Primicia | El menú al completo de la boda de Jordi Cruz y Rebecca Lima, la llegada tardía de la novia y otros detalles del enlace

Hace pocas horas que Jordi Cruz y Rebecca Lima han contraído matrimonio en el convento de Blanes (Gerona), un lugar idílico con excepcionales vistas al mar Mediterráneo.

La pareja reunió a más de un centenar de invitados que empezaron a llegar alrededor de las cuatro de la tarde para no perderse la ceremonia que, oficialmente, estaba prevista que empezara a las seis.

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Alejandra González

Mientras los invitados esperaban la llegada de los novios, el equipo del prestigioso chef Nandu Jubany sirvió copas de bienvenida a los invitados al son de la música instrumental en vivo.

Una de las primeras sorpresas que había era la presencia de Frederic Obrador Cruz, primo hermano del protagonista, que se encargó de tocar un saxo tenor en público, algo muy emotivo para Jordi Cruz, quien llegó a las seis menos diez de la tarde en un lujoso coche que le llevó directo hasta el interior del convento. Pero el retraso de la novia, que llegó pasadas las siete de la tarde, hizo que la ceremonia empezara dos horas tarde.

Fue a las ocho de la noche cuando empezaron a sonar los violines, el sol empezó a caer y tras un largo desfile de damas de honor, todas con un vestido de color rosa de la propia marca de Rebecca, Inri Brand, y con un pequeño ramo floral en tonos dorados y rosa palo, entró la esperada novia por el mirador, donde finalmente se dio el ‘sí, quiero’. Un momento muy emotivo y de ensueño con todos los invitados observando al matrimonio iluminado con la puesta de sol de fondo y la brisa marina acariciando todas las flores blancas.

En el enlace se cuidó todo tipo de detalles. Había incluso un servicio de niñeras donde todos esos invitados que iban con sus hijos pequeños, los dejaban en esa zona de juegos en la que estuvieron haciendo talleres infantiles durante toda la tarde y toda la noche.

La llegada de los invitados generó tanta expectación que congregó a grupos de curiosos en la carretera que va al convento de Blanes. Un auténtico desfile de glamour se respiró a la llegada de los asistentes. La mayoría de ellas optaron por vestidos largos y de colores vivos. Triunfaron los tonos verdes, rosas, azules y, sin duda, el color qué más se repitió fue el rojo.

Entre tantos invitados, también se dejaron ver los rostros más VIP: Pepe Rodríguez y Samantha Vallejo-Nágera, que lució un vestido rosa con una lazada en la espalda, eran dos de los más esperados en este enlace y llegaron los últimos.

La gran sorpresa fue la aparición de Álvaro Muñoz Escassi, que bajó del taxi sigilosamente y decidió acelerar el paso para entrar en el recinto y que la prensa no le preguntara. En cambio, quien sí quiso atenderla fue Mario Vaquerizo, que bajó del mismo taxi que el jinete.

Boris Izaguirre fue uno de los primeros en llegar y contó que no solo le había regalado a la pareja un set de seis vasos, como hace tradicionalmente en todas las bodas a las que va, sino que también quiso llevar comida y trajo unas cajas con gambas para degustar en el convite.

La nadadora de piscina sincronizada, Ona Carbonell y el influencer Daniel Illescas, tampoco quisieron perderse esta celebración. Pero, sin duda, los que no podían faltar eran los compañeros de profesión del chef, los cocineros Quique Dacosta, Martín Berasategui, Nandu Jubany y el pastelero Christian Escribá.

En uno de los rústicos salones que tiene este lugar, se sirvió el exquisito menú de Jubany. Podemos avanzar en exclusiva que de primero pudieron degustar un estilo de ceviche de coco con gamba blanca. Un plato muy original y que triunfó por su explosión de sabores. Y el segundo plato fue un frito de langosta con patatas y huevo frito.

Sin duda, un menú muy mediterráneo en el que estuvo presente, en cada plato, el marisco. Pero lo más sorprendente fue el postre. Por un lado, una galaxia de chocolate, compuesta por un Saturno de cacao, que rociaron con chocolate caliente y, al deshacerse la esfera, dentro aparecían una especie de profiteroles. Y, por otro lado, un exquisito babá de brioche de vainilla con ron quemado.

Alrededor de la una de la noche, terminaron de cenar y fue cuando empezó la fiesta. Un DJ que hizo sonar canciones actuales como la conocida ‘Potra Salvaje’, de Isabel Aaiún, pasando por varias de Camilo Sexto, y llegando hasta la famosa ‘Será porque te amo’ de Ricchi e Poveri, consiguió poner en pie a todo el mundo. Sonó toda una mezcla de estilos entre los que destacaron los clásicos y el pop.

La fiesta no paró su ritmo hasta la medianoche y fue a las cinco de la madrugada cuando se puso punto y final a esta celebración que, sin duda, va a ser inolvidable tanto para los protagonistas como para todos sus allegados que han estado ahí presentes.