Cecilia no entiende su ruptura con Francisco

Las amistades de Cecilia Gómez, la hasta ahora novia de Francisco Rivera, están aún con los ojos más abiertos que un búho a medianoche. La repentina ruptura les ha pillado con el pie cambiado al entorno más cercano y parece que también a Cecilia.

Una cosa es una bronca de pareja y otra el romper la baraja como ha hecho el torero. Aunque ha declarado que ha sido una decisión bilateral, la realidad es otra. Al menos por las explicaciones que ha dado la que fuera  la mujer de su vida. La ex bailarina de Sara Baras no ha procesado cuál ha sido el desarrollo mental de Francisco para que de la noche a la mañana el amor pasional se haya convertido en una cometa que se la lleva el viento.

No hay que olvidar que de todas las parejas públicas reconocidas por el torero ésta haya sido la más normal, mediáticamente hablando. Desde el primer momento no se escondieron. Cecilia le acompañó como novia oficial prácticamente a todas las convocatorias lúdicas y homenajes, sin olvidar las tardes de toros compartiendo asiento en el tendido con la niña Cayetana y la duquesa de Alba. También fue la primera vez que Francisco se excedía en sus cariños y afectos besando a su chica en la calle y paseando con ella de la mano. Lo nunca visto.

Hasta que llegó Cecilia a su vida (Eugenia no cuenta) sus novias parecían agentes secretos a los que no había que enseñar so pena de que se las reconociera como agentes dobles. Por eso, esta ruptura ha sorprendido. La primera, a Cecilia y después al resto. Los que conocen a Cecilia la catalogan como una chica con carácter, con vida propia y muy seria en su trabajo.

Por lo tanto acepta como normal que su pareja también tenga independencia y por eso no resulta creíble que la ruptura haya sido porque “él tiene que estar en el campo y ella bailando”. Este verano hubo un amago de separación y ninguno estaba trabajando a pleno rendimiento. En ese momento la querencia del torero a la oferta externa tuvo algo que ver. Hubo reconciliación y vuelta a empezar.

Quizá el problema de las parejas de Francisco sea que pretendan cambiar su forma de ser. Lo quiso hacer Blanca Martínez de Irujo y ahora Cecilia. Y Francisco es como el algodón, no engaña. Al final la única que le entiende, le disculpa y acepta sus vaivenes emocionales es la duquesa de Alba que. curiosamente. no hace lo mismo con las parejas de sus hijos. ¡Que se lo digan a Gonzalo Miró!

Enlaces relacionados

- Francisco Rivera: "No hay terceras personas"

- La duquesa de Alba oficializa el noviazgo de Francisco Rivera

- Sara Baras le pierde la pista a Cecilia Gómez

- Eugenia Martínez de Irujo: "Francisco y yo hemos pedido la nulidad"

- El minuto de gloria de Cecilia Gómez

- A Francisco Rivera no le duran las novias

- Francisco Rivera, el conquistador de Oriente y Occidente