El progresivo cambio de look de Melania Trump: arranca la era 'rubio California'

La eterna melena de Melania Trump, siempre peinada al estilo de los Ángeles de Charlie setenteros, jamás se había visto en una tonalidad más clara que el castaño avellana, ni en la carrera de su marido Donald Trump, ni durante el mandato de este como presidente de los Estados Unidos.

Cuestiones de protocolo o una autoimpuesta sobriedad podrían haber influido en que la exmodelo dejará atrás la coloración más clara en pro de un tono menos llamativo. Sin embargo, durante el anuncio de Trump desde su casa de Mar-a-Lago para presentarse a las elecciones presidenciales de 2024, Melania reaparecía con un nuevo look no solo materializado en su outfit bicolor, sino, más llamativamente, en su cabellera. Melania dejaba de ser morena para iniciar un idilio con el rubio.

Por extraño que parezca tras analizar el tono de piel de Melania, el color de sus ojos o sus orígenes, lo cierto es que la eslovena jamás había teñido su cabello de rubio. Su carrera se desarrolló principalmente en los años 90, donde las top models, a excepción de Claudia Schiffer, lucían sendas cabelleras morenas. Coetánea de Carla Bruni, Melania compartía con la italiana el look de piel clara y felinos ojos azules que resaltaban con ayuda de una melena castaño chocolate. Con el paso de los años, Bruni también ha optado por un progresivo aclarado.

Sin embargo, conforme la carrera política de su marido iba tomando altura, la exmodelo sí empezó a introducir reflejos muy sutiles para ir aclarando el cabello de una forma muy natural. Año tras año, este progresivo avance del rubio fue una constante en su look, llegando incluso a posados en los que un rubísimo mechón dorado atravesaba su frente.

Esta constante transición hacia el rubio, encajaba más con un bronde -resultado de las palabras brunette (castaño) y blonde (rubio)- que con una clara tendencia de mechado. El nuevo look de Melania para rematar el final del 2022 dista mucho de aquella coloración de primera dama. Ahora se ha entregado a las tendencias, dejando que su espíritu de diva se apodere de su melena.

Aunque durante el anuncio de Donald Trump, a Melania le volvió a tocar asumir un segundo plano, su cabello irradiaba una luminosidad y voluptuosidad que hacían sombra a su marido. Era imposible apartar los ojos de su melena. La responsable era la cuidada fusión de las mechas 'face framing' y las mechas 'halo', ambas de rabiosa actualidad.

A diferencia de su coloración pasada, se puede observar cómo sus raíces permanecen en un castaño claro en varios centímetros que se extienden aún más en la parte de la coronilla de Melania Trump. Mechas mucho más claras, de un intenso rubio vainilla, parten con cuatro dedos de distancia de la raíz y se intensifican en las puntas y los mechones próximos al rostro. Este efecto se llama ‘halo’ al materializar la sensación de un halo de luz que irradia desde la parte posterior de la cabeza. Al apostar por un rubio frío, como puede ser el vainilla, el efecto de aclarado queda mucho más natural.

El otro truco de la coloración estaba en concentrar los mechones más claros en torno al rostro para volverlo más cálido y multiplicar su luminosidad. El resultado final no es solo una melena notablemente más rubia, también se embellece el corte de pelo, haciendo que se vea más exuberante. Si a esto le sumamos el peinado al estilo Farrah Fawcett, la esponjosidad es indudable. El cambio de look, aunque no resulte tan radical a simple vista, sí responde a varias tendencias capilares, tanto en el corte como en el color o el peinado. Nada en la nueva melena rubia de Melania Trump es fruto de la casualidad.

El otro nuevo look (en clave fashionista)

Para la presentación de la candidatura de su marido para la campaña presidencial de 2024, Melania Trump salió con su esposo Donald Trump en su casa de Florida, y ha dicho al mundo con su look: "Hoy no soy yo la importante, pero no olvidéis que puedo daros buenos momentos". ¿Cómo lo ha hecho? Con una blusa de lunares de manga larga anudada en la cintura. Para los colores ha apostado por un clásico en binomio blanco y negro y una falda lápiz blanca de piel. Como complementos, unos stilettos de tacón altísimo del mismo tono que la falda.

Hay dos detalles que son dignos de mención en su estilismo: el primero, que llevaba el cuello abierto y levantado hacia arriba en lugar de cerrado, proporcionando una imagen tradicional. El segundo aspecto a comentar es que los lunares, que son un estampado típico, tienen una historia especial. Y es que se pusieron de moda gracias a la 'polka', el baile enérgico típico de la República Checa, que a principios de siglo XIX sedujo a todos los jóvenes en América y Europa. Mensaje: los Trump vuelven con fuerza