La infanta Elena se queda sin boda por sus caballos

Este sábado, se esperaba en Toledo a las infantas Elena y Cristina, en la boda de José María Treviño Ruiz de Velasco con Paula Fernández. Era la primera vez que las dos hermanas coincidirían en una celebración pública desde la aparición de Ainhoa Armentia en la vida de Urdangarin.

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Silvia Taulés

Como ya adelanto Vanitatis, la razón de esa invitación tenía que ver con la amistad que une a los tres hijos de don Juan Carlos y doña Sofía con los padres del novio. Una relación que viene desde la etapa escolar. Las infantas fueron compañeras en el colegio Santa Maria del Camino, de la madre, Gema Ruiz de Velasco. Don Felipe, lo fue del padre, José María Treviño Zunzunegui, en Los Rosales. Una amistad profunda que quedó de manifiesto cuando falleció el 20 de junio de 2016 y acudieron todos a la misa funeral en la iglesia de Los Jerónimos, en Madrid. En aquel momento, la exduquesa de Palma acudió con su marido, Iñaki Urdangarin. El caso Nóos aún estaba en proceso de instrucción y a la espera de sentencia.

En siete años, la vida de la infanta Cristina ha tenido un desarrollo emocional inesperado. Su exmarido se enamoró de su compañera de trabajo y el matrimonio que parecía estable desapareció. Aún mantienen el vínculo matrimonial y como informaba Silvia Taulés, la hermana de Felipe VI sigue utilizando la alianza de casada.

Invitados a esta boda confirmaban a Vanitatis que la imagen de doña Cristina es muy diferente a la que hemos visto en situaciones anteriores: muy relajada y reencontrándose no solo con la madre del novio, sino también con otras amistades de los veranos de Palma y del colegio.

Se esperaba también a la infanta Elena, pero finalmente no acudió. Una de las versiones que circulaban era que esa misma mañana se había levantado con fiebre y por lo tanto no tenía mucho sentido acudir al enlace del hijo de su gran amiga. Realmente, la razón de su no asistencia nada tenía que ver con un problema de salud sino con su afición hípica.

La semana pasada no participó en el concurso Comunidad de Madrid por una lesión que había sufrido su caballo Jordano en el entrenamiento. Esa fue la razón que trasladó a sus amigos, y no el miedo a enfrentarse a la prensa tras la revolución mediática organizado por el libro de José María Olmo y David Fernández ‘KingCorp, el imperio nunca contado de Juan Carlos’.

Ahora, su inasitencia a la boda toledana ha sido precisamente por su participación por equipos en una competición en las instalaciones ‘Yeguada Anantara’, en Valdetorras del Jarama. Así lo confirman a Vanitatis. “ Es muy diferente cuando saltas individual a cuando lo haces en grupo. La infanta no podía fallar y por lo tanto no asistió”.

Los novios han celebrado su boda en la iglesia Santo Tomás Apóstol de Orgaz (Toledo). Tras la ceremonia religiosa, los invitados se han trasladado al mediodía a la finca familiar La Estrella, en Mazarambroz (Toledo), donde se ha servido un almuerzo y donde todos disfrutarán de la posterior celebración a lo largo de la tarde.