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Arrivederci, Audrey: recorremos la Roma de 'Vacaciones en Roma' en el 70.º aniversario del estreno
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HOLLYWOOD REMEMBER

Arrivederci, Audrey: recorremos la Roma de 'Vacaciones en Roma' en el 70.º aniversario del estreno

'Vanitatis' recuerda los lugares más emblemáticos que aparecen en este clásico del cine que cumple siete décadas y no ha perdido ni un solo fotograma de su encanto

Foto: Audrey y Peck, en la famosa Piazza di Spagna. (CP)
Audrey y Peck, en la famosa Piazza di Spagna. (CP)

¿Quién no ha querido comprarse una Vespa y pasearse por Roma después de ver 'Vacaciones en Roma'? ¿Quién no ha querido comerse un helado en la Piazza di Spagna de la capital italiana y dejarse llevar por el sol, el ruido callejero y la monumentalidad de las calles aledañas? ¿A quién no le gustaría vivir una historia de amor fugaz, de apenas 24 horas, como la que viven los protagonistas de esta película, que nos hace soñar durante dos horas con un mundo que nunca existió?

'Vacaciones en Roma' cumple 70 años este mes de agosto y no hace falta ser un cinéfilo gafapasta para saborear su encanto. Aunque, si profundizamos en este cuento de hadas moderno, nos faltarían calificativos para elogiarlo. A la cinta de William Wyler podríamos adjetivarla de rompedora, por clásica y tradicional que nos pueda parecer a priori. Protagonizada por esa princesa encantadora encarnada por Audrey Hepburn y ese periodista que cree estar ante el reportaje de su vida con el rostro de Gregory Peck, la película fue pionera por varios motivos.

placeholder Hepburn en un fotograma de 'Vacaciones en Roma'. (CP)
Hepburn en un fotograma de 'Vacaciones en Roma'. (CP)

'Vacaciones en Roma' es una comedia sin final feliz; la construcción de un recuerdo para dos personas que no encuentran su sitio en el mundo. Quien no se emociona al ver a Gregory Peck caminando, solitario y errabundo, por el pasillo de un palacio italiano, volviendo la vista atrás por si la princesa de la que se ha enamorado lo deja todo por él, no tiene corazón. Hasta la música de George Auric, que va subiendo para acompañar ese clímax final, refuerza la idea del film: debemos atesorar ciertos recuerdos de felicidad; los de un amor al que hay que aprender a renunciar. Se trata, en definitiva, de un final agridulce cuando estos no abundaban (y menos aún en una comedia romántica) en Hollywood; una secuencia perfecta.

La película, que pudo haber estado protagonizada por Elizabeth Taylor o Jean Simmons, supuso el salto a la fama de Audrey Hepburn. Descubierta por Collette para que fuese su 'Gigi' en los escenarios de Broadway, Paramount supo ver en ella a una nueva estrella que daría mucho que hablar. También su compañero, Gregory Peck. El actor no se veía adecuado para un personaje que parecía hecho a la medida de su colega Cary Grant. Una vez lo aceptó, congenió a la perfección con la joven Audrey, esa joven escuálida con ojos de cervatillo que impondría un nuevo tipo de belleza. Por eso mismo, el caballero andante de Hollywood no quiso figurar en primer lugar en los títulos de crédito y le cedió esa posición a ella. Visionario como pocos, Peck ya intuyó que el impacto de Hepburn sería mundial. Y tanto fue así que acabó ganando un Oscar a la mejor actriz. Audrey jamás olvidó la generosidad de su compañero de reparto.

placeholder Los protagonistas de 'Vacaciones en Roma', en un descanso del rodaje. (CP)
Los protagonistas de 'Vacaciones en Roma', en un descanso del rodaje. (CP)

No fue la única del equipo que se llevó la estatuilla dorada: Dalton Trumbo también obtuvo un Oscar al mejor guion. Sin embargo, había firmado el libreto con seudónimo. Tras su detención como uno de los 'diez de Hollywood' durante la Caza de Brujas del senador McCarthy, fue víctima de esa loca persecución de comunistas que asoló la meca del cine y acabó con unas cuantas carreras. Por aquella época no tenía trabajo y el estudio tuvo que insistir para que no firmase una de las grandes obras de su vida.

