¿Cómo decorar una pared con marcos y fotografías? Aprende estos trucos para una pared de museo
Convierte tu casa en la mejor exposición de arte creando una composición elegante con la que compartir tu pasión
Las paredes de tu casa son tan importantes como las estanterías y las decoraciones que escojas poner en ellas. Los cuadros, láminas y fotografías que pongas son una parte de tu personalidad, de tu corazón que compartes con el mundo.
Por eso es clave presentarlo de la mejor manera posible, como en las buenas historias, debe existir un hilo conductor que nos invite a prestar atención a lo que tenemos frente a nuestros ojos. Por eso hay algunos trucos y consejos que debes tener en cuenta antes de volverte loca con el martillo.
Escoge un tema
Un resultado perfecto no siempre es sencillo, por eso si eres novata, una buena idea es seguir los trucos que nunca fallan, como escoger una temática para unificar tu pared. Puede ser el color de las piezas elegidas, si son varias en blanco y negro, también puede ser el tema, si por ejemplo está relacionado con un viaje que has hecho, con fotografías, mapas o recortes.
Esta misma sensación puedes conseguirla con los marcos, escogiendo aquellos que sean de materiales similares, del mismo color o que tengan la misma forma o tamaño. Más adelante puedes cambiar o añadir los que quieras, modificando el diseño y creando combinaciones nuevas.
El tamaño sí importa
Por mucho que este tipo de aseveraciones tiendan a sacarnos una sonrisa, en el caso de la decoración de las paredes de nuestra casa debemos pensar bien si el tamaño de los cuadros y marcos que queremos poner se ajusta al espacio que tenemos.
Por ejemplo, colgar solo cuadros pequeños sobre una pared grande puede hacer que se vea ridículo, por eso si cuentas con mucho espacio es mejor poner cuadros más grandes. Recuerda que si son muy grandes, la distancia entre ellos tendrá que ser mayor.
Si tus techos no son muy altos, poner piezas demasiado grandes pueden provocar que parezcan aún más bajos.
Piensa antes de actuar
Como ya hemos dicho, no te vuelvas loca antes de tiempo, no siempre resulta sencillo hacernos a la idea de cómo va a quedar, por eso lo mejor es recortar papeles del tamaño de nuestros cuadros y colocarlos sobre la pared para ver el efecto.
Otra forma de visualizarlo es colocar los cuadros sobre el suelo, así los verás todos juntos y con el diseño que has elegido. Algo que por supuesto tienes que hacer con anterioridad, no una vez que pongas los clavos en la pared.
Puedes escoger una forma simétrica, que es la composición más clásica. Es una buena opción si los cuadros son todos del mismo tamaño, si son diferentes puedes crear un conjunto que quede dentro de un rectángulo o cuadrado imaginario.
También puedes aprovechar las superficies de los muebles para apoyar tus cuadros en lugar de colgarlos, o ponerlos sobre unas sencillas estanterías. Aunque suene un poco arriesgado, puedes incluso apoyarlos en el suelo.
Haz las cosas bien
Una vez que sea el momento de colgarlos, hazlo bien, no dejes tu composición con un cuadro torcido por querer acabar pronto. Mide desde el suelo, marca con un lapicero, si es necesario usa dos clavos y ayúdate siempre del nivel para asegurarte que quedan rectos.
Las paredes de tu casa son tan importantes como las estanterías y las decoraciones que escojas poner en ellas. Los cuadros, láminas y fotografías que pongas son una parte de tu personalidad, de tu corazón que compartes con el mundo.
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