Las sombras que jugaron con el color de ojos de Letizia, el trucazo de maquillaje de los Premios Princesa de Asturias
Por si la piel ultrabronceada de la reina Letizia no nos dejara perplejos durante los Premios Princesa de Asturias, la sombra de ojos que utilizó logró un curioso efecto óptico que trasformaba el color de su iris
Bronceada de noche, iluminada de día. La reina Letizia podría, perfectamente, hacerse con el título de ‘beauty queen’ por su magistral uso de la cosmética y el maquillaje. Hemos hablado hasta la saciedad de su crema corporal con color, aquella responsable de que siempre parezca recién llegada de unas paradisiacas vacaciones bajo el sol. Sin embargo, el cálido tono con el que viste su piel no se limita solo a su cuerpo, sino que se refleja en su rostro a modo de polvos de sol y sombra de ojos.
Los bronzing eyes emulaban un efecto ahumado con profundidad en la mirada, pero el maquillaje de la reina Letizia va más allá, como hemos podido comprobar en los diferentes actos alrededor de los Premios Princesa de Asturias. Al combinar dos de sus trucos de maquillaje preferidos, como son los lápices de ojos cremosos y las sombras de ojos de colores poco habituales, la Reina ha logrado un efecto óptico, prácticamente mágico.
“¿Tiene los ojos más claros doña Letizia?”, fue un comentario repetido entre el equipo de Vanitatis que analizaba al detalle cada movimiento de los Premios Princesa de Asturias. El iris de la Reina es verde; sin embargo, al lado de los colores adecuados se puede conseguir que se vean más claros, y eso era precisamente lo que ocurrió con su maquillaje en el interior del teatro Campoamor.
El intenso ahumado de ojos en tonos marrones desprendía ciertos destellos dorados que, a juego con la combinación de bronceador e iluminador, llenaban de luz los ojos de la Reina. Tampoco faltaba un delineado en negro, sin un rabillo muy fino y, como siempre, realizado con un lápiz cremoso a ras de las pestañas. Así, el ojo estaba un poco perfilado, pero sin trazo muy visible. Parte de la magia estaba en la máscara de pestañas, trabajada de raíz a punta, para separarlas y entintarlas, sin efecto apelmazado.
Quizá era más evidente el efecto óptico de cambio de color en el look de Letizia el día del concierto previo a los premios, en el que la sombra de ojos elegida era rosa, a juego con el color del outfit y del señalado día (Día del Cáncer de Mama). Las sombras cobrizas, rojizas o rosas, siempre manteniendo el matiz rojo, opuesto al verde, intensifica el tono de los ojos de la Reina.
Iluminador y bronceador: el combo indestructible
Además del uso de los lápices cremosos y las sombras de ojos satinadas para realzar la mirada, el resto del rostro acompañaba el ansiado efecto 'ultraglow'. Para trasladar el bronceado de la piel al maquillaje, se apreciaba el paso del bronceador realizando un gesto de 3 -sien, pómulo, línea de la mandíbula- con polvos de sol o un bronzer cremoso, que reflejaba la luz y mantenía la sensación de piel besada por el sol.
El iluminador pasaba a la acción en la parte alta del pómulo, el arco de la ceja y la nariz, lo que devolvía un rostro radiante. En resumidas cuentas, el maquillaje recreaba el mismo efecto que se lograba en el cuerpo, de tal modo que no había un cambio de tono marcado.
Aunque más sutil que en el maquillaje de la princesa Leonor, en el de la Reina también veíamos el punto de luz del iluminador en el lagrimal, lo que, unido al highlighter del arco de la ceja, conseguía un maquillaje de ojos de alto impacto. El uso de un gloss nude, muy similar al del color natural de su labio, conseguía que el maquillaje fuese aún más luminoso.
La melena de ondas
Y, para cerrar, hablemos del pelazo de doña Letizia. En sus últimas apariciones, la asturiana se ha decantado por las ondas muy marcadas, prácticamente tirabuzones definidos y sellados por la laca. La melena se seccionaba en dos mitades, de tal modo que las ondas de un lado siguieran una dirección y las otras la contraria. Este efecto conseguía triplicar el brillo del siempre saludable cabello de la Reina.
Se ha hablado mucho de si detrás de la voluminosa melena de Letizia se escondían extensiones, aunque la calidad de su cabello, que acostumbramos a ver liso, podría explicar el inesperado volumen, como consecuencia de las gruesas ondas.
El hecho de que ni un mechón se moviera de su sitio confirmaba que el uso de la laca era más que imprescindible. A diferencia del peinado de Leonor, las ondas de doña Letizia no se deshicieron. Otra prueba de que la laca estaba detrás del inalterable melenón se hallaba en la raíz del cabello. La melena de la Reina acostumbra a estar siempre muy ahuecada en la raíz, pero en Oviedo se veía rígida y plana.
Sin duda, nos encontramos ante uno de los looks beauty más potentes e imitables de la reina Letizia. Nada como recurrir a los clásicos que te funcionan y jugar con el sol, pero sin riesgos.
Bronceada de noche, iluminada de día. La reina Letizia podría, perfectamente, hacerse con el título de ‘beauty queen’ por su magistral uso de la cosmética y el maquillaje. Hemos hablado hasta la saciedad de su crema corporal con color, aquella responsable de que siempre parezca recién llegada de unas paradisiacas vacaciones bajo el sol. Sin embargo, el cálido tono con el que viste su piel no se limita solo a su cuerpo, sino que se refleja en su rostro a modo de polvos de sol y sombra de ojos.
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