Julio Iglesias quiso comprar un pazo hace cuarenta años. ¿Qué pasó para que no lo hiciera?

Julio Iglesias ha cumplido por fin el sueño de tener una casa en Galicia. Una deuda que tenía con su padre al que siempre le decía que lo haría. El tiempo fue pasando y su agenda profesional marcaba su vida. Y en Miami montó su cuartel general. A España viajaba solo para sus giras maratonianas hasta que compró ‘Las cuatro lunas’ en la localidad de Ojén. Una finca de más de cuatrocientas hectáreas que le vendieron Curro Romero y un millonario libanés. La propiedad está inscrita en el registro a nombre de Miranda Rijnsburger y son los hijos los que en los últimos años se instalan en la impresionante mansión.

Durante un tiempo también fue el lugar de descanso, aunque nunca hizo vida social. Al tener helipuerto llegaba a Málaga en el avión privado y de ahí en helicóptero a las Cuatro Lunas. Amigos como Ramón Arcusa, Manuel de la Calva, José María García, Juan Domingo Martorell eran algunas de las personas a las que recibía. Con el tiempo dejó de viajar a España y prefería dividir su tiempo entre Bahamas y República Dominicana.

Galicia no formaba parte de sus planes viajeros y mucho menos adquirir una vivienda y de esa manera cumplir con los consejos del doctor Iglesias Puga que le decía "hay que volver a los orígenes, aunque solo sea para recuperar el olor de la tierra". Pero el artista no tenía intención de emular a Escarlata O'Hara y recuperar esa nostalgia de la que le hablaba su padre.

TE PUEDE INTERESAR

Julio Iglesias busca más terrenos para invertir en Galicia tras su 'espantá' como promotor en Valencia hace 20 años

C. V.

Lo que parecía que no podía ser, por fin ha sido. El diario local ‘La Región’ publicaba a principios de junio la noticia. Julio Iglesias había comprado en el municipio de Piñor al exalcalde Manuel Cabezas su chalé. Se trataba de una vivienda de 1.600 metros cuadrados en un terreno de 16.000.

El padre de Julio había nacido en Orense y cuando los hijos eran pequeños pasaban las vacaciones en Playa América (Pontevedra). Contaba que su relación con Galicia iba más allá de esos veranos. Compuso un 'Canto a Galicia’ cuyos derechos donó con la tragedia del Prestige. Fue un homenaje y es uno de los temas más escuchados de los éxitos del cantante.

Mucho antes de esta adquisición quiso comprar un pazo. La revista ‘Protagonistas’ del Grupo Zeta publicaba en junio de 1981 un reportaje donde Jesús Mariñas que le acompañaba contaba las peripecias para encontrar algo que le gustara. El titular decía "En busca de castillos y amor". En aquel momento la novia oficial era Natalie a la que dedicó una canción. En ese recorrido de búsqueda también participaba el doctor.

Recorrió los parajes de su infancia cómo era Playa América, Canido, El Grove, Cambados y Vigo. En esta última ciudad había actuado. En su última noche en Vilagarcía antes de retomar la gira un grupo de gaiteros le despidieron con la canción "adiós con el corazón, que con el alma no puedo". Emocionado les respondió con un tema clásico de la música gallega: "Como eu vou para lonxe, un adiós mandarche quero" (Mientras me voy lejos, quiero decirte adiós).

En el reportaje contaba que hacía quince años que no descansaba en Galicia y ese recorrido sentimental quería llegar a sus hijos como hizo con él su padre: "Busco que ellos aprendan a querer el espíritu de esta tierra. Vengo aquí buscando la raíz. Mi principio y mi final". Que cada uno interprete estas palabras que fueron dichas un verano lejano de 1981.