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Las enzimas reductoras que funcionan en el cuerpo... ¡y eliminan la papada!
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BELLEZA AL DETALLE

Las enzimas reductoras que funcionan en el cuerpo... ¡y eliminan la papada!

A diferencia de otras sustancias que se han utilizado para disolver la grasa, estas son muy seguras y con menos efectos adverso

Foto: Arrugas en el cuello, ¿cómo combatirlas? (Unsplash)
Arrugas en el cuello, ¿cómo combatirlas? (Unsplash)

La dichosa grasa corporal: esa que se empeña en aposentarse en lugares (no tan recónditos) de nuestro organismo. La misma que no se va por mucho ejercicio que hagas o bien que comas. La que para desaparecer suele tener que pasar por quirófano, porque no hay truco que acabe con ella. En la última década, han surgido fórmulas inyectables, con base de fosfatidilcolina o ácido desoxicólico, las cuales parten de sustancias detergentes que se 'cargan' la grasa. Lo que ocurre es que inflaman mucho y tienen efectos secundarios. En ocasiones incluso han desembocado en necrosis de los tejidos de la zona. Por eso la llegada de las enzimas reductoras está siendo un acontecimiento en medicina estética, y te lo vamos a contar.

Foto: Los tratamientos para el cuidado del cuello y la papada. (Getty)

La alternativa natural

Las enzimas bioactivas son principios activos biológicos que actúan de manera selectiva en diferentes patologías de la piel y tejidos subcutáneos, como la reducción de grasa, aunque también son eficientes contra la flacidez y la retención de líquidos. En la papada, zona complicada donde las haya, han supuesto un descubrimiento, y además como alternativa natural a las moléculas químicas clásicas. El cirujano plástico Daniel Arenas, del Instituto Médico del Prado, aclara que no desencadenan la inflamación en la zona que sí hacen otros productos. “La papada es delicada y difícil de tratar porque está cubierta por una piel no muy gruesa y tiene cerca ramas nerviosas que no deben ser lesionadas con agentes lipolíticos. El mecanismo de acción de las enzimas no tiene nada que ver con los agentes disolventes de grasa utilizados hasta ahora; al actuar sobre un sustrato específico, no existe riesgo de lesionar fibras nerviosas. Son muy seguras”.

Hasta la fecha, como explica la doctora Marjorie Garcerant, directora médica de Bexclinic, el doble mentón era complicado de abordar, pero “desde que se popularizó el diagnóstico mediante ecografía se sabe cuánto tejido hay en esa zona y su constitución para acertar con el tratamiento más eficaz en cada paciente”. Además, cuenta la experta, “las enzimas reductoras tienen la misma estructura que las del organismo humano, con la misma rápida metabolización en menos de 24 horas”.

placeholder Tratamientos para actuar frente a las arrugas del cuello. (Unsplash)
Tratamientos para actuar frente a las arrugas del cuello. (Unsplash)

Hablamos de tres tipos: lipasa, colagenasa y hialuronidasa, que actúan en sinergia para disolver el adipocito y aumentar su penetración en las células, también en los sitios donde normalmente se acumula la celulitis corporal. La colagenasa diluye los nódulos de la piel de naranja y la alisa, además de tener efecto reafirmante; la lipasa elimina el exceso de sebo en el cutis graso, facilita la absorción de otros activos y tiene un potente efecto lipolítico; la hialuronidasa degrada las moléculas responsables de la acumulación de agua en el tejido, y, por tanto, ayuda a tratar la retención de líquidos. Según el Dr. Arenas, también facilita la difusión de las otras.

Sin agujas

En España hay una noticia buena y otra mala. Estas enzimas son menos efectivas porque no se pueden administrar con una aguja, que consigue su efecto más potente. Sí, es posible en otros países como Estados Unidos, y las fotos que pueden verse en Google (por si las buscas) son de tratamientos inyectados. “Aquí están oficialmente autorizadas para uso tópico y se facilita su penetración con técnicas como Dermapen”, detalla el experto, es decir, una especie de lápiz con un montón de aguijtas pequeñas que perforan la epidermis a un nivel superficial para que los cosméticos lleguen a un nivel más profundo de lo habitual.

¿Pero de qué cantidad de grasa hablamos? El paciente ideal es el que tiene depósitos localizados y buena capacidad de retracción, es decir, de que la piel vuelva a su sitio, ya que en ellos esta se adapta mejor. “Cualquier paciente con más de dos centímetros de grasa y con celulitis, sea del tipo que sea: edematosa, fibrótica, nodular o mixta”, especifica Marjorie Garcerant, o bien con papada. En cuanto a las sesiones, se plantean cada dos semanas, con una media de 3 o 4 hasta conseguir el objetivo, aunque se pueden repetir incluso cada semana sin un número limitado al ser un tratamiento muy seguro, aclara el Dr. Arenas. Su precio está entre 150 y 250 € por sesión, dependiendo de la zona.

Foto: Gigi Hadid, con una piel perfectamente iluminada con ayuda del corrector. (Imaxtree)

Pero las enzimas reductoras no son el único tratamiento de éxito para la grasa. Daniel Arenas apuesta también por la liposucción asistida por una fibra de láser, el cual se aplica antes de extraer la grasa para facilitar su extracción y permitir una mayor retracción de la piel, por los ultrasonidos focalizados HIFU, que producen un efecto térmico sobre el tejido diana, el cual elimina la grasa y compacta la piel, y por la radiofrecuencia fraccionada, que deposita la energía mediante la inserción de unas agujas que penetran en cada disparo, promoviendo un efecto lipolítico y la contracción dérmica. Marjorie Garcerant, por su parte, propone la criolipólisis, que congela los adipocitos y los elimina a través del organismo, los HIFU, la radiofrecuencia Thermage y los hilos con malla de última generación “como procedimientos únicos o combinados con lo necesario para potenciar el resultado, siempre orientados por el diagnóstico ecográfico para aumentar la efectividad”.

La dichosa grasa corporal: esa que se empeña en aposentarse en lugares (no tan recónditos) de nuestro organismo. La misma que no se va por mucho ejercicio que hagas o bien que comas. La que para desaparecer suele tener que pasar por quirófano, porque no hay truco que acabe con ella. En la última década, han surgido fórmulas inyectables, con base de fosfatidilcolina o ácido desoxicólico, las cuales parten de sustancias detergentes que se 'cargan' la grasa. Lo que ocurre es que inflaman mucho y tienen efectos secundarios. En ocasiones incluso han desembocado en necrosis de los tejidos de la zona. Por eso la llegada de las enzimas reductoras está siendo un acontecimiento en medicina estética, y te lo vamos a contar.

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