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Iñaki Urdangarin y su 'destierro' de Barcelona: la infanta Cristina toma el control
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FAMILIA DEL REY

Iñaki Urdangarin y su 'destierro' de Barcelona: la infanta Cristina toma el control

Doña Cristina viaja a Barcelona cada 15 días y asiste a los partidos de su hijo. La semana pasada estuvo además en el Trofeo Godó acompañada de los amigos de siempre

Foto: Iñaki Urdangarin, hace unos meses en el Palau Blaugrana. (Gtres)
Iñaki Urdangarin, hace unos meses en el Palau Blaugrana. (Gtres)

Las visitas de la infanta Cristina a Barcelona son ya regulares y muy frecuentes. Es decir, visita la ciudad cada 15 días, cuando a Pablo Urdangarin le toca jugar en la capital catalana. Las visitas habituales de la hermana de Felipe VI han provocado que quien no aparezca sea Iñaki Urdangarin. El todavía marido de la Infanta vive una suerte de destierro de la ciudad en la que creció. Una distancia que parece que por ahora no tiene solución.

Porque, además, el entorno de ambos, esto es, los amigos que compartieron durante tantos años, se han posicionado al lado de Cristina. Algunos gestos de Iñaki Urdangarin no han sido entendidos por sus amigos. Sus paseos abiertos y cariñosos con Ainhoa Armentia han terminado por cansarlos. Sus viajes a Baqueira y Palma de Mallorca fueron la gota que colmó el vaso.

placeholder Pablo Urdangarin y la infanta Cristina se abrazan en un partido de balonmano. (EFE/Quique García)
Pablo Urdangarin y la infanta Cristina se abrazan en un partido de balonmano. (EFE/Quique García)

Cierto es que Urdangarin tiene amigos en Barcelona que nada tienen que ver con doña Cristina, en especial personas relacionadas con el balonmano. Aunque también en este ambiente la Infanta ha estado siempre muy involucrada. Algunos de los amigos de Iñaki han asegurado a este medio, varias veces, que habían quedado con él para tomar un café, comer o cenar y finalmente no ha podido ser, porque el exduque no ha viajado a Barcelona pese a tenerlo previsto.

En Burgos

Hace unos días, estas mismas fuentes confirmaban que hace semanas, incluso meses, que no pisa la ciudad. Cuando quiere ver a su hijo Pablo, se traslada a los partidos que juega fuera de Barcelona. Uno de ellos, por ejemplo, fue en Burgos hace unas tres semanas. El 26 de marzo, para ser exactos, Pablo jugó contra el Burgos y allí estuvo Iñaki, arropando a su hijo, solo, sin su pareja y sin amigos.

Foto: Pablo Urdangarin y la infanta Cristina se abrazan en un partido de balonmano. (EFE)

Parece que es la rutina que el todavía matrimonio ha pactado. Aunque nadie nos asegura que sea algo oficial, sí nos confirman que es algo oficioso. En estos momentos, en los que están terminando de negociar su divorcio, cada uno va por su cuenta, a su aire.

Invitada en el Godó

La infanta Cristina estuvo hace dos semanas en Barcelona y volvió a visitar la ciudad esta semana pasada. La hemos visto en fotografías en el Open Banc de Sabadell Trofeo Conde de Godó. Estuvo el miércoles a mediodía: la hemos visto sentada en uno de los mejores sitios, invitada por el torneo. Sabemos que entró por la zona del Village, el espacio noble del Real Club de Tenis Barcelona, un club del que fue socia honoraria durante los años que vivió en Barcelona. Vio el partido de Stefanos Tsitsipas contra el argentino Pedro Cachín.

Foto: La infanta Cristina, en unas jornadas en el País Vasco hace unas semanas. (EFE/Miguel Toña)

Accedió al lugar con invitación y allí le entregaron un gorrito del Banco de Sabadell, entidad patrocinadora y organizadora del torneo, con el que cubrió su cabeza del sol que apretaba esos días en la capital catalana. No iba acompañada por nadie especial y así quiso dejarlo claro. Esa misma semana se había dicho que la infanta Cristina tiene una nueva pareja y ella, en lugar de esconderse o quedarse en Ginebra, decidió volver a Barcelona y mostrar que por ahora no hay nadie en su vida. No al menos una ‘nueva ilusión’, tal y como se había informado.

Pablo y Vic

Y si Urdangarin visitaba a su hijo Pablo en Burgos a finales de marzo, esta vez era Victoria Federica de Marichalar, su prima, quien hacía lo propio en Segovia hace una semana. La hija de la infanta Elena llegó acompañada de Victoria López-Quesada, hija de Cristina de Borbón Dos Sicilias -una de las personas más cercanas a la infanta Cristina-, y se convertían en las fans más ruidosas y simpáticas del grupo de aficionados que apoyaba a los dos equipos.

Foto: La Reina, con sus nietos Urdangarin y Marichalar. (Getty)

López-Quesada es hija de Cristina de Borbón-Dos Sicilias y está muy unida a todos los sobrinos del rey Felipe VI. Cabe recordar, a modo de anécdota, que fue ella quien recibió la famosa patada de Felipe Froilán en la boda de los ahora Reyes de España. La relación de las dos Victorias es de primas y además amigas. Como sucede con los Urdangarin y los Marichalar, que se adoran entre ellos y suelen hacer planes juntos.

El divorcio, en camino

Y mientras la vida familiar de los Urdangarin de Borbón transcurre felizmente entre Barcelona, Ginebra y Madrid, Iñaki Urdangarin sigue en Vitoria con su pareja. Con Armentia lleva una vida de lo más tranquila y normal, con paseos por la montaña, mucho deporte y planes para el verano. Cada vez está más cerca la firma del divorcio con la infanta Cristina y eso, aseguran sus amigos, le tranquiliza.

Foto: Irene Urdangarin, en el funeral de Constantino de Grecia. (Gtres)

La firma está prevista, como decíamos, a partir del 5 de junio, cuando su hija Irene, menor de edad, cumpla 18 años. A partir de ese momento, Urdangarin y doña Cristina cerrarán un proceso que ha durado casi dos años. Será entonces cuando la Infanta pueda quitarse el anillo de casada que sigue luciendo, como siempre, en su mano izquierda.

Las visitas de la infanta Cristina a Barcelona son ya regulares y muy frecuentes. Es decir, visita la ciudad cada 15 días, cuando a Pablo Urdangarin le toca jugar en la capital catalana. Las visitas habituales de la hermana de Felipe VI han provocado que quien no aparezca sea Iñaki Urdangarin. El todavía marido de la Infanta vive una suerte de destierro de la ciudad en la que creció. Una distancia que parece que por ahora no tiene solución.

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