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Colonialismo, princesas por sorpresa y un balneario: las polémicas de Felipe de Bélgica
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DIEZ AÑOS EN EL TRONO

Colonialismo, princesas por sorpresa y un balneario: las polémicas de Felipe de Bélgica

Con una creciente popularidad en los últimos años y considerado un ejemplo de monarca moderno, el rey de los belgas también ha debido enfrentarse a diversas controversias

Foto: Los reyes de Bélgica, Matilde y Felipe. (EFE)
Los reyes de Bélgica, Matilde y Felipe. (EFE)

Este viernes 21 de julio, Felipe de Bélgica cumple exactamente diez años desde su ascenso al trono, un hito que se conmemora con grandes fastos en la nación además de con nuevos retratos oficiales de los reyes. A pesar de las dudas iniciales sobre sus capacidades y su imagen escasamente popular a priori entre sus compatriotas, el monarca europeo ha sabido ganarse a su pueblo y apenas ha cometido errores de bulto en la última década.

Fue a principios de julio de 2013 cuando el rey Alberto II anunció por sorpresa su intención de abdicar en favor de su hijo Felipe. Cuando el Palacio Real anunciaba el 3 de julio de 2013 que Alberto se dirigiría al pueblo esa noche, los rumores sobre una posible abdicación circulaban desde hacía tiempo. A sus 79 años, el soberano era ya el monarca más anciano de la historia de la joven nación. Entonces se confirmaron los rumores y el rey anunció oficialmente que, tras veinte años de reinado, su edad y su salud ya no le permitían seguir en el cargo. Alberto II se convertía así en el primer monarca belga que abdicaba voluntariamente del trono.

placeholder Los reyes de Bélgica, en 2013. (Getty)
Los reyes de Bélgica, en 2013. (Getty)

Cuando se produjo aquella tesitura, en todo el país las dudas sobre la capacidad de Felipe eran un secreto a voces. A pesar de su exitosa carrera académica, su imagen pública no era del todo favorable. Su matrimonio con Matilde d'Udekem d'Acoz en 1999, en cambio, fue muy positivo para él ya que le granjeó una bienvenida atención mediática favorable.

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En la memoria colectiva de sus futuros súbditos quedaron grabados un incómodo beso a su nueva esposa en el balcón real el día de su boda y el anuncio un tanto extraño del nacimiento de su primera hija cuando aseguró que "es realmente una mujercita". En consecuencia, incluso antes de que tomara posesión de su cargo, algo menos de la mitad de los flamencos tenían confianza en Felipe. Los valones tenían algo más de fe en sus capacidades y el 66% pensaba que sería un buen rey.

placeholder La familia real belga. (Casa Real de Bélgica)
La familia real belga. (Casa Real de Bélgica)

Sin embargo, el nuevo rey ha desafiado las expectativas y hasta ahora ha tenido una trayectoria casi impecable como monarca. Por ejemplo, logró desbloquear la larga disputa entre el partido nacionalista flamenco y la Casa Real belga, lo que permitió que las conversaciones para la formación de Gobierno avanzaran sin problemas.

Abierto y moderno

Muy bien arropado por su esposa, la reina Matilde, Felipe se ha vuelto más seguro de sí mismo en el ámbito público durante la última década y, además de sus labores reales, ha desarrollado también una sólida reputación de padre devoto de sus cuatro hijos. En este sentido, su pueblo admira cómo está preparando a su hija mayor, la princesa heredera Elisabeth, para sucederle. Durante su reinado también ha cambiado la rígida imagen de palacio, que ha optado por una forma de comunicación más abierta y moderna y se ha introducido en el mundo de las redes sociales.

placeholder  Delphine Boël. (EFE)
Delphine Boël. (EFE)

Otro de los éxitos del rey Felipe fue poner fin a la dolorosa saga en torno a Delphine Boël, la hija ilegítima de su padre. Fruto de la relación extramatrimonial del antiguo monarca con Sybille de Selys Longchamps, la joven afirmaba que su lucha judicial no era ni por dinero ni por estatus, pero posteriormente cambiaba de opinión y exigía al juez tanto el título de princesa como el apellido, además de los mismos privilegios que sus hermanos, los príncipes Astrid y Laurent, es decir, una paga estatal y una vivienda.

En una decisión que fue muy bien recibida por la opinión pública, apenas una semana después de que un tribunal de Bruselas le concediera el título de princesa de Bélgica, el rey Felipe invitó a su hermanastra a palacio en un celebrado gesto de buena voluntad.

