Es noticia
Menú
Un feliz y desconocido Mario Vargas Llosa celebra su 87 cumpleaños en la playa
  1. Famosos
Nuevo capítulo

Un feliz y desconocido Mario Vargas Llosa celebra su 87 cumpleaños en la playa

En su nueva vida tras la separación de Isabel Preysler, el premio Nobel ha festejado este día tan señalado rodeado del calor de su familia y en su Perú natal

Foto: Mario Vargas Llosa recibe el Gran Collar de la Orden del Sol de Perú. (Reuters)
Mario Vargas Llosa recibe el Gran Collar de la Orden del Sol de Perú. (Reuters)

Hace justo un año, Mario Vargas Llosa celebraba sus 86 vueltas al sol mientras en Arequipa, la ciudad peruana donde nació, arrancaba una semana cultural en su honor, a base de talleres de literatura, seminarios y conferencias. En lo personal, su vida parecía plácida en Madrid al lado de su pareja, Isabel Presyler, con la que cumplía siete años de amor después de poner fin a su larga relación de cinco décadas junto a Patricia Llosa.

Hoy, instalado de nuevo en el país sudamericano tras poner fin a su noviazgo con la socialité filipina y aparentemente enfriada la guerra soterrada que sucedió a la ruptura, el premio Nobel parece feliz en este nuevo capítulo del libro de su vida. A su lado, nuevamente encontramos a su exesposa. Pero también a sus tres hijos –Álvaro, Morgana y Gonzalo– que ejercen de cronistas en las redes sociales de sus vivencias diarias, y sus ocho nietos. Parece que La tribu, como les gusta llamarse, está más unida que nunca.

Una nueva prueba de ello son las últimas y familiares instantáneas que ha compartido Álvaro Vargas Llosa con motivo de la celebración del cumpleaños de su padre, que curiosamente nació el mismo día que Amancio Ortega.

* Si no ves correctamente este formulario, haz click aquí

En ellas podemos ver al literato con un aspecto muy poco usual y de lo más casual. Como mínimo distinto a cuando cada mañana le vestía su mayordomo en casa de Isabel Preysler. En las fotos, el premio Nobel aparece muy sonriente luciendo camiseta y gorra, un look alejado de los atuendos más elegantes que suele elegir para sus apariciones en públicos.

placeholder Vargas Llosa, en una imagen reciente. (EFE)
Vargas Llosa, en una imagen reciente. (EFE)

Apoyado en un bastón, cosas de la edad, celebra el día de su cumpleaños en lo que parece ser un restaurante junto a la playa. Su hijo no nos da más pistas de la localización y se limita a escribir, en inglés, "Happy 87th Birthday", junto a los emojis de una tarta y un libro.

"Orgullo peruano, deseamos muchos más para que siempre pueda apoyarnos en nuestra lucha por nuestra democracia, feliz cumpleaños", "abrazos y buenos deseos desde Venezuela" o "larga vida y buena salud", son algunas de las felicitaciones que le dedicaban sus fans.

Desde que se produjera el viaje de toda la familia al completo con rumbo a París para la investidura del literato hispano-peruano como miembro de la prestigiosa Academia Francesa, es Álvaro el que nos ha seguido narrando cómo es la nueva rutina post-Preysler de su padre, tanto en los eventos señalados como la boda de su nieta Josefina Vargas Llosa, como en el día a día dedicado a la escritura.

"Trabajando, el día después, escoltado por el Pacífico, en el escritorio donde escribió 'Historia de Mayta' y tantas más", eran las palabras que le dedicaba un orgulloso Álvaro a su progenitor, junto a unas imágenes en las que este aparece concentrado en su labor de escritor en la que fuera su antigua casa en la capital de Perú, que pasó a ser propiedad de Patricia Llosa tras su separación.

Con una agenda muy activa, recientemente también le veíamos recibir con orgullo la máxima distinción de la nación andina, el Gran Collar de la Orden del Sol de Perú, que le impuso la presidenta de la República, Dina Boluarte, en el palacio presidencial. A su lado nuevamente, su exesposa y su hijo Álvaro.

Esta aparente reconciliación entre Mario y Patricia hace buena la parte del discurso que con motivo de la recepción del premio Nobel en Estocolmo, el escritor le dedicaba entonces a su esposa. "Patricia resuelve los problemas, administra la economía, mantiene a raya a periodistas e intrusos, decide citas y viajes, hace y deshace maletas y hasta cuando me riñe diciendo 'Mario, solo sirves para escribir' me hace el mejor de los elogios".

Hace justo un año, Mario Vargas Llosa celebraba sus 86 vueltas al sol mientras en Arequipa, la ciudad peruana donde nació, arrancaba una semana cultural en su honor, a base de talleres de literatura, seminarios y conferencias. En lo personal, su vida parecía plácida en Madrid al lado de su pareja, Isabel Presyler, con la que cumplía siete años de amor después de poner fin a su larga relación de cinco décadas junto a Patricia Llosa.

Mario Vargas Llosa Isabel Preysler
El redactor recomienda