia. Creo que estamos en un cambio generacional en el que los jóvenes con puestos de éxito y responsabilidad demuestran que por medio de la educación, por medio de la disciplina, se pueden transformar muchas realidades. Creo que estoy rompiendo estereotipos definitivamente, esta primera dama joven, esta primera dama influencer, pero he demostrado más que con palabras con acciones lo que es liderar desde el territorio, desde la gente, desde un trabajo real que se transforma en escuchar las necesidades y transformarlas en oportunidades.

P: Tu rol como primera dama rompe con lo establecido habitualmente. No es lo más común que la mujer del presidente de un país adquiera una identidad propia por su trabajo y aportación a la nación. ¿Por qué decidiste escoger este camino?

R: Se me ha dado una oportunidad única en la vida de acompañar a mi esposo en este puesto de servicio. Al final, esta posición se trata de trabajar para la gente y por más que en mi país la primera dama no tenga un rol oficial o un presupuesto que manejar, el ser esposa del presidente te abre muchas puertas, si la usas de la manera correcta y creo que lo he aprovechado al máximo.

Me he rodeado de gente que tiene mis mismos ideales, mis mismos valores y mis mismas ganas de trabajar por las mujeres. Creo que hemos demostrado la capacidad de la juventud. Hemos demostrado que ser joven no es un limitante, que ser influencer tampoco. Definitivamente, no estamos acostumbrados tal vez a ello y por ello las expectativas respecto a mí no eran muy altas, porque no tenían por qué ser altas, no me conocían, era joven, mi mundo era la nutrición vinculada a las redes sociales, pero estoy entregada a esta causa. Creo que estamos transformando realidades. Lo veo en cada rostro de mujer ecuatoriana que veo, que ayudo, que escucho y de esto se trata. Cuando estás transformando una vida, estás transformando el mundo y si transformas la vida de una mujer; transformas la vida del país.

P: Así creaste Proyecto ANA y la Plataforma de Acción Solidaria y Social, iniciativas que han beneficiado a cientos de miles mujeres y niños en Ecuador. ¿Qué te inspira a asumir una labor tan intensa más allá de los moldes tradicionales de la figura de primera dama?

R: Primero, mis hijos. Definitivamente, cuando veo el rostro de un niño, veo el rostro de mis hijos, veo la necesidad de seguir acompañando a mi esposo en este puesto de servicio, trabajando por un futuro mejor, más justo y con más oportunidades para todas las generaciones que vienen después.

También los rostros de las mujeres, cuando escucho la historia de una mujer, la empodero como si fuera mía y por eso tengo esa necesidad de trabajar incansablemente hasta transformarles esa realidad, hasta atenderles esa necesidad, hasta que ellas sientan verdaderamente que están siendo escuchadas. Nos pasa mucho en los territorios. Hace poco estuvimos en la Amazonia, entregando becas, también diplomas a diferentes beneficiarias de nuestra plataforma, y hubo una mujer en específico que nos pidió el micrófono y dijo: ‘gracias por hacerme sentir escuchada’. Creo que a eso se resume todo el trabajo que estamos haciendo como fundación, a darles eco a esas voces.

P: Has expresado no sentirte del todo cómoda con el término de primera dama. Tu concepto es “primera servidora”. ¿Qué significa para ti este concepto y cómo lo aplicas día a día? ¿Crees que esta visión puede inspirar una nueva forma de liderazgo femenino en América Latina?

R: Siempre que me preguntan si soy política, yo digo que no, pero obviamente por más que no asuma un puesto oficial, es un puesto que influye de una manera u otra de manera política. Creo que todos los roles públicos son puestos de servicio. Más allá de un nombre, un rol como primera dama, me gusta que se llame primera servidora, porque es la posibilidad que tengo. Tengo la posibilidad de servir, de trabajar por y para la gente.

Las mujeres cada día estamos demostrando más nuestra capacidad, cada día estamos más rompiendo estereotipos y, cuando hablo de rompiendo estereotipos, hablo del ejemplo de las mujeres en el proyecto. Yo tengo chicas jóvenes, madres solteras, tengo mujeres de tercera edad, tengo abuelas que han demostrado que nunca es tarde. Nunca es tarde para empezar a educarse en áreas, tal vez un poco más nuevas, como inteligencia artificial, áreas un poco menos comunes como mecánica, electricidad, plomería… áreas en las que sí, normalmente, estamos acostumbrados a ver a hombres a cumplir estos roles. A día de hoy, tengo mujeres que han empezado a estudiar desde cero, están trabajando y están creando oportunidades y también siendo ejemplo para todas las que vienen detrás.

