¿Quién es el padre de Sofía Palazuelo, declarado insolvente por la Audiencia Nacional?

Cuatro años de matrimonio, una hija y otro bebé en camino, además de un futuro como cabezas de la Casa de Alba. Serían ingredientes para considerar que la vida de los duques de Huéscar es perfecta. Pero también tiene sus sombras, dado que Fernando, el padre de Sofía Palazuelo, recientemente declarado insolvente por la Audiencia Nacional, no se lo pone fácil precisamente. Los titulares que protagoniza el arquitecto y empresario chocan directamente con la idea de tener una vida tranquila, especialmente ahora que la duquesa de Huéscar, a punto de dar a luz, necesita toda la calma posible.

Tal y como informaba este lunes El Confidencial, la Audiencia Nacional ha declarado al empresario insolvente, por lo que no seguirá reclamándole los nueve millones de euros que lleva requiriéndole desde septiembre, con el fin de hacer frente a las responsabilidades económicas en el proceso judicial que le enfrenta a su exmujer, Sofía Barroso, la madre de la duquesa de Huéscar, y por el que se verán las caras en los tribunales dentro de unos meses. Esta rencilla familiar es el motivo más importante por el que Fernando Palazuelo fue el gran ausente en la boda de su hija, en octubre de 2018.

Y es que desde hace unos años no mantienen ninguna relación, por lo que tuvo que ser uno de sus hermanos, Jaime, el que la llevó al altar. Pero hubo un tiempo en el que no fue así. No solo Fernando Palazuelo tenía una estrecha relación con sus hijos, sino que incluso los dos mayores estuvieron trabajando con él. Una etapa laboral que terminó cuando se dieron cuenta de los movimientos sospechosos del padre, que precisamente son objeto del proceso judicial en el que está investigado y por el que esta semana ha vuelto a los titulares al ser declarado insolvente por la Audiencia Nacional.

El proceso judicial, un asunto familiar

Los padres de Sofía Palazuelo crearon Arte Express en los años 80, una empresa a medio camino entre la galería de arte y la inmobiliaria. Durante un tiempo se dedicaron a comprar edificios baratos que rehabilitaban y luego vendían, la mayor parte en Palma de Mallorca (donde se estableció la familia) y Barcelona. El negocio iba bien, los Palazuelo se dedicaron a coleccionar arte y disfrutaban de un alto nivel económico hasta que empezó la crisis económica y algunos problemas legales. A principios de 2000 le denunciaron por presionar a varias personas para que abandonaran uno de los edificios históricos que quería rehabilitar, una causa por la que le condenaron finalmente en 2006.

Mientras lidiaba con sus problemas con la justicia, echó el ojo al mercado en Perú, donde ya había viajado por aquel entonces en alguna ocasión. Así que no lo dudó y se instaló en Lima, la capital, dejando aquí a su mujer y a sus cuatro hijos. No tardó en comenzar, además de una nueva etapa profesional, una etapa personal que le trajo una nueva esposa y otros dos vástagos. Precisamente, las fechas de la separación de su primera mujer son uno de los asuntos que se han tratado durante el proceso, dejando la vida privada de la familia bastante expuesta.

En Perú se convirtió en el gran rehabilitador del centro histórico de Lima, conservando el modus operandi que había utlizado en España, comprando edificios históricos en estado de ruina, rehabilitándolos y poniéndolos de nuevo en circulación. El éxito profesional hizo que Perú se le quedara pequeño y no tardó en expandirse a Estados Unidos con la ayuda de sus dos hijos mayores, Jaime y Fernando, que entraron a trabajar en sus empresas hasta que descubrieron que su padre presuntamente había despojado a su madre de las empresas que integraban el patrimonio familiar.

El asunto llegó a los juzgados de Palma en 2018, el mismo año en el que se casó su hija Sofía. Allí la magistrada María Pérez investigó a Fernando Palazuelo por administración desleal, apropiación indebida y otros delitos económicos para inhibirse en 2021 a favor de la Audiencia Nacional. El caso llegó a este conocido tribunal, donde el juez de refuerzo del Juzgado Central de Instrucción número 6, Joaquín Gadea, propuso en marzo juzgar al empresario por haber despatrimonializado presuntamente las sociedades que compartía con su exmujer, Sofía Barroso Fernández de Araoz.

Hace unos meses, la Sala de lo Penal de la AN confirmaba la decisión del instructor de enviar a juicio al padre de la duquesa de Huéscar, que se enfrenta a un delito castigado con pena de hasta seis años de prisión en el artículo 250 del Código Penal. Era el momento en el que le solicitaban los nueve millones y medio de euros para hacer frente a esas posibles responsabilidades económicas derivadas de este proceso judicial, pero que ya han dejado de reclamarle al declararlo insolvente.