La mayoría de edad del príncipe Felipe con un chaqué del sastre de don Juan Carlos
El 30 de enero de 1986, recién cumplidos los 18, un joven Felipe de Borbón y Grecia juraba la Constitución y también recibía el collar de la Real Orden de Carlos III
Este lunes, el rey Felipe cumple 55 años. Después de dos niñas, por fin había nacido el heredero de la Corona de España, el “machote”, como definió su llegada al mundo su padre.
El 30 de enero de 1968, don Juan Carlos ostentaba el tratamiento de Príncipe de España y no de Asturias, que ha sido y será siempre el título que marca la herencia dinástica. En este caso, por decisión de Franco, no lo era porque cortó el escalafón histórico y dejó fuera la figura del conde de Barcelona.
A diferencia de lo que ha sucedido con la trayectoria infantil y juvenil de la princesa Leonor y de la infanta Sofía, de la de don Felipe y sus hermanas se tuvo constancia gráfica desde el momento de su nacimiento. Se publicaban reportajes en las revistas de entrenamiento donde se veía la evolución del heredero desde que era un bebé, rubio y de ojos azules, hasta su mayoría de edad.
Se mostraba a Felipe con sus hermanas jugando al parchís o con sus amigos al fútbol, esquiando, en su clase del colegio, con sus primos, los griegos, recibiendo a los Reyes Magos, en el comedor del colegio Santa María de los Rosales con su bandeja con el menú de mediodía, con sus padres los Reyes, etc. Hasta hubo imágenes de cómo vivió con catorce años el golpe de Estado del 23-F y cómo compartió esa larga noche con el rey Juan Carlos. Así, año tras año, el heredero era visible para los ciudadanos. Esa manera de mostrar y normalizar la vida cotidiana fue una constante en la existencia del rey Felipe y por lo tanto hay que dar por bueno que no afectó a su desarrollo personal, intelectual y social.
El 30 de enero de 1986, recién cumplidos los 18, un joven Felipe de Borbón y Grecia acudía al Congreso para jurar la Constitución ante los diputados en presencia del titular de la Corona, del presidente del Congreso, Peces- Barba, del Senado, José Federico de Carvajal, y de Felipe González, primer presidente socialista en la nueva España democrática. Ese mismo día, el heredero recibía en el Palacio Real el collar de la Real Orden de Carlos III. La imagen del Príncipe de Asturias vestido con su primer chaqué, realizado por Collado, el sastre de su padre, en ese juramento institucional se convirtió en la noticia de ese frío mes de enero.
Fue su primer discurso en las Cortes, como así lo resaltaba Julián Lago en su Carta del Director de la revista ‘Tiempo’, donde explicaba la intrahistoria de ese día. Hubo un planteamiento inicial para que la familia real acudiera en carroza. Mejor dicho, en tres carrozas que estaban dispuestas en las caballerizas del Palacio Real. Lago relataba en el orden que se habían dispuesto: “La primera la ocuparían los Reyes, don Juan Carlos y doña Sofía. La segunda, Felipe de Borbón y Grecia. Y la tercera, para don Juan y las infantas Elena y Cristina. La propuesta no cuajó en Zarzuela”, contaba.
La razón que daba el director de la publicación era de “prudencia política” por un lado y seguridad por otro. Tampoco hubo la alternativa de coche descubierto, como relataba Lago. “Finalmente se optó por lo más razonable, que el referido trayecto se realizara como cualquier otra ceremonia de Estado”. En la crónica también se contaba que aparte de la representación familiar e institucional, “estuvieron presentes compañeros de la promoción de Derecho. Amistades de don Juan Carlos como Pilar Miró, José Luis Balbín y Herrero de Miñón, entre otros nombres conocidos”.
La Princesa de Asturias cumplirá con este mismo juramento como heredera cuando se convierta en mayor de edad. Por ahora se desconoce si será un protocolo parecido al de su padre, Felipe VI.
Unos años antes de esta ceremonia institucional, el 3 de octubre de 1981, el Príncipe de Asturias daba su primer discurso con motivo de los premios que llevaban su nombre. Tenía 13 años y su mensaje duró un minuto y treinta y seis segundos, como se reflejaba en el semanario del Grupo Zeta. En esta publicación, en julio de 1989, el joven heredero daba su primera entrevista, donde explicaba su paso ese primer año en la facultad de Derecho: “Ha sido una experiencia muy distinta a la de los últimos años pasados en las academias militares que me han permitido desarrollar el sentido de la disciplina. En la universidad, uno puede hacer lo que quiera, estudiar o no estudiar”. Las asignaturas que más le gustaban eran el Derecho Político y la Historia del Derecho “porque la historia me ha atraído mucho desde siempre”.
En ese momento, no sabía las calificaciones, pero tenía una buena impresión de aprobar todas las asignaturas. Contaba que estudiaba cinco horas diarias aparte de las clases y que prefería la noche para concentrase. “A esas horas no te molesta nadie”.
También informaba de qué iban a consistir sus vacaciones: “Las pasaré en Mallorca con mis padres, los Reyes, como de costumbre. No tengo de momento planes para hacer viajes turísticos por mi cuenta. En Mallorca hacemos vida familiar”. Reconocía en la entrevista que disfrutaba con la buena comida y el buen vino, “pero si estoy metido muy de lleno en algo, se me olvida comer. Cuando voy a navegar, puedo quedarme sin comer y no enterarme”.
El Príncipe se explayaba al contar su agenda lúdica. “Me gusta mucho el cine. Veo películas en la sala de proyecciones del palacio de la Zarzuela, pero me gusta más ir al cine con los amigos. Soy aficionado a la música, aprovecho los viajes en coche para oír música moderna y suelo estudiar con música clásica. Me gusta mucho la vela. Juego al squash, al golf, esquío y pertenezco al equipo de baloncesto de la facultad”.
Una entrevista donde también explicaba sus razonamientos relacionados con la vida pública. Y quizá una de las respuestas que más llamó la atención fue descubrir a los lectores que lo que le hubiera gustado ser era astrofísico. “Ahora no tengo tiempo para dedicarlo a esa afición, con el programa de estudios y las obligaciones oficiales, pero espero poder cultivarla en el futuro”.
Por primera vez, en esa entrevista personal se descubrieron muchos aspectos de sus salidas fuera de sus horarios de estudio e institucionales. Contaban en la revista ‘Tiempo’ que el Príncipe pagaba a escote cuando salía con los amigos. “Cada uno lo suyo”, decía. En la actualidad, poco o nada se sabe de esa vida alternativa y familiar con la reina Letizia y las hijas.
Este lunes, el rey Felipe cumple 55 años. Después de dos niñas, por fin había nacido el heredero de la Corona de España, el “machote”, como definió su llegada al mundo su padre.