Arrepentimiento por el colonialismo

Durante el reinado de Felipe se han multiplicado las peticiones de disculpas al antiguamente calificado como Congo belga por el brutal régimen que el país europeo desarrolló en el país africano. En junio de 2020, el monarca escribió una carta al presidente congoleño, Félix Tshisekedi, en la que expresaba su pesar por las fechorías cometidas bajo el gobierno de su antepasado, el rey Leopoldo II. Las disculpas explícitas no llegaron a materializarse, pero el discurso de Felipe en la capital congoleña, condenando el régimen colonial "racista" y "basado en la explotación y la dominación", se considera un hito histórico.

placeholder Una estatua del rey Leopoldo II en Bruselas. (EFE)
Una estatua del rey Leopoldo II en Bruselas. (EFE)

Fue una sorprendente ruptura con la tradición real de silencio sobre la historia colonial del país. Aunque las protestas del movimiento Black Lives Matter habían provocado una creciente presión sobre la familia real para que se pronunciara al respecto de su sangrante pasado, la mayoría esperaba que el Palacio esperara al menos hasta que el Parlamento belga emitiera un informe sobre la historia colonial del país.

La primera ministra belga, Sophie Wilmès, confirmó a la prensa durante la celebración del aniversario en Bruselas que fue el propio rey quien inició la idea de emitir una carta personal expresando su pesar como descendiente indirecto del rey belga que utilizó el Congo como feudo personal durante varias décadas a partir de la década de 1880.

Foto: Los reyes de Bélgica, durante su fiesta en los jardines de Laeken. (EFE/EPA/Julien Warnand)

"Expresar arrepentimiento elude lo que realmente está en juego", expresaba entonces Gia Abrassart, una diputada belga de origen africano. "No se trata de disculpas. Sin disculpas, será muy difícil reclamar indemnizaciones conmemorativas y económicas", añadió. Por su parte, Wouter De Vriendt, diputado de Los Verdes en el Parlamento, defendió la decisión diciendo que "es un primer paso muy importante, pero no puede ser un paso único. Tenemos que ir más allá de esta carta y entablar un debate sobre las disculpas formales como nación".

Coqueteos con la extrema derecha

Otro momento de su reinado que levantó más de una ampolla fue cuando Felipe se reunió con el líder del partido separatista de extrema derecha de Flandes por primera vez en la era política moderna. Según informaron en su día los medios de comunicación belgas, 1936 fue la última vez que un líder de este partido había sido recibido en audiencia por un monarca.

placeholder Tom Van Grieken, en su encuentro con el rey Felipe. (EFE)
Tom Van Grieken, en su encuentro con el rey Felipe. (EFE)

Ocurrió en 2019, después de que las elecciones nacionales hubieran dividido al país en dos. La próspera Flandes había votado a la derecha, mientras que la francófona Valonia lo hizo a la izquierda. Entonces, casi el 19% de los flamencos se decantaron por el partido de extrema derecha Vlaams Belang.

Fue entonces cuando el rey Felipe se reunió con el líder extremista Tom Van Grieken, cabeza visible de un partido que siempre había abogado abiertamente por la independencia de Flandes. A su llegada al palacio, Van Grieken dijo que no era un momento histórico: "Es completamente normal invitar a un partido que ha ganado las elecciones". Y añadió: "Me alegró la invitación. No voy a decir que no es natural. Es natural. Lo que ha ocurrido en los últimos 40 años no ha sido democrático". Pese a las críticas, aquella reunión fue clave para la posterior formación del Gobierno en el país.

Terrorismo y spa

Aunque durante la década que lleva en el trono el monarca ha recibido críticas de todo tipo, como cuando en su discurso de Navidad de 2018 expresó su preocupación por los problemas climáticos pero mostró una chimenea encendida de fondo, los ataques más duros los recibió cuando se supo que estaba de vacaciones en un lujoso balneario cuando el nivel de seguridad se elevó al máximo en Bélgica tras los atentados de París en 2015.

placeholder El rey Felipe, durante su discurso de Navidad de 2015. (Reuters)
El rey Felipe, durante su discurso de Navidad de 2015. (Reuters)

Un día antes de la alerta terrorista, Felipe y Matilde se habían trasladado a un spa de Bretaña y permanecieron allí todo el fin de semana, como estaba previsto. Unas fotos del monarca en albornoz bebiendo un zumo publicadas por la revista satírica 'Le Canard enchaîné' causaron gran indignación en Bélgica. El rey ya estaba bajo presión en los medios de comunicación belgas por su falta de visibilidad tras los atentados de París, al quedar claro que muchos de los atacantes tenían vínculos con el barrio bruselense de Molenbeek. La presión aumentó cuando Bruselas permaneció cerrada durante seis días, con soldados en las calles, escuelas cerradas y gran parte del transporte público paralizado.

Los servicios de seguridad franceses estaban al tanto de la visita real y Charles Michel, entonces primer ministro belga, dijo que el rey estuvo "en contacto" con el Gobierno durante el fin de semana, aunque no regresó a Bruselas hasta el domingo por la noche. "No podíamos obligarle a volver", aseguró el político entonces.

Este viernes 21 de julio, Felipe de Bélgica cumple exactamente diez años desde su ascenso al trono, un hito que se conmemora con grandes fastos en la nación además de con nuevos retratos oficiales de los reyes. A pesar de las dudas iniciales sobre sus capacidades y su imagen escasamente popular a priori entre sus compatriotas, el monarca europeo ha sabido ganarse a su pueblo y apenas ha cometido errores de bulto en la última década.

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