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Meghan Markle, contra las cuerdas: nuevas pruebas, un enemigo y disculpas al juez
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Meghan Markle, contra las cuerdas: nuevas pruebas, un enemigo y disculpas al juez

La duquesa de Sussex ha tenido que volver a testificar en la demanda que interpuso contra el 'Daily Mail' y su grupo editorial, por el recurso de apelación que presentaron tras el primer fallo que favorecía a la exactriz

Foto: Meghan y Harry, en una imagen de archivo. (Andrew Kelly/Reuters)
Meghan y Harry, en una imagen de archivo. (Andrew Kelly/Reuters)

Pensábamos en febrero que no tendríamos que volver a hablar del juicio de Meghan Markle contra la prensa británica, por aquella demanda que interpuso a la editorial Associated Newspapers por violar su privacidad. Pero sí, lejos de que el veredicto emitido por el juez Warby, quien instruye el caso, fuera definitivo, cabía la posibilidad para los condenados, en este caso la editorial, de recurrir. Y eso han hecho. El resultado es que estos días se está celebrando una nueva audiencia en la que Meghan Markle se está viendo contra las cuerdas, al existir nuevas pruebas que la han llevado incluso a tener que pedir disculpas ante el tribunal.

Recordemos primero varios datos del primer juicio importantes para entender esta nueva fase. El pasado enero se celebraron varias audiencias telemáticas en las que el juez Warby recabó documentación y escuchó varios testimonios con dos objetivos principales. El primero, decidir si se llegaba a juicio, con la presencia de todas las partes -incluida Meghan- o si era suficiente lo que vio y escuchó para dictar sentencia. Y una vez concluido que, efectivamente, era suficiente y no era necesario alargar el proceso, dictar sentencia. En este caso, favorable a Meghan.

placeholder Meghan y Harry, este miércoles en Nueva York. (Eduardo Munoz/Reuters)
Meghan y Harry, este miércoles en Nueva York. (Eduardo Munoz/Reuters)

Así, el juez le daba la razón en dos puntos. Por un lado, consideraba que, como la duquesa de Sussex reclamaba, el 'Mail on Sunday' había violado su privacidad, al publicar una carta que Meghan le había escrito a su padre meses antes y que se tenía que haber quedado en el ámbito privado. Por otro lado, también le daba la razón en cuanto a los derechos de propiedad intelectual por plasmar la carta, puesto que eran palabras e ideas que habían salido de la mente de la exactriz y que la publicación había utilizado para ofrecer su exclusiva, con la intención de vender más ejemplares. Pues bien, ahora hay que poner en cuarentena tanto una cuestión como otra.

Lógicamente, y como suele suceder en casi todos los juicios, la sentencia no era definitiva y los condenados, es decir la editorial, tenía derecho a recurrir. Los abogados no se lo pensaron y no tardaron en iniciar el proceso de apelación, que nos lleva de nuevo a Londres y al tribunal del juez Warby, que ha vuelto a escuchar estos días a las dos partes. Associated Newspaper Limited no solo quiere ver revocada esa primera sentencia, sino que todo su afán es conseguir ir a juicio, al que la propia duquesa de Sussex tendría que acudir. Y todo por unas pruebas aportadas por un testigo que parece haber cambiado de bando, Jason Knauf, el actual director ejecutivo de la Fundación del Duque y la Duquesa de Cambridge.

placeholder Jason Knauf, durante la celebración de la gala Earthshot Prize. (Reuters)
Jason Knauf, durante la celebración de la gala Earthshot Prize. (Reuters)

Durante las audiencias de enero, Jason Knauf se convirtió en un aliado inesperado de Meghan, especialmente en la demanda relacionada con los derechos de propiedad intelectual de la carta. Los abogados de la editorial no estaban dispuestos a admitir que habían infringido estos derechos, asegurando que Meghan Markle había pedido ayuda a Knauf para escribirla, dado que entonces era el secretario de comunicaciones de la Royal Foundation. En la tercera jornada de audiencias, él mismo aseguró ante el juez que no fue el autor del borrador en formato electrónico de la carta que luego la duquesa transcribiría a mano, admitiendo que sí le había dado algunas "ideas generales", pero no palabras concretas que ella luego utilizaría.

