La carta de apoyo de los Reyes a Mari Ángeles Grajal, viuda de Jaime Ostos

Los Reyes han querido sumarse a las muestras de cariño y apoyo que ha recibido la viuda María Ángeles Grajal a raíz de la muerte del torero Jaime Ostos a los 90 años. El jefe del Estado y doña Letizia firman una carta de afecto a la doctora y al resto de la familia. En dicho comunicado y con el encabezamiento 'De sus majestades los Reyes', aparece el siguiente mensaje:

“Queremos trasladarle nuestro pésame por el fallecimiento del maestro Jaime Ostos, especialmente querido y respetado en el mundo de la tauromaquia. En este momento tan triste, les hacemos llegar nuestro apoyo y cercanía para toda la familia”.

La viuda ya se encuentra instalada en su domicilio de Villaviciosa de Odón (Madrid), donde vivía desde que se casó con Ostos en 1987. En esta localidad también celebraron la boda religiosa en 2015 solo con la presencia de los padres de Grajal y de Jacobo, el hijo común.

El funeral, el 20 de enero

Para la doctora, tantas muestras de cariño no la ayudan a asumir la muerte de su marido, pero sí para saber el aprecio de la gente. El próximo 20 de enero a las 20:15 se celebrará una misa funeral en la madrileña iglesia de Santa Bárbara. Esta ceremonia religiosa la han convocado la viuda y los cuatro hijos que tuvo Ostos con sus tres mujeres, Jaime, Gabriela, Jacobo y Gisela.

Después habrá un gran homenaje en la plaza de toros de la Maestranza, en Sevilla. La urna con las cenizas dará la vuelta al ruedo en una de las plazas más importantes junto con la de Ventas en la vida profesional de Jaime Ostos. Y finalmente las cenizas acabarán en el cementerio de Écija, donde se encuentran enterrados sus padres. De esta ciudad salió para triunfar como torero. Los taurinos señalan que su época de mayor esplendor fue desde 1960 hasta los 80 y lo definen como uno de los grandes maestros.

Jaime Ostos murió el pasado 8 de enero a los 90 años en Bogotá. Se había trasladado con su mujer, Mari Ángeles Grajal, para pasar las navidades con sus amigos Ivette Uhia y Gitanillo de América en su casa de Cartagena de Indias. Cuatro días en los que el torero y su mujer disfrutaron de la buena vida tanto en la ciudad amurallada como en las islas del Rosario, donde los amigos tienen una casa en la isla Baru.

El estado de salud de Ostos era perfecto y era el primero que se lanzaba a bailar o a acompañar a los mariachis en las fiestas que sus amigos les organizaban durante esas fechas. Dos días antes de volver a España se trasladaron a Bogotá, desde donde tomarían el vuelo a Madrid. En la capital, Jaime Ostos quiso visitar los lugares más emblemáticos que habían formado parte de su trayectoria profesional. Visitó la plaza de Santa María, el hotel donde se alojaba y la peña taurina.

Un itinerario de despedida de los que habían sido los momentos más felices en Colombia. Ese mismo día fallecía de un infarto en la casa de Bogotá. Varios medios colombianos se hicieron eco del fallecimiento del torero y publicaron y emitieron fotografías e imágenes de su época activa. En las noticias del canal RCN de las siete de la tarde hubo un homenaje al torero español y también en la misa funeral de Santa Rita, donde su amigo Gitanillo de América le dedicó una emotiva despedida cantando desde el altar 'Algo se muere en el alma cuando un amigo se va'.

El vuelo de regreso lo hizo sola María Ángeles Grajal acompañada de su íntima amiga y anfitriona en Colombia, Ivette Uhia. En el aeropuerto la esperaban los cuatro hijos y algunas de las amigas de la peña taurina Las Meninas de España, de la que es fundadora. Hace un mes se entregó la Menina de Oro a la infanta Elena en el transcurso de una cena en el restaurante Commodore.

Fue la última aparición pública de Jaime Ostos. Tiempo después emprendería su último viaje de Navidad con su mujer. Nadie imaginaba que no habría regreso y que para la doctora sería “el viaje más trágico" de su vida. Ella ha recordado estos días para quien esto escribe las palabras que le decía siempre su marido, al que califica de "energía pura": "No quiero que la muerte me coja en la cama". "Tenía una energía a tope", nos decía Grajal. Y así fue.