P: Proyecto ANA busca empoderar a mujeres víctimas de violencia y brindarles herramientas de independencia. En Ecuador, la violencia contra la mujer sigue siendo un desafío urgente. ¿Cuáles consideras son los principales objetivos para atajar este problema social?

R: La violencia de género se sucede en muchas áreas, de distintas maneras. Hay violencia física, violencia sexual, violencia laboral, pero creo que una de las maneras más importantes para acortar estos círculos de violencia es volviéndolas económicamente independientes. En nuestro país tenemos una tasa altísima de mujeres que son cabeza de hogar, mujeres emprendedoras, y no necesariamente están solas. Muchas veces tienen a sus parejas, sus esposos, sus maridos, pero son ellas las que sacan adelante a la familia. Ese ejemplo de estas mujeres capaces, de estas mujeres que pueden, demuestran que cuando ellas tienen este control, pueden cortar este círculo, pueden dejar esos hogares y pueden salir adelante.

P: Ser madre y primera dama a tan corta edad implica muchos desafíos. ¿Cómo logras equilibrar ambos mundos con armonía?

R: Soy bastante disciplinada y sumamente organizada. Creo que las cosas no pasan por suerte, creo que uno trabaja constantemente para lograr esos objetivos. Hay muchos sacrificios de por medio, yo sacrifico tiempo con mis hijos, pero lo que hago es organizarlo de una manera en la que no lo veo como tal, sino como una opción de que pueda trabajar en lo que me apasiona que es poder estar cerca de la gente, aunque, a su vez, poder hacer tiempo para compartir con mis hijos. Todo es organización, despertándome muy temprano y aprovechando cada minuto. Creo que se puede hacer tiempo para todo.

P: ¿Tu maternidad ha cambiado la manera en que defines prioridades, tanto en tu vida personal como en tu agenda pública?

R: La maternidad te hace ver el mundo de una manera distinta. Te vuelves más sensible, más empático. Te hace darte cuenta de que el mundo es más allá de lo que está delante de nuestros ojos. Quieres un ambiente diferente en el que puedan ejercer tus hijos. Un mundo más empático, un mundo en el que ellos se sientan más seguros. Es precisamente desde esa mirada, por lo que Daniel y yo creo que nos complementamos y trabajamos de una u otra manera como un equipo, pensando no solo en nuestros hijos, sino de los hijos de todas las familias ecuatorianas.

P: Tu estilo ha capturado la atención nacional e internacional ¿Cómo equilibras moda, funcionalidad y mensaje social en tus looks? ¿Crees que la moda puede ser un vehículo político?

R: La moda comunica, la moda transmite. Me gusta que puedo con ella puedo mandar diferentes mensajes, que puedo conectar de diferentes maneras, ya sea con las causas, con las marcas ecuatorianas, con las emprendedoras, con las artesanas… Además también es una manera de ayudar a la economía, de ayudar a la exposición cultural, porque también hay mucha cultura en la moda. Es más, creo que cada cada cada país representa una manera de vestir, un accesorio, una prenda…

P: ¿Percibes que los medios están empezando a valorar más el trabajo y la visión de las mujeres públicas, además de su imagen?

R: La imagen te abre puertas, pero es el trabajo, el esfuerzo, la dedicación y la disciplina lo que hacen que esas puertas se mantengan abiertas y lo que te permite aprovechar esas oportunidades. La imagen ya no es tampoco una limitante, porque estamos acostumbrados a juzgar también por cómo vemos, tal vez te puede abrir unas puertas, pero tal vez te puedes cerrar otras. Creo que este cambio generacional, este cambio cultural, esta nueva manera de verlas cosas permite también que se vea de una forma distinta y no se minimice a una persona porque le guste arreglarse o la moda.

P: Mirando hacia el futuro, ¿cómo te gustaría que recordaran tu legado como primera dama?

R: Quisiera que se me recuerde como una primera dama cercana, que estuvo al lado de la gente, que estuvo escuchando, que estuvo atendiendo, que cuando se la llamaba siempre estaba. Quiero que el Proyecto Ana trascienda de generación en generación. Quiero que vaya mucho más allá de un puesto en el que esté mi esposo y en el que se me permita acompañarlo. Quiero que transforme vidas. Quiero dejar un legado en el que podamos cambiar esa cifra tan dolorosa de que 7 de cada 10 mujeres de mujeres en el Ecuador sufren de violencia y podamos decir en un futuro no muy lejano que 7 de cada 10 mujeres de mi país están en puestos de éxito en puestos de responsabilidad. Creo que podemos transformar realidades, creo que esto es solo el inicio de las múltiples puertas que se van a abrir para todas las mujeres de Ecuador.