Mari Ángeles Grajal, viuda de Jaime Ostos, regresa a España: "El viaje más duro de mi vida"
El torero fallecía a los 90 años en Colombia, donde había pasado unos días rodeado de sus amigos
Jaime Ostos y Mari Ángeles Grajal tenían previsto volar el sábado, 8 de enero, desde Bogotá a Madrid. No pudo ser. Ese mismo día fallecía a los 90 años después de haber pasado unas navidades felices junto a sus amigos, Ivette Uhia y Gitanillo de América, que eran su familia del alma. Como ya adelantó en exclusiva Vanitatis, esa mañana paseó por los lugares más emblemáticos de su vida taurina colombiana.
Así lo recordaba la propia Grajal desolada ante la tragedia: “Eran unas navidades preciosas que celebramos en Cartagena invitados por nuestros íntimos. Y Jaime, el más animado. Los amigos nos pedían que bailáramos sevillanas y si yo era un poco reticente, Jaime me insistía: “Venga Mari Ángeles”. En Barú (islas del Rosario), donde hicimos una excursión, disfrutó muchísimo. Y el viernes ya en Bogotá, estuvimos en la plaza de Santa María, donde tuvo unas tardes maravillosas y vimos el hotel donde se quedaba cuando toreaba”. También quiso ver el exterior de uno de los locales donde, en el pasado, tenía su peña taurina, que ahora es un restaurante.
Mari Ángeles no puede hablar mucho porque aún no tiene procesada la muerte de su marido: “No tengo palabras. Estoy destrozada. Era mi vida”. Sus amigos y anfitriones, Ivette Uhia y Gitanillo de América, se han encargado de todos los trámites administrativos que en este tipo de situaciones es un proceso muy complejo. El martes tomará un vuelo desde Bogotá a Madrid con las cenizas de su marido. “Mari Ángeles está mal, muy triste y casi sin dormir. Nosotros la acompañamos a España para que no haga el viaje sola. Somos su familia”, explicaba a Vanitatis Ivette Uhia.
Hasta el tanatorio bogotano llegaron coronas y flores desde varias partes de Colombia y también recordatorios desde España. El embajador español quiso dar el pésame a la viuda y acudió al domicilio donde se encuentra la doctora Grajal. Este lunes, a las cinco de la tarde, hora colombiana y hora taurina, se celebra una misa funeral en la iglesia Santa Rita de Cassia a la que también acudirá el diplomático. Varios medios colombianos se han hecho eco del fallecimiento del torero y han publicado y emitido fotografías e imágenes de su época activa.
Dos bodas y 35 años juntos
Jaime Ostos y la doctora Grajal vivían en un chalet en la localidad de Villaviciosa de Odón (Madrid) desde que se casaron. Lo hicieron en dos ocasiones: primero en 1987, en el juzgado, y en 2015, por la iglesia. A Ostos le hubiera gustado celebrar su segundo matrimonio en la finca Yerbabuena, propiedad de su colega y amigo Ortega Cano, pero problemas burocráticos con los papeles de uno de los dos contrayentes lo impidieron. Por fin se dieron el ‘sí, quiero’ en la iglesia de Villaviciosa de Odón con la presencia solo de su hijo Jacobo y de los padres de la doctora.
Jaime Ostos y Mari Ángeles Grajal tenían una vida cómoda, sin sobresaltos económicos y socialmente muy activa. “Era pura energía y en estos últimos meses, tras pasar el covid, me decía: ‘No quiero que la muerte me pille en la cama’. Y el destino ha hecho que fuera como él quería. Disfrutando de la vida".
Una de las últimas veces en las que estuvo presente el torero fue en noviembre en la entrega de premios organizados por la peña taurina Las Meninas de España, creada por la doctora. En aquella ocasión, la infanta Elena fue nombrada Menina de Honor.
Respecto al patrimonio del torero en la actualidad, y según el Registro Mercantil, aparece únicamente como administrador de una empresa, Karember Relax y Belleza, fundada en 2004 sin actividad. Cuando comenzó a triunfar, adquirió una finca en la zona de Écija donde había nacido, que con el tiempo vendió. Jaime Ostos tuvo dos hijos con Consuelo Alcalá (Jaime y María Gabriela), uno con Mari Ángeles Grajal (Jacobo) y con Aurora Díaz a Gisela.
Jaime Ostos y Mari Ángeles Grajal tenían previsto volar el sábado, 8 de enero, desde Bogotá a Madrid. No pudo ser. Ese mismo día fallecía a los 90 años después de haber pasado unas navidades felices junto a sus amigos, Ivette Uhia y Gitanillo de América, que eran su familia del alma. Como ya adelantó en exclusiva Vanitatis, esa mañana paseó por los lugares más emblemáticos de su vida taurina colombiana.