El llamativo paso de Delphine de Bélgica que pone a la monarquía en una situación insólita

Ha sido una decisión muy sorprendente y está por ver el alcance. de la misma. Delphine Boël va a ser una de las concursantes de ''Danse avec les stars', el equivalente internacional de 'Más Que Baile'. Recién superada del coronavirus y una vez pasada la cuarentena, la hija ilegítima de Alberto II ha hablado con el medio belga Sudinfo sobre las dificultades que estriba esta nueva andadura profesional.

"Me siento débil y lenta", ha destacado sobre su desempeño en los ensayos, antes de su esperado debut. Y también ha manifestado que "lo he pensado durante mucho tiempo" y, sobre todo que "me aterroriza estar en televisión".

Para competir en el programa lo hará junto al bailarín Sander Bos y con una finalidad benéfica, apoyar a la asociación Make a Wish, que trata de cumplir los deseos de niños que están enfermos. "Tenía muchas ganas de apoyar el excelente trabajo de la fundación. Ellos celebran la vida tratando de liberar los poderes de curación, la esperanza y el amor".

Asimismo, ha destacado que "no soporto ver a los niños con enfermedades graves, perder su infancia, y también me siento mal por las familias que tienen que vivir estos momentos duros. Nuestro compromiso es conseguir que los niños se olviden por un momento de que están enfermos y de que puedan ser niños normales".

¿Es adecuado que una princesa, como ahora es su caso participe en un concurso de estas características? El debate está abierto. Los más conservadores considerarán que es impropio del estatus que ahora ocupa, mientras que otros pensarán que los tiempos han cambiado y que las monarquías tienen que acercarse al pueblo y las redes sociales y la televisión son medios legítimos y adecuados para hacerlo.

Debemos recordar que Delphine de los belgas vivía el pasado mes de julio uno de los momentos que más le marcarán de por vida. Recordemos que la artista, que hasta enero del año pasado llevaba el apellido Boël, debutaba como princesa en la Fiesta Nacional de su país. Tras una ceremonia Te Deum que se celebró en la catedral de San Miguel y Santa Gúdula de Bruselas, los reyes Felipe y Matilde, acompañados por su cuatro hijos, Elisabeth, Gabriel, Emmanuel y Eleonore, asistían al tradicional desfile militar, en el que lo más signiificativo era que por primera vez participaba de forma activa la princesa heredera, quien acaba de terminar su formación castrense en la Real Academia Militar.

Sin duda, la gran protagonista de la jornada era la duquesa de Brabante, pero los focos estaban puestos en Delphine, quien había sido invitada personalmente a este aolemne y significativo por el propio rey Felipe. La ahora princesa ocupaba ese día un puesto de honor junto a sus hermanos Laurent, quien no estuvo acompañado por su esposa, Claire, y Astrid, quien acudió junto a su marido, el archiduque Lorenzo de Austria Este. Delphine, por su parte, hizo acto de presencia con el suyo James O'Hare, con quien ha tenido dos hijos dos hijos, Josephine y Oscar.

De nuevo, echando la vista atrás nos tenemos que remontar a octubre del año pasado. Era entonces cuando Delphine Boël comparecía en rueda de prensa tras su última y definitiva victoria judicial en el litigio por la demanda de filiación que había interpuesto al rey Alberto de Bélgica. Una ardua y amarga batalla legal que duró varios años, que se saldó con una contundente victoria por su parte, ya que los tribunales han reconocido la paternidad del exmonarca, y el juez ha decidía otorgarle el título de princesa -para ella y sus hijos- con tratamiento de alteza real y el derecho a utilizar el apellido familiar, Sajonia-Coburgo-Gotha.

Delphine comparecía ese día de octubre muy emocionada en la Universidad de Bruselas y una vez más se vio obligada a enfatizar que no había iniciado ese litigio judicial por cuestiones económicos. Es más, según la prensa local, Jacques Boël, quien fue de facto su padre en términos afectivos toda su vida y le dio su apellido, atesoraba una fortuna diez veces superior a la del rey Alberto. Aun así su pretensión era conseguir el título de princesa, una paga estatal y una casa: "Cuando salieron los resultados de las pruebas de ADN no dije nada, me mantuve en silencio. Le di (al rey Alberto II) la oportunidad de salir de todo esto como un hombre humilde y de resultar los dos ganadores, pero no fue así. Además, no quería que se me conociera como la hermana diferente".

Con respecto al título ahora adquirido, puso de manifiesto va a seguir siendo Delphine y que su intención no es utilizarlo: "No voy a ir por la calle diciendo que me llamen princesa. Aun así, si hay alguna organización benéfica o alguna asociación que me necesita y cree que eso puede ayudar, estaré feliz de hacer algo bueno con ello". Lo que explica su participación ahora en 'Danse avec les stars'.