Así es el lado más personal de Daniel Cabrera, Ciriaco en 'Amar es para siempre'
El joven actor vasco es una de las revelaciones de la undécima temporada de la serie, pero sus inquietudes van mucho más allá de la pequeña pantalla
Las emociones nunca se interrumpen en la ficción nacional de emisión diaria más vista de nuestra televisión. La longeva 'Amar es para siempre' ha alcanzado ya su temporada número once y lo ha hecho con renovadas tramas, nuevos decorados, un aumento de localizaciones exteriores y, por supuesto, con nuevos personajes con los que dar la réplica a viejos conocidos que dan continuidad a sus papeles.
Así, mientras llegan al barrio nuevas caras como las de la joven canaria Adriana Ubani, que interpreta el personaje de Andrea, otros como el 'masterchef' Manu Baqueiro siguen siendo de los veteranos que se resisten a abandonar la serie. Precisamente es Ciriaco, uno de sus hijos con la entrañable Manolita, alguien que juega un papel importante en esta tanda de capítulos.
El prometedor intérprete Daniel Cabrera es el encargado de dar vida a este complejo personaje, que arranca con sus huesos en la cárcel tras un presunto asesinato. Tan atractivo como canalla, la sombra de la duda pende sobre su inocencia y será un quebradero de cabeza más para los siempre atribulados propietarios del bar El Asturiano.
* Si no ves correctamente este formulario, haz clic aquí
Este es el primer papel importante para Cabrera, nacido en Bilbao en 1997 y con el deseo de dedicarse a la interpretación entre ceja y ceja desde que comenzara su formación en la escuela de interpretación Bizkaiko Antzerki Ikastegiaren en su tierra natal.
"Llegar a esta serie ha sido un sueño hecho realidad, siendo uno de mis primeros proyectos", aseguraba en una entrevista para 'Fórmula TV' antes de aclarar que no enfoca 'Amar es para siempre' "como un trampolín, sino como un trabajo que me hace una ilusión tremenda".
Esa ilusión la ha demostrado también por otros mundos como el del baile, obteniendo la titulación en danza clásica y contemporánea en la escuela de Igor Yebra, o por el teatro. Estudiando dramaturgia recordó por qué era tan relevante para él tener una voz, contar sus historias como quería hacerlo. Su primera toma de contacto como actor profesional llegaría sobre un escenario en 2013, dando vida a uno de los personajes de 'El cascanueces', al que seguirían otras obras de teatro como 'El barbero de Sevilla' o 'Los hombres que están de más' de Anton Chéjov.
En televisión, antes de aparecer por la plaza de los Frutos le hemos visto en la serie vasca 'Go!azen', antes de dar el salto a proyectos más importantes como 'Intimidad', una de las series del año pasado en Netflix, o 'La edad de la ira' de Antena 3. También se ha dejado seducir por la magia de la gran pantalla, debutando en la película 'A mil kilómetros de la Navidad'.
Su lado más personal nos lo muestra a través de una cuenta de Instagram donde acumula cada vez más seguidores y que nos recibe con la frase: "Siempre llevo los mismos zapatos sin cordones". En ella alterna muchos selfies con poemas, reflexiones y ocasionales datos sobre sí mismo que nos permiten asomarnos a la persona más allá del personaje.
"Desde muy chiquitín siempre he esperado en la vida llegar a la magia. Estaba obsesionado con todo lo que tiene que ver con la fantasía, con cuentos de hadas, y me pasaba la vida pensando 'este mes no, pero igual el mes que viene me aparecen poderes y soy capaz de ser una bruja'. Pero nunca pasó. Parecerá una chorrada, pero es algo que me ha acompañado durante toda mi vida: tener la necesidad de hacer magia, de tener magia, de vivir con la magia alrededor", escribe por ejemplo en una de sus últimas publicaciones, que acompaña de unas fotos en las que firma su primer libro, 'Quimera'.
Daniel habla en su novela debut de las ilusiones y de las verdades que habitan detrás de ellas. Pero también de la esperanza y de lo duro que resulta ser joven y no encajar en los moldes establecidos y de la experiencia de pertenecer al colectivo LGTB+ hoy en día.
"Leyendo 'Quimera' me he retrotraído a mi yo de quince años, cuando me cuestionaba todos los días lo que era, cuando me negaba constantemente a mí mismo", escribe el activista y diputado en la Asamblea de Madrid Santi Rivero, que es el autor del prólogo. "Ojalá a ese Santi le hubieran regalado este libro. Habría sido sanador, me habría ayudado a entender sensaciones y emociones que en aquel momento quedaban como interrogantes frustrantes en mi vida", termina diciendo sobre una obra que demuestra que este joven artista tiene mucho que decir y muchos modos de hacerlo.
Las emociones nunca se interrumpen en la ficción nacional de emisión diaria más vista de nuestra televisión. La longeva 'Amar es para siempre' ha alcanzado ya su temporada número once y lo ha hecho con renovadas tramas, nuevos decorados, un aumento de localizaciones exteriores y, por supuesto, con nuevos personajes con los que dar la réplica a viejos conocidos que dan continuidad a sus papeles.