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Guía de conservación idónea de tus cosméticos
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Sayonara microorganismos

Guía de conservación idónea de tus cosméticos

Invertir en buenos productos es una gran idea. Tu piel y tu ánimo (te verás mejor) te lo agradecerán. Pero, si no los mantienes de la forma adecuada, no te servirá de mucho…

Foto: Aprende a cuidar de tus referencias 'beauty' como los profesionales. (Johanne Kristensen para Unsplash)
Aprende a cuidar de tus referencias 'beauty' como los profesionales. (Johanne Kristensen para Unsplash)

Conservar o no… No es una cuestión, ni un capricho. Es una necesidad. “La conservación cosmética es la garantía que confirma la seguridad de los productos de cuidado y, como consecuencia, también de sus consumidores. Ayuda a mantener la fórmula íntegra durante su uso moderado después de la apertura”, afirma Pedro Catalá, cosmetólogo, doctor en Farmacia y fundador de Twelve Beauty.

placeholder Apunta los conocimientos de los expertos. (Amplitude Magazin para Unsplash)
Apunta los conocimientos de los expertos. (Amplitude Magazin para Unsplash)

El experto apunta que una mala conservación de tus productos de belleza no solo tiene consecuencias en la propia fórmula, que se manifiestan de diferentes formas como puede ser un olor desagradable, cambios en su color, la aparición de hongos en la superficie de una emulsión, que se muestren turbios (en el caso de los tónicos y los sérums de base acuosa) o, en algunas ocasiones, la separación de ambas fases (acuosa y oleosa). Cuanto te aplicas una referencia que no ha mantenido las pautas adecuadas, también pueden aparecer problemas en la tez que varían desde irritaciones y picores hasta infecciones que pueden afectar a los ojos. “Además, si los productos sufren una degradación microbiológica, pueden generar una serie de moléculas (llamadas radicales peróxidos) que afectan a la salud de la piel, incluso acelerando su envejecimiento”, afirma el cosmetólogo.

placeholder En general, un cosmético dura entre 6-12 meses abierto en buenas condiciones. (Scandinavian Biolabs para Unsplash)
En general, un cosmético dura entre 6-12 meses abierto en buenas condiciones. (Scandinavian Biolabs para Unsplash)

Siendo consciente de que la correcta conservación es esencial, hay que tener en cuenta que no existen los milagros. Rocío Escalante, farmacéutica titular de Arbosana Farmacia y directora del centro de belleza Rocío Escalante admite que “en la farmacia vemos mucho a pacientes que nos comentan que tienen cremas, sérums, contornos de ojos... durante años. Aunque hay excepciones, por norma general un cosmético dura entre 6-12 meses abierto en buenas condiciones”. Toma nota.

Los fórmulas 'más débiles' en una invasión de microorganismos

Las opciones que no incluyen conservantes son más susceptibles de sufrir cambios y un crecimiento de microorganismos. El agua es un factor determinante que facilita la proliferación de bacterias. “Las anhidras (libres de agua, como la cosmética sólida o los bálsamos desmaquillantes, aceites corporales…) también se pueden oxidar, pero van conservados de otra manera”, afirma el cosmetólogo. En el repaso de los ingredientes, aconseja prestar atención a algunos como las aguas destiladas de flores, la arcilla o la miel. Las primeras son aguas de lavado y “pueden acarrear impurezas, extractos acuosos o hidro-glicéricos (mezcla de agua y glicerina), mientras que las demás poseen una elevada carga bactérica que puede representar el perfecto medio de cultivo para el crecimiento de microorganismos”, añaden.

placeholder Las referencias que contienen agua suelen ser más susceptibles. (Mbardo para Unsplash)
Las referencias que contienen agua suelen ser más susceptibles. (Mbardo para Unsplash)

En este punto, hay que destacar la necesidad de mantener un protocolo de buena fabricación y de trabajar en ambientes estériles.

