Borja Thyssen y Blanca Cuesta, nuevo proyecto empresarial en plena temporada estival

Hasta no hace mucho era habitual ver a Borja Thyssen y Blanca Cuesta disfrutar cada verano del mar ibicenco junto a sus hijos, y en las mejores temporadas, también junto a su madre Tita Cervera, con la que se reconciliaron en 2014. Tras años de desavenencias entre suegra y nuera, con el paso del tiempo han logrado tolerarse, aunque nunca han mantenido una relación idílica.

Sin embargo, esta no es la razón por la que el matrimonio no ha sido visto los últimos años en Ibiza, o al menos no durante meses como hacían antaño. Su ausencia tiene más que ver con el número de días que Borja debe pasar fuera de España, pues tiene fijada su residencia en Andorra y es allí donde tributa. Por lo tanto, para no tener (más) problemas con Hacienda, tiene que poner especial cuidado en el número de días que pasa en la península. Con vivienda en Andorra y patrimonio inmobiliario que gestionar en Dubai, viaja a España para estar con los suyos. Una de las últimas citas importantes fue el pasado mes de abril, cuando celebraron en Sant Feliu de Guíxols (Gerona) el 80º cumpleaños de la Baronesa.

Su vida es de todo menos aburrida con la construcción de un casoplón en Gstaad (Suiza), que parece que ya está a punto para disfrutar, y con plena dedicación al arte, ella como escultora y pintora y él como patrono del Museo Thyssen-Bornemisza. No obstante, les queda tiempo para arrancar nuevos proyectos, pues tal y como ha podido confirmar Vanitatis, en los últimos meses se han iniciado en el negocio del alquiler de barcos. Se trata de un sector al alza en el que están invirtiendo muchos famosos.

Esto no es algo nuevo para ellos, pues es de sobra conocido que veranear en barco es una tradición. En su caso, en 2016, la familia invirtió en un catamarán con todo tipo de comodidades, ya que durante los últimos años ha sido su base estival. Cuando se escriben estas líneas, de hecho, la pareja y sus hijos se encuentran navegando en esta embarcación de su propiedad que ahora, por lo que se deduce de sus movimientos en el Registro Mercantil, podrían poner en alquiler cuando ellos no la utilicen.

Tiempo atrás, siendo un niño, los veranos de Borja también ocurrieron a bordo de un barco, uno que hoy en día ya vale más por su historia que por sus características. El ‘Mata Múa’, un motovelero de acero con 38,5 metros de eslora y una lujosa decoración que la baronesa adquirió junto al barón Thyssen en 1991 y que reformó en 2004, se trata de un barco muy amplio con dos grandes salones, cuatro camarotes dobles y cabinas para siete miembros de la tripulación. Su interior fue diseñado por Lemmer y el barco fue ideado por Diana Yacht Design.

De ahí que no es de extrañar que Borja y su mujer se embarquen en la aventura de alquilar este tipo de vehículos. Van a hacerlo a través de Nandia Management SL, una empresa dada de alta en 2006 y que depende de la matriz, Promociones Cap de Sa Mola SL, en la que Blanca Cuesta ocupa el cargo de administradora única.

Durante años, su objeto social hacía referencia a la compraventa y tenencia de valores inmobiliarios, pero desde 2010 no presentaba gran actividad y de hecho fue en ese año la última vez en que se hicieron públicas sus cuentas, registrando unas pérdidas de ciento noventa mil euros y un total activo de doscientos mil.

Ahora, concretamente el pasado mes de mayo, la empresa ha vuelto a cobrar vida con una ampliación en su actividad, que reza así en el Registro Mercantil: “El alquiler, chárter, explotación e intermediación en todo tipo de embarcaciones de recreo, alquiler de embarcaciones a motor o vela, con o sin patrón, servicios relacionados con actividades náuticas, paseos en barco, organización de eventos, compraventa, alquiler y mantenimiento de embarcaciones”. Podría deducirse que la pareja quiere rentabilizar su embarcación cuando no la están usando, aunque ha sido imposible confirmar la información con ellos por estar fuera de cobertura estos días.

Por el momento se desconocen los detalles de los planes del matrimonio, o de Blanca, que es la que está al frente de esta sociedad. Pero atendiendo a su trayectoria vital, a los nuevos datos de su empresa y al hecho de que cada vez existe más demanda de embarcaciones (sobre todo en verano para disfrutar de la experiencia y en algunos casos de la privacidad que ofrece poder irte lejos de las costas), no resulta nada llamativo que hayan tomado la decisión de o bien de alquilar su propio catamarán cuando no lo están utilizando o bien de adquirir otros para rentabilizarlos con el arrendamiento.