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La ola republicana azuzada por Harry y Meghan y su cuestionable finalidad
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LA ENTREVISTA DE LA POLÉMICA

La ola republicana azuzada por Harry y Meghan y su cuestionable finalidad

La gran pregunta que todo el mundo se formula tras la entrevista es cuál es el objetivo final de los duques de Sussex. ¿Dinero? ¿Venganza?

Foto: Meghan y Harry. (Reuters)
Meghan y Harry. (Reuters)

Cuando Meghan fue a conocer por primera vez a Isabel II, le preguntaron si sabía hacer la reverencia. La que fuera actriz le dijo a Harry: “Pero si es tu abuela”. El príncipe matizó: “Es la reina”. No habría más que añadir. Choque de dos mundos. Las casas reales son dimensiones paralelas y solo aquellos que han nacido dentro de la compleja institución llegan a ver con normalidad cosas que se escapan al resto de los mortales.

Para los consortes que se unen luego en edad adulta a la Empresa (como se conoce a la familia real británica), la adaptación supone un largo proceso de aprendizaje. Algunas veces sale bien y otras… termina en entrevista. Lo que significa que sale mal. Porque el mantra de palacio es: “Nunca te quejes, nunca des explicaciones”.

Como mujer hecha a sí misma, actriz con blog y dominio de las redes sociales, cuesta creer ahora a Meghan cuando dice que nunca había googleado al príncipe Harry o buscado información sobre la familia real. Quizá si hubiera leído cientos de libros sobre la monarquía tampoco le habrían ayudado. Una cosa es la teoría y otra la práctica. La cuestión es que su paso, de apenas dos años, por palacio no ha podido salir peor.

placeholder Isabel II, junto a Meghan y Harry. (Reuters)
Isabel II, junto a Meghan y Harry. (Reuters)

Lo que en su día se presentó como un 'aire fresco' a la Corona ha terminado con una mujer (embarazada de una niña que será la octava en la línea de sucesión) acusando a la institución de racismo y de haberla dejado desamparada al confesar que tenía pensamientos suicidas. Aunque han roto sus lazos con la familia real, para cambiar la línea de sucesión se necesitaría una legislación.

Las acusaciones no pueden ser más graves. Y el hecho además de que se realicen desde los Estados Unidos, coincidiendo con el juicio de la muerte de George Floyd (que impulsó el movimiento #BlackLivesMatter), es un detalle a tener en cuenta. La tenista Serena Williams o Amanda Gorman, la joven poeta que estuvo en la investidura de Joe Biden, se han volcado con la duquesa de Sussex. Porque de entre todas las cosas que Harry y Meghan dicen haber perdido, no están sus títulos que, de momento, se conservan.

Presentadora y amiga

Durante la conversación, la propia Oprah muestra su estupor cuando Meghan revela que en su primer embarazo, miembros de la familia de Isabel II mostraron preocupación sobre si el tono de la piel de su hijo sería demasiado oscuro. Desde el primer momento, la pareja sabía que iba a contar con la complicidad de una poderosa periodista que en ningún momento les pone en situación incómoda preguntándoles, por ejemplo, por la mala (o nula) relación que ella tiene con su padre, que no estuvo ni siquiera presente el día de su boda.

En los Estados Unidos, a los miembros de la realeza se les llega a tratar cual celebrities. Pero el programa, emitido en prime time, tiene en el Reino Unido tremendas repercusiones para una institución que ahora se sostiene en una monarca de 94 años. La popularidad de Isabel II está en sus cuotas más altas. Su impecable servicio público es incuestionable.

Sin embargo, está por ver qué futuro queda a la institución cuando ella no esté. Las antipatías hacia el príncipe Carlos, heredero del trono, y los escándalos del príncipe Andrés por su vinculación con el pedófilo Jeffrey Epstein ya no auguraban un futuro fácil a corto plazo. Y Meghan y Harry han venido a dar la última puntilla condenando a una institución a la que acusan de ser incapaz de cambiar, incapaz de amar, incapaz de comprender. En definitiva, tras la tragedia de Diana no se ha aprendido la lección.

El emblema 'Abolir la monarquía' se ha convertido en trending topic en redes sociales, encabezado por la campaña 'República', que califica a la familia real como una “institución podrida”.

placeholder La familia real celebra el Trooping the Colour. (Reuters)
La familia real celebra el Trooping the Colour. (Reuters)

Aunque la gran mayoría de las críticas se han dirigido hacia Harry, el que hasta hace poco fuera uno de los miembros más queridos de la Casa Real. ¿Cómo siendo el nieto de Isabel II ha participado en una entrevista tan demoledora? El hecho además de que se emitiera mientras que su abuelo, el duque de Edimburgo, de 99 años, siga hospitalizado no se puede obviar.

La defensa a ultranza de Harry hacia su mujer contrasta sobremanera con la soledad que mostró Diana en la entrevista concedida a la BBC en 1995. Fue vista por más de 20 millones de personas y en su día fue considerada la 'primicia del siglo'. Pero su hijo y su nuera vienen ahora a superar la expectativas.

Todo esto, ¿para qué?

Con todo, hay cosas que no se entienden. Porque Meghan, por ejemplo, da a entender que a su hijo le denegaron el título de príncipe por su raza, cuando solo tres de los nueve bisnietos de Isabel II tienen el título de príncipe o princesa. Y estos son, George, Charlotte y Louis, es decir, los tres hijos del príncipe William y Kate, en otras palabras, los tres hijos del segundo en la línea de sucesión.

Palacio sigue guardando silencio sepulcral. De momento, por tanto, solo se conoce una versión de los hechos. Pero la gran pregunta es cuál es el objetivo final de los duques de Sussex. ¿Dinero? ¿Venganza?

placeholder Meghan y Oprah Winfrey. (Reuters)
Meghan y Oprah Winfrey. (Reuters)

La periodista Jennie Bond, corresponsal de la monarquía para la BBC entre 1989 y 2003, matizaba: “La gente me ha preguntado cuál habría sido mi primera pregunta. Pues bien, les habría planteado: ‘¿Por qué diablos estáis haciendo esto?’. Váyanse, hagan las cosas en privado, vivan su vida en paz. Eso es lo que habían pedido…. ¿Por qué ahora no lo quieren?”.

La entrevista de Oprah seguramente sea una de las grandes exclusivas del año, incluso del siglo. Pero puede que no se gane la simpatía pública de esta pareja con problemas. Lo que es seguro es que su intervención volverá a poner el foco de forma implacable en todos los aspectos de sus vidas. Es una forma extraña de conseguir la privacidad, compasión y amabilidad que dicen que anhelan.

Cuando Meghan fue a conocer por primera vez a Isabel II, le preguntaron si sabía hacer la reverencia. La que fuera actriz le dijo a Harry: “Pero si es tu abuela”. El príncipe matizó: “Es la reina”. No habría más que añadir. Choque de dos mundos. Las casas reales son dimensiones paralelas y solo aquellos que han nacido dentro de la compleja institución llegan a ver con normalidad cosas que se escapan al resto de los mortales.

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