Así rescató Oriol Balaguer La Duquesita, la confitería centenaria más señorial de Madrid
En el epicentro del barrio de las Salesas encontramos una emblemática pastelería llena de historia, un negocio que nunca ha dejado de regalar maravillosos olores a mantequilla, chocolate y pan recién hecho
Si alguna vez has paseado por la madrileña calle de Fernando VI, seguro que te has detenido frente a la mítica fachada de La Duquesita, presidida por el grabado original: “Bombones y caramelos finos”. Si te asomas a su vitrina, podrás ver los postres y dulces artesanos, de un negocio que lleva algo más de 100 años deleitando a los paladares más exigentes.
Desde su apertura en 1914, la calidad y la tradición han sido su sello de distinción, aunque su continuidad se vio amenazada en 2015, cuando, por jubilación, cierra por primera vez sus puertas tras tres generaciones de la familia Santamaría al frente del negocio. Solo seis meses después, Oriol Balaguer decide retomar el proyecto con el objetivo de ofrecer a sus clientes lo mejor de la repostería y la chocolatería.
Balaguer ha creado una carta especial llena de bombones, croissants de mantequilla y de sus premiados panettones. A la tienda de La Duquesita le ha tocado evolucionar para adaptarse a los nuevos tiempos, eso sí, sin perder su esencia tradicional en forma de tartas de limón, ponche segoviano, selva negra, palmeras de chocolate, lionesas, piononos o milhojas.
En su interior, es como si un oasis exquisito se abriera ante tus sentidos, sobre todo en el salón de té, abierto en 2021 e inspirado en el estilo clásico de la primera tienda. Un suelo urbano en blanco y negro, toldos, pintura cenital, elementos de latón y esa gran vitrina que, desde la entrada, nos tienta a olvidarnos de las dietas, para rendir pleitesía a los dulces placeres de autor.
Hablamos con Oriol Balaguer (Calafell, Tarragona, 1971) —Mejor Chef Pastelero 2018 por la Academia Internacional de la Gastronomía—, un mago que transforma el dulce en arte y el chocolate en experiencias. Él nos cuenta cómo ha sido recuperar uno de los negocios con alma más emblemáticos de Madrid.
Así empezó todo
Oriol Balaguer supo ver, desde el primer momento, la gran oportunidad que implicaba hacerse cargo de La Duquesita. “Un día recibí la llamada de Ana Vázquez, mi actual socia. Me decía que una pastelería centenaria de Madrid cerraba por jubilación y que si estaría interesado en recuperarla junto a ella y mi otra socia, María Eugenia Soriano. Enseguida me puse a mirar billetes de tren. Cogí el primero que encontré y me vine para Madrid. Hasta hoy”.
Principales obstáculos
“Yo no hablaría de obstáculos. Haber podido recuperar La Duquesita es lo más mágico, bonito y gratificante que me ha podido pasar, y eso supera los pequeños obstáculos que hayamos podido tener”, afirma. Entre esos pequeños incordios: los problemas que implican las obras de cualquier proyecto que empieza.
Tus errores
“Seguro que los he tenido, y bastantes, pero no los recuerdo. Cuando los he tenido, he encontrado fuerzas y coraje para rectificar, levantarme y seguir”, dice con el entusiasmo que le caracteriza.
Tus aciertos
“Haber dicho que sí, al primer golpe de vista, a mis socias para recuperar La Duquesita. A ellas les doy las gracias”.
Una anécdota
“La mejor que puedo tener es lo que me ha pasado. Que a día de hoy, después de más de seis años, todavía los clientes me sigan dando las gracias por haber recuperado el negocio. Eso es lo más bonito que te puede pasar y les estoy muy agradecido”.
La clave de tu éxito
Consciente de que el éxito nunca es unipersonal, este pastelero ilustrado se muestra agradecido con los que le ayudan a hacer posible su sueño: “Sin duda, el rodearme de un equipo impecable, creer en lo que hago y poner toda la pasión y actitud posible. Además, tengo los mejores socios que le pueden tocar a uno”.
Tu día empieza con…
“Beberme dos cortados e ir a saludar a mis equipos”.
Y acaba...
“Tomándome una minitableta de chocolate 70 % cacao de la colección Non Stop. No hay mejor secreto para conciliar un buen sueño”.
Consejo para emprendedores
“No soy muy de dar consejos. Lo que yo hice fue formarme para adquirir el máximo conocimiento posible, porque cuando empiezas te falta muchísimo. Luego, poner toda la pasión del mundo, tenacidad, actitud y constancia. Si te caes, te puedes entristecer, pero te levantas al día siguiente y sigues o empiezas de nuevo con la misma fuerza o más", añade.
"Mi consejo más importante es que hay que ser buena gente e intentar rodearse siempre de buenas personas y de buenos equipos"
¿Ha merecido la pena?
“Esta pregunta me emociona, podría ponerme a llorar ahora mismo. Este era mi sueño de pequeño y soy un inmenso afortunado por haber podido conseguirlo. Que tu pasión y tu hobby sean tu trabajo es el más grande de los privilegios. Comunicar, compartir y transmitir son mis pasiones”.
Si alguna vez has paseado por la madrileña calle de Fernando VI, seguro que te has detenido frente a la mítica fachada de La Duquesita, presidida por el grabado original: “Bombones y caramelos finos”. Si te asomas a su vitrina, podrás ver los postres y dulces artesanos, de un negocio que lleva algo más de 100 años deleitando a los paladares más exigentes.
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