Amaya Valdemoro, de los Juegos Olímpicos a los cuentos infantiles
Tras una vida dedicada al baloncesto, la deportista se ha reinventado en otros ámbitos como el de la literatura infantil. Repasamos su lado más desconocido
No es de extrañar que muchos la consideren la mejor jugadora española de baloncesto de la historia porque cuando Amaya Valdemoro tenía solamente 17 años comenzaba su trayectoria en la selección nacional. A partir de ahí, dos Juegos Olímpicos, cuatro mundiales, cinco medallas en los campeonatos de Europa, y esto solo con la selección; otros tantos galardones y reconocimientos con los doce equipos con los que compitió a lo largo de su carrera: uno de los más destacados, la Real Orden del Mérito Deportivo. No obstante, a sus 45 años son muchas las metas personales que le quedan por alcanzar y numerosas las que ha conseguido lograr ya.
Nacida el 18 de agosto de 1976 en Alcobendas (Madrid), Amaya siempre supo que su destino iría ligado al deporte aunque, en un primer momento, probó suerte en el atletismo. Lo que empezó siendo una afición, el baloncesto, pronto se convirtió en aquello sobre lo que giraba su día a día, y con 14 años empezaba a jugar en 1ª B para, un año más tarde, debutar en división de honor, convirtiéndose en profesional. Su carrera, desde luego, siempre será recordada y es que, entre sus grandes hitos, figura el hecho de ser la única en conseguir entrar en el top 5 de mejor jugadora europea durante 6 años consecutivos.
De este éxito, sin embargo, prefiere no hablar pues, como comentaba en una entrevista con el 'Heraldo': "Me siento afortunada, no exitosa. La palabra éxito no me gusta. Porque ¿qué es éxito en la vida?, ¿llegar a ser el primero o terminar una carrera? Es según lo mires". No obstante, es inevitable decir que ha triunfado, aunque no sin esfuerzo y constancia, y una serie de sacrificios a los que todo deportista se enfrenta cuando comienza su carrera desde tan joven.
En su caso, todavía con más mérito, ya que comenzó en una época en la que todavía existía mucha desigualdad de género en el deporte. Por esta razón, y consciente de que fue (y es) el referente de muchas chicas, apoya iniciativas para la igualdad y valora los cambios que se están haciendo en el ámbito deportivo. "Todavía el deporte femenino no está igualado, pero se están haciendo las cosas mejor", aseguraba en el citado medio. Retirada profesionalmente, sigue ligada a este deporte.
Amaya Valdemoro es ahora comentarista deportiva y su mayor interés es desempeñar esta labor de la mejor de las maneras. Aunque al principio no le fue fácil, porque considera que no es lo mismo vivir el baloncesto desde dentro que desde fuera, actualmente se desenvuelve como lo hace cualquiera de sus compañeros. Sin embargo, esta no es la única tarea que ocupa su tiempo porque la madrileña ha visto en la literatura infantil una forma de plasmar su pasión por el deporte.
Hace no mucho, lanzaba una serie de cuentos infantiles, basados en una protagonista que lleva su nombre y que, con la ayuda de sus mejores amigos y el baloncesto -como no podía ser de otra forma- de por medio, resuelve enigmas y conflictos. Un proyecto que tiene a la jugadora con una sonrisa permanente en el rostro, tal y como podemos ver en sus redes sociales, a través de las cuales podemos conocer un poco más de su lado más íntimo y que nunca ha sido muy reacia a mostrar.
La deportista comparte su día a día con un perro llamado Trece (que también sale en sus libros), al que considera su "amor perruno". De hecho, protagoniza la mayoría de instantáneas que Amaya tiene en su Instagram e, incluso, posee su propia cuenta con más de 1.000 seguidores. En compañía de su mascota, precisamente, ha disfrutado de una de sus grandes aficiones, más allá de la actividad física: viajar. Así, ha visitado todo tipo de lugares: montaña, playa o ciudades, como la última, Roma.
En lo que respecta a su vida sentimental poco o nada se sabe, ya que, celosa de su vida privada, nunca ha hablado al respecto. La única vez que abrió su corazón sobre el tema fue en el programa 'Viajando con Chester', de Cuatro, en 2015 cuando aseguró que "el amor lo he dejado aparcado, me han hecho mucho daño, he llorado mucho y me he sentido defraudada. Yo lo doy todo, no solo en el amor, y en el camino vas viendo quién corresponde y quién no". En cualquier caso, sola o en pareja, Amaya disfruta de un momento vital idílico, centrada en sus distintos compromisos profesionales y rodeada de muchos y buenos amigos.
No es de extrañar que muchos la consideren la mejor jugadora española de baloncesto de la historia porque cuando Amaya Valdemoro tenía solamente 17 años comenzaba su trayectoria en la selección nacional. A partir de ahí, dos Juegos Olímpicos, cuatro mundiales, cinco medallas en los campeonatos de Europa, y esto solo con la selección; otros tantos galardones y reconocimientos con los doce equipos con los que compitió a lo largo de su carrera: uno de los más destacados, la Real Orden del Mérito Deportivo. No obstante, a sus 45 años son muchas las metas personales que le quedan por alcanzar y numerosas las que ha conseguido lograr ya.