Alejandro Sanz, Kiki Morente y Eva González, protagonistas de las Medallas del Día de Andalucía

Alejandro Sanz y Manuel Alejandro son desde hoy, 28 de febrero, 'hermanos', además de ahijado y padrino. Andalucía los ha nombrado 'hijos predilectos' en el día oficial de la comunidad autónoma. Los dos acudieron a recoger su distinción al teatro de la Maestranza de Sevilla, con un aforo de 1.700 personas. Se han entregado un total de 20 medallas en una ceremonia que ha presentado Eva González y la que ha asistido, entre los numerosos invitados, Cayetano Martínez de Irujo.

El acto comenzó con una enorme ovación a Manuel Alejandro, que acaba de cumplir 90 años. El compositor abrió el acto oficial interpretando a piano y cantando, visiblemente emocionado, una de sus canciones más emblemáticas, ‘Háblame del mar marinero’, escrita para Pepa Flores, Marisol, y que también grabó Joan Manuel Serrat.

Manuel Alejandro dijo: “Sin lugar a dudas. estoy felicísimo, he llevado Andalucía por todas partes y la he llevado dentro de mi toda la vida. 70 años en Madrid y sigo hablando en andaluz, no hay duda de que lo pregono y lo bebo, y también me como a Huelva entera. Esto es una barbaridad para mí. Todo está mermado con los años, hasta los dedos, pero el corazón no, ese sigue adelante”.

El 'escribidor de canciones', como le gusta autodenominarse, ha recibido en la misma semana los títulos de Hijo Predilecto de Jerez, la provincia de Cádiz y de Andalucía. Tras recibir su medalla quiso tener un recuerdo para su esposa, recientemente fallecida: “Yo saco la lágrima en la canción, pero después estoy todo el día riéndome. Quiero compartir este premio con mi mujer, que se me fue. Mis suegros eran de Córdoba y de Granada, hoy somos hijos predilectos los dos”.

Eva González, vestida de verde Andalucía por el diseñador Antonio García con un vestido trench, lo saludó con un abrazo saltándose el protocolo. Manuel Alejandro se permitió bromear con ella en el escenario: “Le he preguntado entre bastidores si es buen matador el marido”. Eva, continuando la broma, le respondió: “Yo le he dicho que torea mejor que mata”.

Alejandro Sanz, que estuvo acompañado por su pareja, Raquel Valdés, había llegado a Sevilla la víspera, pero no acudió a la recepción privada ofrecida por el presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno Bonilla, en el palacio de San Telmo la noche anterior. A su llegada al teatro de la Maestranza confirmaba que interpretaría el himno de Andalucía. Alejandro no pudo evitar emocionarse tras recibir su distinción, se fundió en un abrazo con Manuel Alejandro y los dos rompieron a llorar.

Eva dijo al presentarlo: “De él me gustan hasta sus andares”. Ambos han sido compañeros en un programa de televisión y por eso el cantante, rompiendo también el protocolo, se acercó a darle un beso. Comentaba Alejandro: “Después de 30 años de carrera la vida tiene esta forma de sorprenderte, me siento como al principio de mi carrera. Nos hemos elegido, yo he elegido a Andalucía, y ahora Andalucía me elige a mí, no hay demostración más grande de amor. Elegí Andalucía como fuente de inspiración, como madre de mis anhelos y todo lo que he logrado en mi vida lo he hecho para que mi madre se sintiera orgullosa. Nunca debes cansarte de querer y de que te quieran. No tendría tiempo de agradecer tantas cosas que me ha dado Andalucía y todavía ella me sorprende con este reconocimiento”.

Alejandro habló en nombre de los premiados y reconoció que “nunca había vivido un acto tan auténtico y tan emocionante”. El compositor e intérprete recordó a sus padres en sus palabras: “Gracias por este instante de felicidad tan absoluta. Ahora mismo tengo dentro un niño chico saltando de alegría diciendo que todo ha merecido la pena. Me parece escuchar la risa escandalosa de mi madre diciendo ‘mi niño es una eminencia’ y el ole bajito de mi padre. A vosotros, María la de Alcalá y Jesuli el de Algeciras, os lo dedico”.

El cantante recordó también que este reconocimiento junto al de su padrino de bautismo, Manuel Alejandro, era “doble honor, doble orgullo, la vida nos lo debía”. La actriz Belén Cuesta, otra de las galardonadas, estuvo acompañada la noche anterior por su padre y declaraba: “Me dieron la noticia mientras desayunaba en mi casa, me emocioné y me hizo mucha ilusión, enseguida pensé en mi padre. Uno se siente en deuda con su tierra y recibe este reconocimiento con mucha responsabilidad. Le dedico esta medalla a mis compañeros de arte dramático de Málaga, que no han tirado la toalla y que siguen ahí”.

Al presentar su medalla, Eva tuvo un pequeño lapsus y dijo: “El Consejo de Ministros… Perdón, el Consejo de Gobierno (se hizo un silencio)... No vaya a meter la pata ahora, que esté la cosa un poquito 'apretá', Belén, por favor, sálvame de este momento…”. Desde el escenario, la presentadora se hizo también un selfie con el presidente de la Junta, Juanma Moreno, y la presidenta del Parlamento, Marta Bosquet, invitando a los asistentes a hacer lo mismo. Las fotos se mostraron en una pantalla gigante al final de la ceremonia en el escenario.

Para Eva fue también especialmente emotivo presentar la medalla de Juan Antonio Ruiz Espartaco, gran amigo de su marido, Cayetano Rivera, que estuvo acompañado de sus hijos y su familia, y comentó: “No sé si soy merecedor o no, pero sí es merecedora la tauromaquia. Se la dedico al toro, a mi familia, mis hijos, mis padres y hermanos. Andalucía siempre ha sido mí trampolín hacia el mundo de la tauromaquia”. También Eva se saltó el protocolo al darle un abrazo a la diseñadora Pilar Vera, y hacer una alegato “a favor de la moda flamenca”. Durante el acto actuó el cantaor granadino Kiki Morente, el menor de la saga.

Las Medallas de Andalucía constituyen una de las ceremonias más institucionales e importantes de la Comunidad y se entregan desde 1985. El primer Hijo Predilecto fue Rafael Alberti y la Primera Medalla de Andalucía se le concedió al rey Juan Carlos. Desde el año 2019 se dividen las medallas a través de diez categorías.

El presidente de la Junta, al cerrar el acto, levantó un emotivo aplaudo recordando que “estamos con el pueblo ucraniano”, condenando la guerra y haciendo un alegato a favor del diálogo.