La reina Sofía, en Semana Santa: sin familia, en Mallorca y (por primera vez) en Málaga

Las costumbres vacacionales de Semana Santa de la familia real han cambiado totalmente en los últimos años. Son muy diferentes desde que el rey don Juan Carlos abdicó y el Príncipe de Asturias se convirtió en jefe del Estado.

Durante años, los Borbón-Grecia se desplazaban a Mallorca y se instalaban en Marivent. Doña Sofía tomaba los mandos domésticos del palacio, donde acudían hijas, nietos y hasta algún vástago de los reyes de Bulgaria.

Los sobrinos Gómez-Acebo tenían la casa familiar en Sol de Mallorca y, por lo tanto, no necesitaban acomodo. Doña Pilar, igual que su cuñada, la ahora Reina emérita, alargaba la estancia en la isla hasta bien entrada la primavera. Y don Juan Carlos iba por libre. Si la temperatura era buena, hasta navegaba, como aparece en los reportajes de la revista Tiempo.

Doña Sofía acudía a los oficios con alguna de sus hijas. Y todos juntos asistían a la liturgia religiosa que se celebraba en la catedral de Palma el Domingo de Resurrección. También, cuando tocó, los reyes Felipe y Letizia junto a sus hijas, Leonor y Sofía. En alguna ocasión, con don Juan Carlos, y siempre, sin excepción, acompañados de doña Sofía, que mantuvo la tradición hasta hace cuatro años.

Desde esa fecha, los actuales titulares de la Corona no presiden dicha celebración en Palma y han buscado otras alternativas religiosas. La Semana Santa pasada, los Reyes y sus hijas se desplazaron hasta Chinchón y siguieron desde la calle la Pasión Viviente de Cristo que se representa en la plaza de la localidad madrileña.

Mientras, a las infantas Elena y Cristina no se las espera en ninguna procesión. La duquesa de Lugo viaja a Abu Dabi y la infanta Cristina permanecerá en Ginebra con su hijo Miguel, que sufrió un accidente esquiando.

La única que quedaba fuera del organigrama familiar en estas fechas era la reina Sofía y así va a seguir siendo, aunque con ciertas diferencias respecto a otros años. Y es que, por primera vez, asistirá al desembarco en el puerto de Málaga de los legionarios que se encargan de trasladar horas después al Cristo de Mena a su trono, que procesionará por las calles principales de la ciudad.

Desde el sábado, un destacamento de gastadores de este cuerpo militar hace guardia a la imagen en la iglesia de Santo Domingo. El jueves se realiza el cambio. Salen a la plaza y de ahí a la capilla donde se encuentran los tronos. Una tradición emblemática en la ciudad de Málaga que presidirá doña Sofía, acompañada del alcalde, Francisco de la Torre, autoridades y cofrades.

La última y única vez que hubo un representante de la familia real fue en 1996, cuando un jovencísimo príncipe Felipe acudió a este traslado de la imagen del Cristo de la Buena Muerte. Dos años antes, en octubre de 1993, el rey Juan Carlos recibió a la Legión llegada de Bosnia-Herzegovina en presencia del Cristo, conocido también como el de los Legionarios. Esa vez se trataba exclusivamente de un acto castrense que nada tenía que ver con la ceremonia de la Semana Santa.

Doña Sofía, a sus 85 años, sigue manteniendo una agenda institucional. Por el momento, no está confirmado que la Reina emérita pase la noche en Málaga. Lo que sí es seguro es que el fin de semana viajará a Mallorca junto con su hermana, la princesa Irene. Para ella, la isla balear es el lugar donde siempre encuentra paz, tranquilidad y es feliz. Así lo ha reconocido a quien esto firma en las recepciones veraniegas.