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Amigos y familiares arropan a Mari Ángeles Grajal en el funeral de Jaime Ostos
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EN LA IGLESIA DE SANTA BÁRBARA

Amigos y familiares arropan a Mari Ángeles Grajal en el funeral de Jaime Ostos

El torero falleció a los 90 años en Bogotá el pasado 8 de enero después de haber disfrutado de unas navidades felices en Colombia junto a su mujer

Foto: Jacobo arropa a su madre Mari Ángeles Grajal. (LP)
Jacobo arropa a su madre Mari Ángeles Grajal. (LP)

A las ocho de la tarde comenzaba la misa funeral en recuerdo de Jaime Ostos en la iglesia de Santa Bárbara de Madrid. El lugar elegido tenía que ver con la capacidad condicionada por el covid y no con que fuera un templo con connotaciones familiares. Las medidas sanitarias son las que marcan el aforo y en este caso han sido muchas las personas que han querido estar presentes en esta liturgia oficiada por el párroco de esta iglesia madrileña.

Mari Ángeles Grajal llegó junto a su hijo Jacobo y su íntima amiga Ivette Uhia. En la ceremonia también estaban las hijas del torero, Gabriela y Gisela. Un cuarteto de cuerda se encargó de acompañar la liturgia religiosa y la soprano Pilar Jurado cantó la Salve. Hubo dos amigos de Ostos que quisieron homenajear al torero: uno fue el periodista taurino Miguel Redondo; otro, Jorge Fajardo, presidente de la Federación Taurina de Madrid. Los dos hicieron un perfil muy personal del que, según dijeron, fue una de las grandes figuras del toreo. Aunque se esperaba la presencia de la infanta Elena, finalmente no apareció, probablemente por la presión y las preguntas que podría tener que afrontar en torno a la nueva relación de Iñaki Urdangarin, marido de su hermana, la infanta Cristina.

placeholder Jacobo y Mari Ángeles Grajal. (LP)
Jacobo y Mari Ángeles Grajal. (LP)

placeholder Jacobo Ostos. (LP)
Jacobo Ostos. (LP)
placeholder Gisela Ostos. (LP)
Gisela Ostos. (LP)

Al finalizar la misa, Jacobo Ostos quiso dar las gracias por todos los mensajes de apoyo y cariño que había recibido desde que se supo de la muerte de su padre. Los otros tres hijos (Gabriela, Jaime y Gisela) también estuvieron presentes en la misa funeral. Al día siguiente, la viuda y la familia viajarán a Sevilla, donde se le va a rendir un homenaje con la vuelta al ruedo. Y de ahí a Écija, ciudad donde nació Jaime Ostos, para dejar sus cenizas junto a las de sus padres.

Muy triste y aún sin poder procesar la ausencia de su marido, Mari Ángeles explicaba a Vanitatis: “Tuve la suerte de compartir mi vida con un hombre generoso que me quería muchísimo. He sido muy feliz. Ahora tengo que aprender a estar sin él”. Al funeral acudieron muchos amigos para dar ese último adiós: entre otros, Norma Duval, Ortega Cano, Bigote Arrocet o la marquesa de la Vega de Anzo.

placeholder El padre Ángel. (LP)
El padre Ángel. (LP)

placeholder Ortega Cano, Ana María Aldón y Gloria Camila. (LP)
Ortega Cano, Ana María Aldón y Gloria Camila. (LP)
placeholder Norma Duval. (LP)
Norma Duval. (LP)

placeholder  Juan Peña. (LP)
Juan Peña. (LP)
placeholder Rappel. (LP)
Rappel. (LP)
placeholder El adivino, junto a Paloma Segrelles. (LP)
El adivino, junto a Paloma Segrelles. (LP)
placeholder Bigote Arrocet. (LP)
Bigote Arrocet. (LP)

Los últimos días

Jaime Ostos falleció a los 90 años en Bogotá el pasado 8 de enero después de haber disfrutado de unas navidades felices en Colombia. Viajó con su mujer, Mari Ángeles Grajal, invitados por su gran amiga desde hace muchos años, Ivette Uhia, y Gitanillo de America. Ellos fueron los anfitriones tanto en Cartagena de Indias, donde despidieron el año, como en su casa de la capital. Fueron los grandes apoyos de la doctora Grajal cuando ya no hubo ninguna esperanza de recuperación en el hospital donde ingresó. Se encargaron también de todos los trámites, que en estos casos son complicados. El día de su muerte, el torero y la neumóloga tenían previsto regresar a España y retomar la rutina. La especialista, en su consulta, y Jaime Ostos, con sus paseos por Villaviciosa de Odón, la localidad cercana a Madrid donde vivían con Jacobo, el hijo común. Y, por supuesto, acudir a las fiestas, cenas y almuerzos que organizaban amigos y familiares.

“Jaime era el primero que me decía que saliéramos. Tenía una energía envidiable y eso que con el covid adelgazó veinte kilos. Disfrutamos muchísimo en Cartagena, en Barú y en Bogotá. ¿Quién me iba a decir que iba a hacer el viaje de vuelta más triste de mi vida?”.

Recuerda que fue todo muy rápido e inimaginable: “Cuando le fui a despertar de la siesta, me di cuenta de que no estaba bien. Nos fuimos rápidamente a la clínica y allí falleció. Ha sido terrible”.

A las ocho de la tarde comenzaba la misa funeral en recuerdo de Jaime Ostos en la iglesia de Santa Bárbara de Madrid. El lugar elegido tenía que ver con la capacidad condicionada por el covid y no con que fuera un templo con connotaciones familiares. Las medidas sanitarias son las que marcan el aforo y en este caso han sido muchas las personas que han querido estar presentes en esta liturgia oficiada por el párroco de esta iglesia madrileña.

Mari Ángeles Grajal llegó junto a su hijo Jacobo y su íntima amiga Ivette Uhia. En la ceremonia también estaban las hijas del torero, Gabriela y Gisela. Un cuarteto de cuerda se encargó de acompañar la liturgia religiosa y la soprano Pilar Jurado cantó la Salve. Hubo dos amigos de Ostos que quisieron homenajear al torero: uno fue el periodista taurino Miguel Redondo; otro, Jorge Fajardo, presidente de la Federación Taurina de Madrid. Los dos hicieron un perfil muy personal del que, según dijeron, fue una de las grandes figuras del toreo. Aunque se esperaba la presencia de la infanta Elena, finalmente no apareció, probablemente por la presión y las preguntas que podría tener que afrontar en torno a la nueva relación de Iñaki Urdangarin, marido de su hermana, la infanta Cristina.

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