Alejandro Sanz brilla en Marenostrum con Rachel Valdés entre el público

Alejandro Sanz fue el oráculo de Delfos por unas horas en la retina de Jill Biden en el sarao que se montó en la embajada estadounidense de Madrid hace unos días con motivo de la visita de los altos mandatarios de la OTAN. Esa euforia de ser el 'number one' para la primera dama de los EEUU se le notaba al artista en el concierto que ofreció anoche en el Marenostrum Fuengirola.

De rosa fucsia y con un “comment allez vous?” en los labios, lo dio todo en una noche tórrida de terral. Ni siquiera las noticias ensombrecedoras de la deuda de 757.110,94 euros con la Hacienda Pública de su novia, Rachel Valdés, han enturbiado su éxito en la Costa del Sol.

TE PUEDE INTERESAR

Alejandro Sanz, Kiki Morente y Eva González, protagonistas de las Medallas del Día de Andalucía

M. Guerrero

La cubana acompaña a su novio en toda esta gira. Esta vez tampoco se lo quiso perder en Fuengirola. Apareció pertrechada por la seguridad, pero Vanitatis tuvo acceso a ella y le preguntó por sus problemas con el fisco. Valdés evitó la pregunta. Después se sentó en el palco principal con su amigo cubano Chucho Valdés para cantar las canciones de su chico lejos de los objetivos indiscretos de los fotógrafos.

Pero el que por supuesto sí quería fotos, y muchas, era Alejandro, que si en el Wanda Metropolitano hizo la misma taquilla que los Rolling Stones, en Marenostrum igualó en cifras a Jennifer López o Marc Anthony con un llenazo absoluto en el primero de sus conciertos, ya que hoy sábado vuelve a subirse a las tablas marcándose otro 'sold-out'.

El recinto de Fuengirola vibró con un espectáculo lleno de arte que tuvo que ser aplazado en fechas anteriores por causa de la pandemia. El de Moratalaz estaba feliz porque lo 'petó' literalmente. Su público tenía ganas de corear, bailar y gritar. Había muchas ganas desde que en marzo de 2020, en medio de un tour por América, Alejandro tuviera que aplazar todos los conciertos por los estadios de España. Pero dos años después, el artista ha recompensado con creces esos compromisos y algunos más se empiezan a hacer realidad, ya que tiene en el mercado su nuevo disco, ’SANZ’ (2022), y sus fans ya se saben las canciones de memoria.

Rosa flamenca en su espina dorsal

En sintonía con un álbum que apuesta por exponer su geografía física, Sanz inició su espectáculo con unas imágenes en las que posa desnudo y muestra los múltiples tatuajes que recorren su cuerpo. Sus señas de identidad son la silueta de una rosa flamenca en plena espina dorsal y un retrato de su madre cerca del corazón. Como una aparición extrasensorial, Álex irrumpió en el escenario a las 22:30 horas con gafas oscuras y enfundado en un traje rosa fuerte. “Me ha dado por vestirme así desde la pandemia”, dijo, para interpretar ‘No es lo mismo’ y ‘Lo que fui es lo que soy’ parapetado por su fiel banda que es en realidad un escuadrón de amiguetes que se lo pasan bomba en cada concierto.

Hasta 30 canciones se fueron sucediendo en la noche. Así, iban desfilando los primeros temas, como ‘El alma al aire’ o ‘Deja que te bese’, muchos de ellos esbozados en popurrís, como es el caso de ‘Regálame la silla donde te esperé’ u ‘Hoy llueve, hoy duele’. De entre ellos, cabe mención especial el legendario ‘Más’ (1997), el más vendido de la historia de la música en España, del que se cumplen 25 años. De este vinilo sonaron seis éxitos para el contento de sus fans, que celebraron con fuerte palmoteo ‘Y si fuera ella’, ‘Corazón Partío’ o ‘Amiga mía’. El guiño con Alicia Keys lo hizo dando pie a ‘Looking for paradise’, interpretado a dúo junto a Karina, su chica fetiche del programa ‘La voz’, donde fue jurado, mientras se proyectaba el videoclip original con la cantante.

Al tiempo que se sucedían los temas antiguos, pasando por ‘Mi marciana’, con unos toques alienígenas, llegó la sorpresa que tanto esperaba su público: la primera canción de ‘SANZ’, ‘Mares de miel’, a la que poco después le siguió la segunda, ‘Iba’.

Sus sones caribeños con Chucho Valdés

Entre el público se oía: “Mucho mejor nuestro Alejandro que Marc Anthony el otro día. Que viva el producto nacional”. Y es que el son caribeño no faltó en la cita con ‘Mi persona favorita’, ‘Labana’, ‘La rosa’ y ‘Amiga mía’. Lo mejor de la noche fue, sin duda, cuando el maestro Chucho Valdés, que vive en Benalmádena, muy cerca de Marenostrum, se subió al escenario y acarició el piano como él sabe hacerlo para llenar todo con los ritmos de 'Labana’ y ‘La rosa’. ‘He sido tan feliz contigo’ y ‘Hay un universo de pequeñas cosas’ conformaron el segundo medley para encarar ya la recta final del concierto. Entre medias, el público pedía a voces ‘La fuerza del corazón’, que llegó en conjunción con ‘Siempre es de noche’, igual que sucedió con ‘Cuando nadie me ve’, arropada por ‘Amiga mía’, que llevó el concierto a su máximo.

El turno de los bises lo abrió en clave acústica con ‘Viviendo deprisa’ así como con ‘Lo ves’. Alejandro siempre dice que la mejor manera de medir la intensidad de un concierto es haciéndole caso al 'pelódromo' y lo cierto es que su espectáculo consiguió elevar el vello de muchos a la enésima potencia.