Iñaki Urdangarin cumple 56 años en plena mudanza a la casa de Ainhoa Armentia
El exmarido de la infanta Cristina vive ya con su pareja y los hijos de esta. Está en proceso de adecuación de la vivienda para adaptarla a sus gustos y necesidades
Han pasado dos años casi justos desde que Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina dejaron de ser pareja. Todo sucedió pocos días después de que el exduque de Palma celebrara su 54º cumpleaños con su entonces mujer. Nada hacía pensar que sucedía algo paralelo. Pero a los 10 días aparecían las fotografías en la revista ‘Lecturas’ en las que se le veía de la mano de Ainhoa Armentia.
Estalló la bomba y y con ella el matrimonio saltó por los aires. Este lunes, Urdangarin vuelve a celebrar su cumpleaños, son ya 56, y lo hace con una vida que nada tiene que ver con la que vivía hace dos años: de mudanza y reforma.
El exmarido de la infanta Cristina se encuentra en estos momentos en pleno proceso de mudanza. La casa de Ainhoa Armentia, en la que vive con sus hijos, se ha convertido poco a poco y de forma definitiva este mes de enero en la casa de Urdangarin. Lo adelantaba Leticia Requejo en ‘TardeAR’ y Vanitatis lo ha confirmado con algunos detalles más.
Hacérsela suya
La pareja se encuentran en estos momentos con reformas en su nuevo hogar, porque quieren cambiarla y adaptarla a los gustos del exduque; nada de gran calado, sino cuestiones más superficiales que le ayuden a sentirse más cómodo en la casa, para que la haga suya.
Queda atrás así la habitación de soltero de Iñaki Urdangarin en casa de su madre, Claire Liebaert, donde ha vivido desde que salió de prisión en 2021. Ha sido un recorrido muy largo lleno de baches y con cambios que ninguno esperaba. La vida, lo decía Rubén Blades, te da sorpresas. Y en este caso no pudo ser más sorprendente, aunque ya se ha estabilizado todo, en ambos casos.
La situación de Urdangarin no es complicada; al contrario, fuentes directas de su entorno comentan a Vanitatis que está feliz y tranquilo, que lleva mucho tiempo así y cada vez se siente más cómodo en su nueva situación. Cierto es que a veces se se arrepiente de haber perdido todas las comodidades que tuvo durante su matrimonio, que perder la apacible vida familiar y la cercanía con sus hijos no ha sido sencillo. Pero con Ainhoa compensa todo lo demás.
Cercana y afable
La de Vitoria es una mujer a la que quienes la conocen definen como cercana, simpática y afable, que llena la vida del exmarido de la infanta Cristina, con quien comparte además muchas aficiones como el deporte, algo que hemos visto en sus largas caminatas, sus clases de yoga y sus salidas en bicicleta. Unas salidas en bicicleta que, como publicó la revista ‘Lecturas’ hace un tiempo, comparten también con los hijos de Armentia. Nada extraño si tenemos en cuenta que ya es miembro de la familia de Iñaki Urdangarin.
Hay un punto, eso sí, en el que todo tendrá que seguir como antes, al menos por el momento. Cuando Urdangarin quede con sus hijos en Vitoria, todos se trasladarán a casa de la abuela. No compartirán vivienda con Armentia. Hay que recordar que de los cuatro hijos, sólo Pablo conoce a la novia de su padre y la conoció casi por casualidad. Fue un partido de balonmano en el que Iñaki fue con Ainhoa y ella, en lugar de sentarse en las gradas con su pareja y ver el partido del hijo de su novio, se quedó fuera esperando. Cuando terminó el encuentro, tal como publicó la revista ‘¡Hola!’, Pablo salió un momento a saludar a Ainhoa. Un saludo corto y rápido.
El divorcio
Porque por ahora los hijos de la infanta prefieren dejar las cosas como están. Estas Navidades han pasado unos días en el País Vasco con su padre, donde han hecho escapadas incluso a Bidart, y en ningún momento se han encontrado con la pareja de su padre; al menos Vanitatis no tiene constancia de ello.
Mientras, el divorcio del matrimonio, que tenía que haber sido anunciado en un comunicado en diciembre, parece que sigue en stand by. Está todo acordado desde septiembre y ambos decidieron hacerlo público antes del 24 del mes pasado, tal y como pudo saber Vanitatis en exclusiva. Prepararon un documento para informar de la firma de su divorcio, pero en el último momento se echaron para atrás.
La infanta Cristina es muy celosa de su intimidad y, según informan a Vanitatis desde su entorno directo, le molesta profundamente que se informe de su proceso de divorcio sin su aprobación. Con todo, queda claro que no hay vuelta atrás y que en breve deberíamos tener todos la información. Además, en abril Urdangarin termina ya su condena y podrá hacer esa vida al margen de la prensa con la que sueña desde que salió de prisión.
Eso sí, deberá prescindir de sus escoltas, que tantas alegrías le han dado últimamente protegiéndole y ofreciéndole su amistad. Desde Vitoria informan a Vanitatis que incluso han visto a Iñaki y Ainhoa tomando algo en algún bar sentados a la mesa con escoltas de Urdangarin, algo insólito. Espera que cuando empiece a trabajar, algo que espera poder hacer cuando el divorcio esté cerrado, todo cambie para seguir igual.
Han pasado dos años casi justos desde que Iñaki Urdangarin y la infanta Cristina dejaron de ser pareja. Todo sucedió pocos días después de que el exduque de Palma celebrara su 54º cumpleaños con su entonces mujer. Nada hacía pensar que sucedía algo paralelo. Pero a los 10 días aparecían las fotografías en la revista ‘Lecturas’ en las que se le veía de la mano de Ainhoa Armentia.