La infanta Cristina y Juan Carlos Monedero, compañeros de pupitre en la Complutense

La infanta Cristina y Juan Carlos Monedero, el número dos en el organigrama de Podemos, fueron durante años compañeros de curso y aula en la facultad de Ciencias Políticas y Sociología de la Universidad Complutense de Madrid. Fue hace años,cuando esta facultad se encontraba en las instalaciones que se ubican en la carretera de La Coruña y cuyo decano era Luis Rodríguez Zúñiga. La infanta de España se matriculó en 1984 en una de las facultades más reivindicativas de la universidad madrileña. Juan Carlos Monedero, dos años mayor que doña Cristina, coincidió con ella, no porque fuera repetidor, sino porque cambióde parecer. Estudió dos cursos de Económicas y luego se cambióa Políticas.

La hija de Juan Carlos I y el alumno Monedero, que ya en aquel momento reivindicaba la República y, por tanto, acabar con ‘la empresa familiar’ de su compañera de aula, compartieron profesores y exámenes orales, como los que realizaba Torregrosa, profesor de Psicología Social, que siempre utilizó ese tipo de evaluación con los alumnos. También intercambiaron apuntes de las clases que daba Raúl Morodo, Enrique Curiel, Salustiano del Campo y Carmen Iglesias, quien, además de profesora, fue su tutora y quien vigilaba ciertas arbitrariedades que tuvo que padecer la hija del Jefe del Estado.

La infanta tuvo que pagar un peaje por haber elegido una carrera universitaria compleja en el ámbito de las manifestaciones y desagravios sociales. Más de una vez tuvo que entrar en el recinto al grito de “¡abajo y muerte a la monarquía!”. Por su parte, Monedero, alumno aventajado y ayudante del profesor en algunos de los equipos de trabajo que se organizaban, alguna vez tuvo que echar una mano a la “ciudadana Borbón”, quien no se saltaba las clases salvo cuando tenía obligaciones institucionales.

Destinos tan distintos como peculiares

Quienes coincidieron en aquella época con ambos recuerdan que la infanta Cristina se relacionaba lo justo. Bajaba de vez en cuando al bar, donde el joven Monedero hacía proselitismo entre los estudiantes de otras facultades, que acudían a la cafetería bajo el reclamo del pincho de tortilla de patatas, que se consideraba el mejor del circuito académico. No había animosidad hacia ella, “por lo menos habrá una licenciada”, decían los más republicanos y de ahí no pasaban.

La infanta tuvo que dejar de compartir ese tiempo de libranza en el que coincidía con Monedero, que actualmente es profesor titular de Ciencia Política y de la Administración, cuando hubo una amenaza de secuestro por parte de un comando ETA.

Ambos siguieron caminos completamente diferentes, como así estaba escrito, aunque nadie en aquel momento imaginaba que el destino fuera tan peculiar. La hija del rey, imputada, y Monedero, figura mediática y televisiva.