Xavier Sardà habla de la muerte de su hermano Juan por VIH

El periodista catalán fue uno de los protagonistas, junto a Albert Rivera, de una de esas entrevistas especiales en televisión en la que ambos se abrieron en canal. Con su espontaneidad habitual, Sardà habló de su familia, de su hermana, Rosa Maria Sardà, y de su hermano Juan, fallecido por VIH.

Todo ello en el programa ‘100% únicos’ de Telecinco, en el que personas con TEA, trastorno del espectro autista, le hicieron la que Xavier Sardà considera “la mejor entrevista de mi vida”.

Primero le preguntaron por su conocida hermana, fallecida en 2020, de quien dijo emocionado que ella fue su cuidadora: “Cuando muere mi madre, yo tenía 8 años y Rosa Maria 23 o 24. Por lo tanto, a los dos pequeñajos, ella nos hacía de madre. Y hubo una cosa que me marcó muy positivamente: los fines de semana, Rosa nos llevaba a mi hermano Juan y a mí al teatro. Y a veces estaban ensayando una obra y podíamos estar sentados en el patio de butacas”.

Recordaba el periodista que “me marcó para mi trabajo en la radio, para tantas cosas. Poder ver cómo se crea una obra de teatro, ver cómo la representa. Ella ha hecho cine, televisión, pero como en el teatro…”.

Emocionado, recordaba con cariño que Rosa Maria “me enseñó a ser persona, a valorar el talento y a querer incondicionalmente”. No evitó hablar tampoco de su hermano pequeño, que falleció a los 26 años a causa del VIH. “Mi hermano pequeño murió en aquella época en la que todo el mundo moría del sida. Y Rosa era incondicional y decía: ‘Pasé mucho miedo, angustias y después pasé vergüenza’. El trato a los enfermos no puede ser que nos aterrorice. Había que convivir con esa enfermedad que por suerte ahora ya no es mortal”.

De su hermano ya habló hace unos años en ‘La Sexta noche’, precisamente junto a su hermana Rosa Maria, que poco antes de morir presentó su libro ‘Un incidente sin importancia’. Allí recordaron a Juan, del que decía la intérprete que era el más guapo, moreno con ojos azules. Xavier reconocía entonces que fue el infierno vivir la enfermedad de su hermano, pero estuvieron viviendo con él y dándole ánimo dos años. Aunque en el momento que el médico le dio la noticia se quedó con el teléfono en la mano petrificado.