Y si ese testimonio fue clave para que el juez diera la razón a Meghan en ese punto, ahora Knauf vuelve a ser clave, pero justamente lo contrario, para perjudicar a su exjefa en relación a la violación de privacidad. Y tenemos que volver en este punto otra vez a las audiencias de enero, donde este derecho a la privacidad de la duquesa se discutió a través de dos vías. Por un lado, la mencionada carta, sobre la que la acusación insistía en que tenía que haber permanecido en el ámbito privado y la defensa aseguraba que Meghan era consciente de que podía salir a la luz. Por otro lado, la biografía sobre los Sussex escrita por Omid Scobie y Carolyn Durand, en la que los abogados de la exactriz negaban cualquier participación de su cliente, mientras la defensa de la editorial aseguraba lo contrario.

placeholder La biografía de Meghan y Harry, en un expositor de venta. (Reuters)
La biografía de Meghan y Harry, en un expositor de venta. (Reuters)

Pues bien, si entonces el juez no tuvo dudas de que Meghan Markle tenía la razón frente a Associated Newspaper Limited, ahora se pone en duda toda su argumentación, precisamente por el testimonio de Jason Knauf. Y es que su exsecretario de comunicaciones ha aportado pruebas de las que se desprende que la duquesa de Sussex era consciente de que la carta podría ser publicada. En concreto, son varios mensajes de texto entre ambos, en los que el juez, entre otras cosas, ha podido leer: "Obviamente, todo lo que he redactado es con el entendimiento de que podría filtrarse, por lo que he sido meticulosa en mi elección de palabras".

No es lo único que no la ha dejado en buen lugar. Con respecto al libro, a pesar de que los Sussex negaron una y otra vez su participación en él, Jason Knauf dijo este miércoles en la corte que "fue discutido de manera rutinaria y directamente con la duquesa varias veces en persona y por correo electrónico". También admitió la planificación de una reunión con los autores para proporcionar información de antecedentes y aseguró que Meghan le había dado datos para compartir con ellos, incluida información sobre cómo tuvo "un contacto mínimo" con sus medio hermanos durante su infancia.

placeholder Meghan y Harry, en una imagen reciente. (Reuters)
Meghan y Harry, en una imagen reciente. (Reuters)

Lo cierto es que la sospecha de que la duquesa de Sussex había aportado información para la redacción del libro siempre había estado ahí, puesto que contiene datos tan íntimos que era imposible que no los hubiera facilitado ella misma o alguien de su círculo más cercano con su consentimiento. Pero ahora la verdad ha quedado al descubierto y Meghan Markle no ha tenido otra que pedir disculpas al tribunal por su testimonio en las primeras audiencias, en el que negó cualquier implicación con la biografía. Su explicación es que no recordaba haber tenido este intercambio de información con Knauf y que lo que el secretario de comunicación hablara con los autores se escapaba a su conocimiento. Un olvido bastante pertinente que puede dar un giro a todo el proceso.

¿Qué puede pasar?

La última jornada de esta nueva tanda de audiencias era este jueves, por lo que se espera que en un máximo de dos semanas el juez Warby se pronuncie de nuevo, con dos opciones sobre la mesa. Por un lado, existe la posibilidad de que Associated Newspapers Limited gane la apelación, bien en el tema de derechos de autor, bien en el tema de la privacidad o bien en ambas. El caso volvería entonces al Tribunal Superior para ser juzgado, y ambas partes argumentarían desde cero, probablemente ante un juez diferente, que presidiría sin jurado.

placeholder Meghan Markle, en una imagen de archivo. (EFE)
Meghan Markle, en una imagen de archivo. (EFE)

Esto, independientemente de lo que pasara y de la sentencia, ya sería una pequeña victoria para la editorial, ya que ha sido siempre su objetivo. Tendrían a Meghan Markle, el príncipe Harry, sus amigos o su padre en el estrado como testigos, generando noticias durante semanas. Además, en el caso de los amigos de Meghan, también han sido parte importante de este proceso, puesto que la editorial quiso a toda costa desvelar las identidades que los cinco íntimos de Meghan que hablaron en su favor para la revista 'People', algo que ella consiguió frenar, pero de lo que quizá no sería capaz en caso de haber un nuevo juicio.

Por otro lado, una nueva victoria para la duquesa de Sussex supondría que se mantendrían las sentencias anteriores a su favor y que sus abogados podrían intentar obtener la compensación anunciada hace unos meses, que incluyen desde una disculpa pública al pago de más de un millón y medio de libras. Eso sí, tampoco sería definitivo, puesto que los abogados de la defensa podrían apelar nuevamente, esta vez ante la Corte Suprema. Y tampoco hay que descartar que la propia Meghan Markle pueda ser acusada de perjurio por haber mentido al juez en las anteriores audiencias. Aunque fuera sin intención y por un pequeño -pero significativo- problema de memoria.

Pensábamos en febrero que no tendríamos que volver a hablar del juicio de Meghan Markle contra la prensa británica, por aquella demanda que interpuso a la editorial Associated Newspapers por violar su privacidad. Pero sí, lejos de que el veredicto emitido por el juez Warby, quien instruye el caso, fuera definitivo, cabía la posibilidad para los condenados, en este caso la editorial, de recurrir. Y eso han hecho. El resultado es que estos días se está celebrando una nueva audiencia en la que Meghan Markle se está viendo contra las cuerdas, al existir nuevas pruebas que la han llevado incluso a tener que pedir disculpas ante el tribunal.

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