Carolina de Mónaco da una lección de mix &match a una Alexandra de Hannover con vestido de su cuñada
Madre e hija son dos mujeres que tienen claros sus estilos, pero aun así, serán los años, o quizá la experiencia, Carolina es capaz de todo con casi nada
Este fin de semana, nuestra teoría de que la princesa Carolina se ha convertido casi en la primera dama de Mónaco se ha vuelto a demostrar. La mayor de los Grimaldi tiene actos institucionales prácticamente cada semana, la vemos más que a Charlene.
La última aparición no la ha hecho sola, de hecho en todas suele estar acompañada de alguno de sus hijos, la pudimos ver con Carlota, luego con su nuera Beatrice y ahora le ha tocado a la princesa Alexandra. Con la que asistió a la final de la 18.ª edición del Longines Global Champions Tour en Mónaco en el Monaco Hercule Harbour.
Desde 2006, el concurso internacional de saltos de Montecarlo es un escenario destacado para las competiciones más importantes del mundo. Tienen varias ediciones alrededor del mundo, una en Madrid, se realizó en el Principado entre el 4 al 6 de julio, una de las citas imprescindibles del calendario de los deportes ecuestres, entre las que también se encuentran el Circuito del Sol en Vejer de la Frontera.
La hija de los príncipes Raniero III de Mónaco y Grace y hermana mayor del príncipe Alberto II y de la princesa Estefanía, ha recuperado una marca que había abandonado en las últimas semanas, apostando por otras a las que no nos tenía acostumbrada. La pudimos ver recuperando piezas de su fondo de armario, como blusas blancas o una de diseños de Stella McCartney.
Ha demostrado que aunque había dado un giro, ella es fiel a los diseños de la maison francesa, y a la memoria de Karl Lagerfeld, que la eligió como musa. En esta ocasión eligió dos piezas: una camisa bordada con lentejuelas rojas que componían pequeñas flores, con cuello babydoll y chorrera y detalles de volantes en los puños. La llevó con un pantalón blanco ancho, como los que luce habitualmente, con un ribete de strass en los laterales, replicando la estética smoking.
Un conjunto moderno y que nos muestra que Carolina, además de saber mezclar, sabe mucho de moda. Lo remató con los accesorios: dos anillos a juego en rojo, y la pieza estrella, unos grandes aros XXL, de brillantes con una piedra roja. Una elección oversize que es pura tendencia a la que no nos tiene acostumbrados la monegasca, pero que demuestra que sigue estando al día en el tema de las tendencias.
Su acompañante en este evento, su hija pequeña Alexandra de Hannover, escogió un vestido de la firma Philippa 1970. Según describen en el e-commerce de la marca: "vestido estampado con motivos en palmeras sobre fondo azul. Espalda abierta, cubierta solo en hombros". Este diseño tiene un precio de 190 euros. Una elección estilística que contrastó con su madre y que no sorprende a los entendidos. La firma que llevaba no era por casualidad, es una de las marcas que más hemos visto de un tiempo a esta parte en el vestidor de la reina Letizia, Eugenia Martínez de Irujo o Paula Echevarría tiene sello español y nada más y nada menos que a Sassa de Osma como socia. La cuñada de Alexandra.
La firma, una de las más consolidadas en el panorama nacional, vende en varios centros comerciales de El Corte Inglés (de Madrid a Marbella), arrasa en ventas a través de la web y recibe una parte de los pedidos de Alemania e incluso de Nueva York. Sassa y Pablo Galán, mano derecha de Jorge Vázquez, son los socios de esta marca que triunfa desde hace ya tres años.
Entre sus planes inminentes está abrir una tienda a pie de calle en uno de los barrios más exclusivos de Madrid, prueba de que les va a las mil maravillas. Y embajadoras ya nos les hacen falta con este elenco que ahora remata la hermana de la socia.
Este fin de semana, nuestra teoría de que la princesa Carolina se ha convertido casi en la primera dama de Mónaco se ha vuelto a demostrar. La mayor de los Grimaldi tiene actos institucionales prácticamente cada semana, la vemos más que a Charlene.