La infanta Cristina, entre su divorcio y el futuro incierto de Irene Urdangarin
La única hija de Cristina de Borbón e Iñaki Urdangarin cumple 18 años el próximo mes de junio y es una pieza fundamental en el divorcio de sus padres
Hace unos meses, unos amigos de la infanta Cristina le preguntaron a Irene Urdangarin, en presencia de su madre, a qué quería dedicarse. Y ella, resuelta y decidida, mostró su querencia por la moda y las redes sociales, como su prima Victoria Federica. Según comentan a este medio, varios de los presentes rieron. Incluso doña Cristina rio, aunque después intentó aclarar la respuesta con su hija. Irene hace tiempo que “ha bajado su rendimiento académico” y la posibilidad de dedicarse a la moda “le ronda la cabeza”.
Así lo manifiestan desde el entorno de la madre y de la hija, aunque la primera no estaría demasiado feliz con esta posibilidad. Irene y su prima Victoria de Marichalar son muy amigas y las historias de la primera podrían haber sido una inspiración la pequeña Urdangarin y esa posibilidad de dedicarse a la moda.
Es un sector en el que Irene podría encajar. Según el entorno, la hermana de Felipe VI se ha plantado ante su hija y pretende que mejore sus estudios, lo que ha provocado también que la adolescente viaje menos a Barcelona de lo que lo hacía últimamente.
Las dos primas se encuentran de vez en cuando en Barcelona. Victoria de Marichalar tiene una pandilla de amigos en la capital catalana, entre los que se encuentra un amigo especial, el motorista Albert Arenas, que también es amigo de Irene. Y es en esos encuentros en los que la pequeña de los Urdangarin ha sido testigo del estilo de vida de su prima.
"Volver a España"
La infanta Cristina vive estos días pendiente de su hija, con quien convive en Ginebra. Según el entorno, la hija del emérito pide a su hija un mayor empeño en sus obligaciones. "A Cristina le gustaría volver a vivir en España, en Barcelona si pudiera ser, pero mientras Irene se centre, se quedará en Ginebra”. Cuando su hija vuele sola, nos dicen, “nada la ata ya en Suiza, ni siquiera el trabajo, que puede hacer a distancia, como hace el de La Caixa”.
La única hija del todavía matrimonio Urdangarin de Borbón cumple 18 años el 5 de junio de este año, con lo que llegará a la mayoría de edad, lo que tiene varias consecuencias: perderá sus escoltas y dejará de ser menor, lo que servirá para que sus padres puedan acordar un divorcio sin tener que pasar por un juzgado. La revista 'Lecturas' publica este miércoles que el divorcio llegará en abril, un hecho que supondría adelantar el acuerdo unos meses, algo que no hemos podido confirmar en Vanitatis.
Lo que está claro es que cuando hay un proceso de divorcio en el que hay un menor implicado, el acuerdo debe pasar sí o sí ante un juez, pero cuando los hijos ya son mayores de edad, ese pacto puede ser privado. Y ese es un punto clave, lo hemos contado en Vanitatis muchas veces, para que la Infanta y Urdangarin decidan firmar su divorcio, porque si pasara por un juzgado, ya sea español, ya sea suizo, podría filtrarse la información.
Acuerdo de separación
Con todo, el pasado mes de septiembre llegaron a un acuerdo formal entre ambos, tras meses de fuerte distanciamiento y tensiones. Una mala relación que afectaba a ambos de forma intensa y que afrontaron de forma distinta. Mientras Cristina de Borbón se refugiaba en sí misma y en los pocos íntimos que le quedan, Urdangarin exponía su malestar en público. Aquellas fotos a las que tanto nos hemos referido en las que se veía al exduque de Palma llorando en su coche fueron determinantes para tratar de encauzar la situación.
La Infanta, que cuenta con el apoyo y el asesoramiento de su padre, el rey Juan Carlos I, desde el primer momento en el que la revista ‘Lecturas’ publicó las imágenes de Urdangarin con otra mujer, volvió a tener una charla con él. Fue entonces cuando el Rey expatriado convenció a su hija de calmar las aguas y tratar de frenar la desesperación de su exmarido ofreciéndole lo que han llamado “felicidad financiera”. Porque hubo un momento, sobre todo al principio de su separación, que Iñaki necesitaba que sus amigos le pagaran hasta los cafés.
Según el entorno, el propio Urdangarin se quejaba a los suyos, les decía que le habían prometido que al salir de la cárcel su vida sería un camino de rosas y cuando obtuvo la libertad condicional, fue todo lo contrario. “Estuvo un tiempo que no tenía dinero ni para un café”, recuerdan sus amigos, quienes le pagaban las cenas, las comidas y los desayunos cuando quedaban. Y “eso le comía por dentro”.
Fue a finales de agosto cuando la infanta Cristina fue a Abu Dabi, donde trataron todos los puntos que debían acordar. Y algo más tarde, a principios de septiembre, don Juan Carlos viajó a Suiza, donde vive doña Cristina, para ayudarla en el proceso. Una vez llegaron a un acuerdo de separación, ambos decidieron retomar sus vidas por separado y con calma. La infanta Cristina se tragó el orgullo, un orgullo que la llevaba a despreciar a su exmarido e incluso a hacerle alguna 'jugarreta'.
De Bidart a Minnesota
Como lo que todos vimos este verano: se presentó en Bidart, donde pasa los veranos la familia Urdangarin. Y después estuvo en las dos bodas de los sobrinos de Iñaki, algo que dolió especialmente al exmarido. La Infanta fue muy insistente con ese viaje a América, aseguran desde su entorno familiar más inmediato, y su padre entendió que esa no era la actitud, que esos gestos debían finalizar. Y así sucedió.
Ahora ya no están en esa tesitura: Urdangarin dejó su empleo en el despacho de abogados en el que conoció a su pareja, Ainhoa Armentia, y desde hace meses vive sin problemas económicos gracias a su ex familia política. Como hace dos semanas, cuando Urdangarin pidió ir a la casa que la estación de esquí Baqueira Beret cede a la familia real para sus estancias en el Valle de Arán, y les dejó claro que solo iba a recoger material, como ropa y otros enseres, que llevaban allí desde hace años. “No durmió en La Pleta”, aseguran, ni tuvo la intención de hacerlo. "Eso es imposible", insisten, pese a que la revista 'Lecturas' publicaba este miércoles, según sus fuentes contrastadas, que sí que durmió allí, algo que informan, molestó profundamente a la hermana del Rey.
El conflicto quedó cerrado este pasado fin de semana, de forma simbólica, cuando el rey Felipe VI demostró quien tiene la cesión de la casa de La Pleta. Allí se alojó el monarca el viernes, cuando viajó hasta Baqueira con amigos. Esquió, salió a tomar algo al restaurante Vermont, de moda en el Valle, y durmió, esta vez sí, en su casa.
Hace unos meses, unos amigos de la infanta Cristina le preguntaron a Irene Urdangarin, en presencia de su madre, a qué quería dedicarse. Y ella, resuelta y decidida, mostró su querencia por la moda y las redes sociales, como su prima Victoria Federica. Según comentan a este medio, varios de los presentes rieron. Incluso doña Cristina rio, aunque después intentó aclarar la respuesta con su hija. Irene hace tiempo que “ha bajado su rendimiento académico” y la posibilidad de dedicarse a la moda “le ronda la cabeza”.