La infanta Elena, la 'marca blanca' de los Borbón Grecia

La infanta Elena se ha convertido en la 'marca blanca' y el hilo conductor que une las diferentes 'sensibilidades' en la familia Borbón Grecia. ¡Que no son pocas! Tan diferentes y distantes entre unos y otros. Apoyó a su hermana la infanta Cristina viajando en varias ocasiones a Ginebra cuando ya el matrimonio estaba imputado, ha visitado al cuñado Urdangarin en la cárcel de Brieva, ha sido la acompañante de ocio de su padre el rey Juan Carlos, intenta (sin conseguirlo) que sus hijos y las primas Borbón Ortiz se relacionen, apoyó desde el principio la maternidad en solitario de su prima María Zurita y ahora se encuentra en Palma participando en la Copa del Rey y ofreciendo una imagen de normalidad en tiempos convulsos para la familia.

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La duquesa de Lugo ya no pertenece al llamado núcleo duro por obra y gracia de las tropelías de su cuñado Urdangarin y los 'no sé, no me consta, no me acuerdo' de su hermana Cristina mientras estuvo imputada en el caso Nóos. Por aquello de mantener a la institución al margen de los comportamientos poco honestos de los colaterales se estableció desde Zarzuela lo que se denominó cordón sanitario y de esa manera salvaguardar al rey Felipe VI.

En aquel momento es posible que solo el Centro Nacional de Inteligencia supiera de las conversaciones de la comisionista Corinna Larsen con el comisario Villarejo, a día de hoy en la cárcel acusado de supuestos delitos muy graves. Esas denuncias de la alemana han propiciado que la imagen del Rey emérito esté bajo mínimos, igual que la de la exduquesa de Palma.

Se le retiró la asignación

Fuera de ese tinglado se encuentra la infanta Elena, que ha sabido administrar el desaguisado familiar a pesar de pagar los platos rotos. Se la retiró de la representación institucional por aquello de no fomentar las comparaciones con la hermana. Como era de recibo, también se le retiró la asignación por estas apariciones relacionadas con la Corona.

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Las apariciones públicas de la primogénita están centradas en su trabajo laboral en Mapfre, en ser la compañera de ocio del Rey emérito y en dejarse ver en Palma apoyando la Copa del Rey. Se ha instalado con sus dos hijos Froilán y Victoria en el recinto de Marivent fomentando la imagen de normalidad familiar que durante años marcó los veranos de la familia real. Aunque esta unión no fuera más que una puesta en escena que se hizo visible con el caso Nóos.

La primogénita Borbón Grecia tiene una relación muy estrecha con su padre, más que con doña Sofía, para la que el rey Felipe fue siempre su preferido. Cuando la Infanta manifestó su decisión de separarse de Jaime Marichalar, el Rey la apoyó desde el principio, no así doña Sofía, que la aconsejó aguantar por el bien de la institución. Un divorcio era impensable en una infanta de España a pesar de que la futura reina Letizia lo tuviera a sus espaldas.

También quiso apoyar a su hermana viajando a Ginebra en varias ocasiones y pasando con ella las fiestas navideñas en Vitoria junto a la familia Urdangarin. Un equilibrio familiar e institucional complicado que ella ha conseguido con acierto.