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Alfonso Diez recuerda con nostalgia a la duquesa de Alba: "Fui muy feliz"
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SE CASARON HACE DIEZ AÑOS

Alfonso Diez recuerda con nostalgia a la duquesa de Alba: "Fui muy feliz"

Hablamos con el viudo de la duquesa de Alba sobre aquella boda que se celebró hace diez años en Sevilla

Foto: Alfonso Diez. (Getty)
Alfonso Diez. (Getty)

Alfonso Diez vive una existencia tranquila. No asiste a convocatorias públicas y tampoco acepta ofertas para entrevistas y reportajes. Desapareció del mundo mediático cuando falleció la duquesa de Alba. Su vida social se resume en sus encuentros con amigos en cenas y almuerzos, preferiblemente en su propio domicilio o en las casas de sus amistades. Al ser muy familiar, su vida la comparte también con sus hermanos. En pocos años fallecieron tres de ellos y eso afectó profundamente al que fuera el cuarto marido de la matriarca de la Casa Alba.

Foto: Cayetana y Alfonso, el día de su boda. (Getty)

Antes de la pandemia solía viajar a menudo a Sevilla donde “fui muy feliz”, como aseguraba a Vanitatis. Carmen Tello, Marta Talegón y el duque de Segorbe eran y siguen siendo sus anfitriones. El aristócrata, ahora en un contencioso por la herencia de la legítima con sus sobrinos, le alojaba en su casa o en alguno de los hoteles de su propiedad.

placeholder Cayetana y Alfonso, el día de su boda. (Getty)
Cayetana y Alfonso, el día de su boda. (Getty)

El funcionario jubilado mantiene una excelente relación con Cayetano Martínez de Irujo. Y así lo manifestaba el duque de Arjona el día del aniversario de la boda de la duquesa a Vanitatis: “Siempre le estaré agradecido por lo feliz que hizo la vida de mi madre en sus últimos años. Al principio había cierto miedo porque realmente parecía un disparate”, comenta. En este aspecto, también coincide Carmen Tello, que fue de las primeras amistades que aceptaron al viudo cuando nadie daba un euro por la relación: "Todos lo consideraban un advenedizo y poco a poco se vio que era una buenísima persona”.

Alfonso Diez no se prodiga en los medios, pero sí ha querido recordar a su “porcelana”, que así llamaba cariñosamente a su mujer, a la que echa mucho de menos. El próximo 20 de noviembre se cumplirán siete años de su fallecimiento, y este 5 de octubre se cumplían 10 años de su boda en la capilla del palacio sevillano de Dueñas. “¡El tiempo vuela!”, recuerda ahora. “Parece mentira que hayan pasado diez años desde que nos casamos. ¿Qué puedo decir de ese día? Que fue estupendo, fui muy feliz. Tengo maravillosos recuerdos”.

placeholder Alfonso Diez, en el funeral de la duquesa con algunos de los hijos de Cayetana. (EFE)
Alfonso Diez, en el funeral de la duquesa con algunos de los hijos de Cayetana. (EFE)

A pesar de ciertas informaciones que se publicaron en aquellas fechas del enriquecimiento de Alfonso Diez por matrimonio, la realidad fue muy distinta. Y más aún a la muerte de la aristócrata. En la actualidad tiene su pensión como funcionario de la Seguridad Social que en su categoría asciende a mil y pico euros. El piso en el que vivía antes de casarse de una habitación lo tiene alquilado. Ahora cuenta con otro más amplio en la misma zona del barrio de Chamberí. Mantiene la casa de Sanlúcar de Barrameda (Cádiz) que compró con el dinero que ganó en un juicio por derecho al honor. Cuando murió la duquesa quedaban doscientos mil euros para saldar de la hipoteca. No reclamó herencia que le hubiera correspondido en calidad de viudo. Llegó a un acuerdo y recibió un millón de euros. Con esta cantidad dejó libre de pagos la vivienda de Cádiz que no llegó a compartir con la duquesa, y compró el domicilio de Chamberí.

En su día, esta vivienda de cuatro plantas con patio interior fue remodelada y pasó de ser una casa de pueblo a una casa de revista de decoración. La idea de comprarla fue de Alfonso. La razón tenía que ver con los veranos de su infancia. Así lo contaba una de sus grandes amigas, Pilar González de Gregorio. Cuando falleció la duquesa, la puso a la venta por cuatrocientos mil euros. Tiempo después cambió de opinión y una vez que las restricciones sanitarias han desaparecido, volverá a instalarse en este refugio.

Alfonso Diez vive una existencia tranquila. No asiste a convocatorias públicas y tampoco acepta ofertas para entrevistas y reportajes. Desapareció del mundo mediático cuando falleció la duquesa de Alba. Su vida social se resume en sus encuentros con amigos en cenas y almuerzos, preferiblemente en su propio domicilio o en las casas de sus amistades. Al ser muy familiar, su vida la comparte también con sus hermanos. En pocos años fallecieron tres de ellos y eso afectó profundamente al que fuera el cuarto marido de la matriarca de la Casa Alba.

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