Más allá de la originalidad del guion (que luego copiaron docenas de películas) hay más elementos en los que 'Vacaciones en Roma' fue pionera. Aquella fue una de las primeras veces en las que un estudio de Hollywood rodaba 'in location', es decir, en el lugar en el que se desarrolla la historia. Y eso se debe al empeño del propio William Wyler, director de prestigio que, según los popes de la Nouvelle Vague, nunca fue un verdadero autor. El tiempo les ha quitado la razón: aunque probase tajada de un amplio menú de géneros (con especial predilección por el melodrama), sus personajes, las metafóricas escaleras de su cine e incluso sus finales con redención incluida son prueba irrefutable de que en sus películas siempre hubo una línea común.

Volvamos a Roma: hacer un viaje por la capital italiana en pleno siglo XXI supone encontrarse con muchos más turistas y una ciudad más masificada que la que vimos en la película. Pero a los más cinéfilos les gustará saber que aún se venden imanes del film en los puestos cercanos al Tíber; que aún hay recorridos para ver de cerca las localizaciones de 'Vacaciones en Roma' (y si no que se lo pregunten a nuestra compañera Margarita Velasco, para la que esta es su película favorita). Aquí repasamos las más importantes:

El primer encuentro en el Foro Romano

placeholder Peck y Hepburn, al lado del Foro Romano. (Paramount)
Peck y Hepburn, al lado del Foro Romano. (Paramount)

Narcotizada, somnolienta tras tomar unas pastillas con las que su séquito pretendía aplacar un ataque de nervios, la princesa Anna se queda dormida en un banco cercano al Foro Romano. Ese es el lugar en el que la encuentra su príncipe azul, un Gregory Peck que aún no sabe que ella es un miembro destacado de la realeza y que puede ofrecerle, sin saberlo, el gran reportaje de su vida.

Via Margutta 51, el hogar de Gregory Peck

placeholder Audrey Hepburn, abandonando el apartamento de Peck y caminando por la Via Margutta. (Paramount)
Audrey Hepburn, abandonando el apartamento de Peck y caminando por la Via Margutta. (Paramount)

Tras pasar la noche en el apartamento de Joe, Anna desea perderse por las calles de Roma. Y comienza su recorrido turístico al salir de la casa donde vive él, situada en una Via Margutta que está cerca de la Piazza di Spagna y en la que, atención cinéfilos, también vivió Federico Fellini.

Fontana di Trevi, donde la princesa se corta el pelo

placeholder La famosa fuente, en 'Vacaciones en Roma'. (Paramount)
La famosa fuente, en 'Vacaciones en Roma'. (Paramount)

El personaje encarnado por Audrey Hepburn también fue revolucionario por su imagen, por ese pelo corto impensable en otras actrices de la época. La peluquería donde la princesa Anna decide prescindir de su melena se encontraba en una calle cercana a la famosa Fontana di Trevi. Un local que, hoy por hoy, es una tienda que vende artículos de cuero y no conserva nada del local que fue a principios de los años 50.

Piazza de Spagna: el helado que degusta Audrey

placeholder Peck y Hepburn, en la escalinata de la Plaza de España. (CP)
Peck y Hepburn, en la escalinata de la Plaza de España. (CP)

Parte del itinerario de la protagonista pasa por comer un helado en la escalinata de la Piazza de Spagna, una de las más célebres de Roma. Es allí donde vuelve a encontrarse con el guapo periodista, que la invita a dejarse llevar y disfrutar de la ciudad durante todo el día.