La importancia del packaging

Aunque también debes ser cuidadosa ya que queda un poco de producto en la superficie, los envases tipo 'airless' son los más seguros. Rocío Escalante recuerda que siempre hay que lavarse correctamente las manos antes de usar cualquier referencia, sobre todo en las que tenemos un acceso directo, evitar tocarla con los dedos (las miniespátulas son muy útiles y, con una adecuada higiene, reutilizables) y cerrar bien los frascos lo antes posible para que el cosmético esté el menos tiempo posible en contacto con el ambiente.

Cuidado con los factores externos…

La norma resumida es que “tenemos que guardar los cosméticos en un lugar fresco, seco, sin sol directo, sin oscilaciones importantes de temperatura, bien cerrados y atendiendo a su fecha de caducidad o PAO”, advierte la farmacéutica. ¿Los motivos?

placeholder Intenta que tus productos se ubiquen lejos de la humedad. (Curology para Unsplash)
Intenta que tus productos se ubiquen lejos de la humedad. (Curology para Unsplash)

  • Cuestión de temperatura. Lo ideal es mantenerlos entre 15-20 grados de forma constante. Las altas gradaciones pueden alterar sus propiedades, dando como resultado un producto rancio, con las fases acuosa y oleosa separadas o incluso fulminando la misión del cosmético (como sucede con los protectores solares). Muchas veces nos recomiendan guardar ciertas referencias en la nevera con la idea de potenciar sus efecto, pero ¡cuidado! Pedro Catalá lo desaconseja puesto que, aunque a muchas vitaminas les sienta bien (en especial a las a A, B, C y E), en opciones de limpieza con tensioactivos, o en tónicos o sérums con alcohol, puede precipitarlos al fondo de la botella, desestabilizar las cremas más ricas, solidificar algunos aceites (como el de coco y otras mantecas vegetales) o afectar a la solubilidad de las gomas naturales (como la goma xantana) y los aceites esenciales.
  • Al margen de la luz solar. Este punto es considerado como uno de los más importantes ya que la radiación directa puede dañar las fórmulas y los perfumes que contienen. Un ejemplo son los antioxidantes que son muy sensibles y se oxidan fácilmente, por lo que siempre deben ir en envases opacos para protegerlos de la luz.
  • Atención a los ambientes húmedos. Es uno de los factores a tener en cuenta, pero tranquila que las fórmulas que te aplicas en la ducha están creadas para poder permanecer cerca de tu bañera (son de uso diario y su duración es mínima). Sin embargo, los tratamientos faciales no deberían estar en el cuarto de baño aunque siempre los tenemos ahí (el cosmólogo afirma que la humedad hace que los exfoliantes enzimáticos se degraden y esto provoca que pierdan su eficacia). La solución es guardarlos bien cerrados, en un armario con puertas y lo más alejados de la ducha. Respecto a los perfumes, es preferible que los ubiques en otra estancia de la casa, a distancia de cualquier foco de agua.

Fíjate en la caducidad y el PAO

placeholder La fecha de caducidad y el PAO son esenciales. (Jess Harper Sunday para Unsplash)
La fecha de caducidad y el PAO son esenciales. (Jess Harper Sunday para Unsplash)

Ten presente que si un cosmético caduca antes de treinta meses, debe indicar la fecha de caducidad. Si no es así, debe llevar especificado su PAO (marcado con un símbolo de un botecito abierto donde señalan los meses en los que se puede garantizar su estabilidad después de su apertura).

¿Un consejo profesional? Sigue estas pautas de mantenimiento, observa si se produce cualquier cambio en tus productos y adquiere solo las fórmulas necesarias (no te dejes llevar por tendencias que no se adaptan a tu rutina, ni compres nuevas sin terminar las que tienes en uso).

Conservar o no… No es una cuestión, ni un capricho. Es una necesidad. “La conservación cosmética es la garantía que confirma la seguridad de los productos de cuidado y, como consecuencia, también de sus consumidores. Ayuda a mantener la fórmula íntegra durante su uso moderado después de la apertura”, afirma Pedro Catalá, cosmetólogo, doctor en Farmacia y fundador de Twelve Beauty.

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