Coliseo Romano, itinerario romántico

placeholder Hepburn, en el enclave más famoso de Roma. (CP)
Hepburn, en el enclave más famoso de Roma. (CP)

Años antes de que el cine le devolviese la vida, efectos digitales mediante, en 'Gladiator', el Coliseo, donde los gladiadores se batían a vida o muerte hace siglos, también fue parte del tour turístico de Audrey Hepburn y Gregory Peck.

Piazza Venencia, parte del paseo en Vespa

placeholder El monumento a Vittorio Emanuele, en un fotograma de la película. (Paramount)
El monumento a Vittorio Emanuele, en un fotograma de la película. (Paramount)

Los protagonistas (o más bien sus dobles) también circulan por la capital romana a bordo de una Vespa. Mientras desafían a guardias y policías se cruzan en la emblemática plaza Venencia (siempre llena de tráfico, en eso no ha cambiado) con el monumento a Vittorio Emanuel, histórico responsable de la reunificación de Italia.

Bocca della Verità, con anécdota incluida

placeholder Los protagonistas, en uno de los momentos más icónicos de la película. (Paramount)
Los protagonistas, en uno de los momentos más icónicos de la película. (Paramount)

La iglesia de Santa Maria in Cosmedin alberga en su entrada una reliquia que provoca colas y colas de turistas: la Bocca della Veritá, con su forma redonda y su imponente rostro tallado en piedra. Cuentan que si mientes, la boca acabará engullendo tu mano. Muchos visitantes desafían la tradición y se retratan introduciendo su extremidad en dicha boca. En 'Vacaciones en Roma', esta localización incluye una simpática anécdota: durante la secuencia en la que la princesa y el periodista la visitan, Peck fingió que su mano quedaba atrapada y el grito resultante de Hepburn fue absolutamente real.

Castel Sant’Angelo, un baile especial

placeholder El imponente castillo en un fotograma de la película. (Paramount)
El imponente castillo en un fotograma de la película. (Paramount)

Al caer la noche, los enamorados acuden a un baile a orillas del río Tíber, bajo el imponente Castel Sant’Angelo. Los guardaespaldas reales la localizan por fin y la secuencia termina en una monumental pelea colectiva, con Peck y Hepburn huyendo del gentío río abajo. Es entonces cuando se produce un primer beso que alivia la tensión del momento. Aunque hoy día cuesta ver fiestas en este lugar, nos sigue ofreciendo un paseo perfecto para vivir la noche romana.

Palazzo Colonna, un final para el recuerdo

placeholder Gregory Peck, en el emotivo final de 'Vacaciones en Roma'. (Paramount)
Gregory Peck, en el emotivo final de 'Vacaciones en Roma'. (Paramount)

Y, para terminar, el Palazzo Colonna, con la secuencia de la rueda de prensa protagonizada por la princesa. La joven vuelve a su vida de siempre, a su jaula de oro, y habla ante docenas de periodistas. En este emblemático momento participaron dos plumillas españoles de 'ABC' y 'La Vanguardia'. El lujoso pasillo del Palazzo también sirve para finalizar la historia: Peck nunca volverá a ver a Hepburn, pero ambos conservarán en su memoria esas 24 horas inolvidables. La vida continuará y ese recuerdo les servirá de confort, de parapeto para las penas que les depare el día a día. Como en la vida misma, esa en la que no hay cuentos que valgan...

¿Quién no ha querido comprarse una Vespa y pasearse por Roma después de ver 'Vacaciones en Roma'? ¿Quién no ha querido comerse un helado en la Piazza di Spagna de la capital italiana y dejarse llevar por el sol, el ruido callejero y la monumentalidad de las calles aledañas? ¿A quién no le gustaría vivir una historia de amor fugaz, de apenas 24 horas, como la que viven los protagonistas de esta película, que nos hace soñar durante dos horas con un mundo que nunca existió?

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